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Declaran monumento nacional la cuenca de San Marcos y el canal de la Giudecca, en Venecia

Nuevo decreto de ley dicta que desde agosto los cruceros no podrán llegar por esas vías

Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Viernes 16 de julio de 2021, p. 5

Venecia. Turismo masivo, cambio climático y vivienda son los tres grandes problemas de Venecia que ponen en riesgo su sobrevivencia. La falta de soluciones del gobierno italiano hasta ahora han despertado desde hace años activismo cívico, protestas e indignación internacional que finalmente surtieron efecto.

El martes, el Consejo de Ministros del gobierno de Mario Draghi aprobó un decreto de ley que determina que a partir del primero de agosto de 2021 los cruceros no podrán llegar a Venecia por la cuenca de San Marcos ni por el canal de la Giudecca, de superar las 25 mil toneladas o una longitud de 180 por 35 metros de altura. Ambas vías acuáticas han sido declaradas monumento nacional.

Enrico Giovannini, ministro de Infraestructuras y Movilidad Sustentables, afirmó que “los cruceros atracarán en puertos alternativos hasta mediados de 2022, cuando estén completadas las obras de acondicionamiento provisorio del puerto de Marghera, para lo cual serán destinados 157 millones de euros. Se prevén indemnizaciones y formas de apoyo para las empresas de cruceros perjudicadas por esta decisión. Venecia, según Giovannini, recibirá, entre otros fondos, la sustitución de los vaporetti (medio de transporte local) y 530 millones de euros, cantidad necesaria para concluir el módulo experimental electromecánico (MOSE, por sus siglas en italiano) que evitará las cada vez más frecuentes inundaciones.

En junio de 2023 se anunciará el proyecto ganador del puerto definitivo de Venecia, partiendo de un concurso erogado por la Autorità di Sistema Portuale del Mare Adriatico Settentrionale, que cierra el 31 de diciembre del 202. Sin embargo, se teme que el puerto de Marghera no sea una meta tan provisional ni menos dañina para Venecia.

Draghi afirmó que el decreto de ley es un paso fundamental para la protección de la laguna, mientras el ministro de la cultura Dario Franceschini lo considera una decisión histórica. Grupos ciudadanos como No Grandi Navi, liderado por Tommaso Cacciari, cuya movilización y lucha han sido indispensables para el alcance de este logro, se dicen satisfechos.

La pandemia y la presión internacional, además del activismo local, fueron decisivos para esta decisión. Las fotos y videos de Venecia con agua límpida y sin turistas emocionaron al público mundial. Un estudio publicado en el semanal Science of the Total Environment, en abril pasado, mostró como en menos de dos meses de restricciones, disminuyeron los contaminantes orgánicos volátiles en el agua causados principalmente por el plástico, el tráfico acuático y la actividad turística por los millones de visitantes.

El decreto definitivo llega en vísperas de la reunión del Comité del Patrimonio Mundial de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés), que se celebrará en China desde mañana y hasta el 31 de julio, donde se podría incluir a Venecia en la lista negra de los sitios en riesgo. La motivación de tal amenaza se debe al deterioro causado por la actividad humana, combinada con el cambio climático en el vulnerable ecosistema de la laguna, que amenazan con provocar una transformación irreversible. La resolución de estos antiguos problemas se ve obstaculizada por la falta de visión global y la escasa eficacia de la gestión integrada y coordinada en todos los niveles.

El antecedente del actual decreto fue aquello varado el primero de abril, recibido con entusiasmo, hasta que el 5 de junio entró el primer crucero a la laguna desde noviembre de 2019: el MSC Orchestra, de 92 mil toneladas, despertó la indignación mundial. El diario francés Le Monde, en un duro editorial afirmó que el alcalde conservador Luigi Brugnaro es un maestro en el arte del doble lenguaje, asegurando a la Unesco y a los medios de comunicación internacionales la urgencia de inventar un nuevo tipo de turismo, mientras prometía a los trabajadores del puerto que los dañaría.

Por otro lado, artistas como Anish Kapoor, directores de museos y hasta Mick Jagger (quien vive en Sicilia desde hace un año), como señaló The Art Newspaper, firmaron una carta de 10 puntos para salvar a Venecia. Piden que sean regulados no sólo los cruceros, sino el flujo turístico, las actividades económicas y los alquileres para que regresen a ser habitados por sus residentes, además de la urgencia de concluir el MOSE para regular las mareas altas a través de un sistema de compuertas móviles.

Además, el turismo ha provocado una especulación inmobiliaria tal que ha expulsado paulatinamente a los residentes y a los estudiantes por los altos costos de los alquileres. Airbnb cuenta con casi 8 mil 500 departamentos sobre un total de 40 mil en la ciudad. Por otro lado, hoy viven en el área metropolitana casi 3 millones de personas contra 55 mil residentes que quedan en Venecia. Los turistas, en cambio, oscilan entre 20 y 30 millones. La ciudad ha perdido una tercera parte de sus habitantes en los 70 años pasados.

Venecia está viviendo una severa crisis económica. Si bien es un lujo caminar por sus calles sin gente y disfrutar de sus museos como nunca, es terrible percibir el sufrimiento de los desempleados: hoteles cerrados, tiendas históricas quebradas, gondoleros en espera de clientes.

El modelo Venecia resultó un fracaso en esta pandemia. La ciudad, ombligo del comercio en el medioevo, centro del arte en el renacimiento y en el settecento, quedó reducida a una Disneylandia en el mar.