Número 167 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
Transiciones agroecológicas
El productor Alfredo Alvarado Pantoja y el Sr. Antonio Castillo observando las bondades del cultivo de girasol. Helios Escobedo Cruz.

MICHOACÁN

Primeros pasos para recuperar biodiversidad y soberanía alimentaria

Helios Escobedo-Cruz. Técnico agroecológico Fernando Bahena-Juárez Investigador del INIFAP Martín Gómez-Cárdenas Enlace INIFAP Omar Lando Estañol-Zavaleta. Coordinador Territorial.

En el municipio de Angamacutiro, Michoacán se encuentra el productor Alfredo Alvarado Pantoja, agricultor beneficiario del PpB quien participa en las escuelas de campo impulsadas por la EAT al prestar una de sus parcelas productivas como una Escuela de Campo. Al cabo de un año de ser beneficiario del programa, y después de haber recibido capacitaciones por parte de los técnicos, don Alfredo sembró en este ciclo Primavera-verano 2021 su maíz, pero ya lo hizo diferente. En su región hay alta incidencia de gusano cogollero, así que instaló trampas para atrapar a las palomillas macho y evitar así un aumento de la plaga.

Otra innovación que introdujo nuestro productor consiste en que, entre su maizal intercaló algunos surcos de girasol (Helianthus annuus), contribuyendo así a la diversidad de cultivos.

Entre las bondades del cultivo de girasol, encontramos las siguientes:

  1. Al ser una planta con raíz pivotante, es decir, que su sistema radicular tiene la capacidad de crecer hacia bajas profundidades en busca de agua, logra roturar el suelo verticalmente de manera natural y evita la formación del indeseable piso de arado, además de traducirse en un ahorro económico al no haber necesidad de introducir maquinaria.
  2. Como cultivo de rotación, brinda al suelo un “descanso” en cuanto a intercambio y extracción de nutrientes se refiere, permitiéndole recuperar minerales y abriendo nuevos espacios de aireación debido al crecimiento de sus raíces secundarias.
  3. La belleza de su flor resulta bastante atractiva para los insectos benéficos, esos que de manera natural nos ayudan a regular las poblaciones de bichos, pues les da protección y alimento; en el caso de las plagas, también resultan seducidas por el girasol y ya no se comen nuestro cultivo principal, constituyendo esto un aporte significativo en el llamado Manejo Agroecológico de Plagas (MAP), y evitando la contaminación y derroche económico por aplicación de productos químicos innecesarios.
  4. Representa un ahorro en costos de producción, pues resulta un cultivo de ciclo corto, que no requiere demasiados insumos, de fácil manejo y que nos permite establecer otra siembra inmediatamente después de su cosecha, y antes de que nos alcance el Otoño-Invierno. Aunado a ello, su requerimiento hídrico es bajo, así que no necesitamos grandes volúmenes de agua para mantenerlo, lo que es ideal para las zonas de temporal. Y no olvidemos que resiste también a las heladas.
  5. Funciona a la perfección como cerco vivo, o bien, como barrera entre los ensayos de investigación; cuando tenemos distintas variedades de un mismo cultivo o hicimos algo diferente en la práctica normal y necesitamos una división que nos permita reconocer esos tratamientos, el girasol es una herramienta funcional.
  6. Es un importante producto para la agroindustria, ya que al ser una planta oleaginosa se puede dirigir a la obtención de aceites o bien para la fabricación de biodiesel.
  7. Se utiliza como forraje para el ganado, pero lo más interesante es que las familias mexicanas aprovechamos maravillosamente sus semillas, ya sea como una rica botanita en una tarde calurosa o como un delicioso y humeante atole de teja para las frías mañanas.

Así es que, lo veamos desde el punto de vista agronómico, ecológico, económico o gastronómico, el girasol es una alternativa para que los agricultores recuperen poco a poco la diversidad natural de nuestro país, que demos pasos firmes rumbo a nuestra verdadera soberanía alimentaria, y recuperemos también nuestra identidad nacional.

Nuestros antepasados adquirieron conocimientos agrícolas a partir de la observación y la experimentación, y don Alfredo está convencido en que debemos retomar esas costumbres, escuchar a la tierra, fijar nuestra atención a los seres vivos que nos rodean para aprender de ellos y beneficiarnos mutuamente, en una sociedad naturalista que conviva de forma armónica, que conserve los recursos para las generaciones futuras. ¡Vamos por más productores como él! •

El productor Alfredo Alvarado Pantoja observando los beneficios de la biodiversidad en la Escuela de Campo. Helios Escobedo Cruz