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Solar4eat: contra el desperdicio de alimentos
L

a energía solar no sólo se puede aprovechar para producir electricidad o calentar agua, sino también para deshidratar alimentos. Un grupo de estudiantes de la carrera de ingeniería en energías renovables del Instituto de Energías Renovables de la UNAM, con la asesoría de los investigadores Octavio García Valladares e Isaac Pilatowsky, ha creado una empresa de emprendimiento social: Solar4eat. Ellos son: Ana Lilia César Munguía –la directora–, Carolina Medrado Nava, Guillermo Olvera Guerrero, Héctor Samuel Ruiz Segoviano y Luis Roberto Ángeles Álvarez.

Los estudiantes, preocupados por el gran desperdicio de comida que hay en el mundo, en particular en el país –cerca de 37 por ciento de los alimentos que se producen en México se desperdician–, se dieron a la tarea de deshidratar los alimentos que no se aprovechan por la merma en centrales de abastos y mercados mexicanos utilizando secadores con energía solar. A partir de ahí, crearon su producto llamado Soltrix que está empaquetado en bolsas al vacío que pueden contener mango, piña, fresa, manzana y plátano, entre muchos otros alimentos que se pueden deshidratar.

¿Cuáles son las ventajas? Se pueden deshidratar los alimentos si se colocan a la intemperie directamente al sol; sin embargo, ahí están en contacto directo con contaminantes del ambiente como puede ser el polvo, el polen, insectos o la lluvia, cosa que no ocurre con un deshidratador solar. Los alimentos deshidratados duran mucho más sin echarse a perder y si son alimentos de temporada se puede alargar la vida de los mismos. Utilizar deshidratadores solares puede ser fuente de empleo para muchos pequeños productores y comunidades rurales. Finalmente, los deshidratadores no emplean combustibles fósiles, como gas, gasolina o carbón, que están causando un grave daño al ambiente debido al cambio climático global.

Un deshidratador solar es un dispositivo que aprovecha la radiación solar y el flujo de aire caliente para disminuir el contenido de agua de los alimentos. Posee dos componentes principales: un captador solar –puede ser una caja de vidrio aislada y pintada de negro orientada hacia el sur y con una inclinación de la latitud del lugar– y una cabina de secado que no es otra cosa que una charola donde se colocan los alimentos protegiéndolos de agentes externos o de daños mecánicos.

Solar4eat no es sólo una pequeña empresa renovable, sino que sus integrantes han participado en un concurso internacional para estudiantes de gran relevancia llamado Hult Prize –equivalente al Premio Nobel– para proyectos emergentes que tengan como fin lograr un desarrollo sustentable. En este concurso participan más de 3 mil universidades de todo el mundo. Hasta ahora el equipo ha pasado a la tercera de cuatro etapas. Y se encuentra en la fase Aceleradora (después de On Campus e Impact Summits, que ha ganado), donde los estudiantes viajan a Reino Unido para participar en un programa de aceleración a fin de trabajar y pulir su propuesta.

Por supuesto que para ello requieren del apoyo del gobierno y la iniciativa privada, así como de cualquier persona interesada para poder llegar a Londres (se puede visitar la página de Facebook Solar4eat). Cabe señalar que es la primera vez que un equipo de la UNAM llega tan lejos en la competencia. Y después, si ganan, pasan a la etapa final donde los mejores equipos llegan a las instalaciones de la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York y el ex presidente Bill Clinton se encarga de la entrega de premios finales. Esperemos que nuestros estudiantes consigan el apoyo y ganen el Hult Prize. Si no es así, tal vez valdría la pena empezar a consumir productos deshidratados por el Sol, 100 por ciento naturales y sin conservadores, para cuando menos contribuir a reducir así el desperdicio de alimentos, usando energías renovables.

* Instituto de Energías Renovables, UNAM