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Cooperativas, antídoto contra el empleo precario y motor económico desdeñado

Destaca especialista las bondades de este modelo social

 
Periódico La Jornada
Domingo 10 de octubre de 2021, p. 16

En un momento de profunda crisis económica, dificultad para acceder al crédito y un mercado reducido, cuando los problemas para los emprendedores aumentan, el cooperativismo podría perfilarse como una opción para poner en marcha proyectos, sobre todo para aminorar el desempleo o dar cabida laboral a quienes están próximos a incorporarse al mercado laboral y que no tienen capacidad económica, pero sí ideas innovadoras, pero son desdeñados.

Una de las funciones sociales de las cooperativas es generar mecanismos de autoempleo, donde la gente se asocia con personas que tienen el mismo problema; montan una empresa de carácter social, trabajan en forma colectiva, generan un producto o servicio que buscan colocar en el mercado. Después tienen un ingreso que se reparten de manera proporcional al trabajo que cada quien aportó.

Sin pedirle al gobierno, ni depender de apoyos altruistas, la gente organizada de manera autónoma, es capaz de resolver un problema fundamental como es el empleo y la obtención de ingresos.

Los países nórdicos y anglosajones tienen una mayor tradición en el corporativismo. En México no es un concepto nuevo, data desde 1872; es decir, más de un siglo y medio, pero su evolución ha sido diversa.

Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas se vivió un auge; tras establecerse el modelo neoliberal el cooperativismo vino a menos. Desde entonces su situación es de sobrevivencia, pero está ahí y tiene un gran potencial, afirmó Juan José Rojas, investigador de la Universidad Autónoma Chapingo y especialista en cooperativismo.

La economía social

De acuerdo con Rojas, quien elaboró un estudio para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en el país operan 18 mil 38 cooperativas a nivel nacional y están asociados 8 millones 875 mil 186 personas.

No es una cantidad menor. La población en nuestro país que está organizado en cooperativas representa 7.4 por ciento. Es un porcentaje modesto si se compara con otros países como Argentina, que oscila entre 20 y 25 por ciento; Costa Rica, 15 y 18 por ciento; Colombia y Brasil, 15 por ciento. No está en un nivel alto, pero 7.4 por ciento es significativo y con potencial, reconoció el especialista.

Pese a su potencial como motor económico el Instituto Nacional de la Economía Social le ha reducido los apoyos. De acuerdo con datos de los pasados cinco Presupuestos de Egresos, en 2016 se destinaron 253.5 millones de pesos; para 2018 le asignaron 238.3 millones; y para 2020 y 2021, 179.6 millones y 172.4 millones, respectivamente.

Se ha ido desmantelando la política pública de fomento al cooperativismo y la economía social, reconoció José Rojas.

No obstante, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto (Enigh), en 2020 se registraron 1.2 millones de hogares que tuvieron ingresos provenientes de cooperativas; mientras que en 2018 fueron 1.3 millones.

Los hogares con menores ingresos (decil I) recibieron 12.6 por ciento más en 2020 respecto de 2018; mientras los hogares de ingresos medios (deciles IV y V) aumentaron sus ingresos por cooperativas 21 y 21.9 por ciento, respectivamente, en el periodo de referencia. Los demás hogares mostraron caídas.

Mala percepción

No todo lo que suena por ahí es economía social. Las empresas de economía colaborativa pierden la esencia cuando abusan de sus trabajadores y se convierten en puras sociedades mercantiles. Así de claro lo tiene José Rojas. La economía social atiende al principio de otorgar poder a la persona en todos los sentidos. Una buena economía social garantiza el empleo, pero un empleo de calidad, un antídoto contra el empleo precario.

Los ejemplos, para él, abundan con personas cercanas a su jubilación que ponen en marcha un proyecto de alojamiento en común con actividades sociales y servicios asistenciales; o un grupo de personas desempleadas que montan una cooperativa para asegurarse un puesto de trabajo estable.

A pesar del compromiso de la presente administración con los más pobres, la ayuda que se entrega a las personas lo utilizan para consumo; logran sobrevivir un tiempo y vuelven a la misma situación de dependencia y carencia de recursos, están sujetos al tutelaje gubernamental de forma indefinida.

El movimiento cooperativo ahí está, no le han hecho caso y más bien le han quitado los apoyos. ¿La razón? El Presidente tiene un mal concepto y está mal informado. Está metiendo en el mismo costal a los grupos intermediarios, efectivamente corruptos y mafiosos que controlan sindicatos, y a las cooperativas, concluyó el especialista.

Ven rezago en la recuperación de la actividad en comunidades

Julio Gutiérrez

Las cooperativas de ahorro y préstamo, instituciones financieras que operan en zonas a las que no llega la banca, aún ven un rezago en la recuperación de la actividad en las economías locales y las comunidades en donde operan, especialmente, en las micro empresas.

Por ello y con el fin de reactivar verdaderamente la economía, es necesario reactivar a las comunidades para que a escala nacional el impulso de la actividad sea mucho mayor, afirman la Confederación de Cooperativas de Ahorro y Préstamo de México (Concamex) y el Consejo Superior del Cooperativismo de la República Mexicana.

Las sociedades cooperativas de ahorro y préstamo funcionan como una fuente de ahorro de millones de mexicanos, éstas les generan rendimientos y a su vez otorgan créditos productivos para los negocios que tienen, se encuentran clasificadas en el sector popular y son la principal fuente de ingresos de más de 8 millones de mexicanos.

Hay un rezago en la actividad local, y lo vemos por los créditos que otorgamos. Las personas prefirieron comenzar a ahorrar en las cajas, pero el dinero no lo han sacado, porque hay incertidumbre respecto de la situación actual, planteó José Manuel Cruz Contreras, presidente de la Concamex en entrevista.

Detalló que si bien, la actividad local se ha visto beneficiada por las actividades primarias, tales como son pesca, agricultura y la ganadería, que son los sectores que actualmente han solicitado una mayor cantidad de préstamos, otros como los servicios o el tema recreativo sigue parados.

Lo vemos nosotros en las cajas y cooperativas que tienen, por ejemplo, la industria de la música, de los restaurantes, de los taxistas, de los transportistas, todavía no requieren o solicitan ningún tipo de crédito y necesitamos que eso se reactive ya de forma inmediata, ahí es donde podemos tener un pulso de lo que está pasando en el país, señaló.

Por su parte, César Arnulfo Zepeda Prado, presidente del Consejo Superior del Cooperativismo de la República Mexicana, refirió que, de forma particular, el consumo en las comunidades mexicanas sigue detenido.

En todo el universo que hay de las cajas populares, hemos visto que poco a poco las de necesidades básicas se han ido recuperando y los ganaderos, los agricultores, por ejemplo, ya están demandando crédito, pero en la parte de consumo no es el caso, sigue rezagado, eso se traduce en que no se está moviendo la economía dentro de los pueblos, dentro del piso de la pirámide que es México, detalló.

Incentivo digital

Ambos directivos coinciden en que lo que se requiere en este momento, aparte de un proceso de vacunación de Covid-19 más acelerado, es que haya incentivos por parte de la administración federal para que las personas puedan tener mayor acceso a productos o servicios financieros y recuperen la certidumbre.

Por otra parte, uno de los avances que sí se tuvieron en las cajas mexicanas, señalaron, es que la pandemia incentivó a todos los comerciantes que solicitaron un financiamiento con este tipo de instituciones para adaptarse a un proceso de digitalización sin precedente.

Vimos que los comerciantes, las personas, empezaron a vender todo lo que tenían, entre sus allegados, por medio de los medios digitales, y eso también nos obligó a nosotros de forma positiva a entrar en este tema, modernizarnos para llevar muchos más productos y servicios a todos los agremiados, señaló Cruz Contreras de la Concamex.

La expectativa que tienen en el sector es que en los últimos tres meses, de cara a las fiestas de fin de año, la actividad económica en los municipios se reactive y a principios de 2022 se supere el impacto de la pandemia.