Aunque el 15 de abril el Sistema Nacional de Búsqueda (SNB) aprobó la creación de un Protocolo Adicional para la Búsqueda de Niñas, Niños y Adolescentes, a fin de agilizar las investigaciones de desaparición de menores, las fiscalías General de la República (FGR) y algunas locales siguen boicoteando la puesta en marcha de esa herramienta.

Así lo advirtió el director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), Juan Martín Pérez García, quien lamentó que las investigaciones de estos casos siguen siendo lentas e ineficientes, pues los funcionarios asumen que la ausencia de los pequeños obedece a negligencia de su familia o escapadas con sus novios.

En entrevista, el experto recordó que la emisión del protocolo adicional es producto de diversas audiencias y gestiones realizadas desde 2016 ante organismos como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, lo cual permitió que se incluyera un apartado especial sobre niñez en la Ley General en Materia de Desaparición Forzada y Cometida por Particulares.

Dicho capítulo señala que debe haber un protocolo específico de búsqueda de niños y adolescentes, con acciones inmediatas para ubicar a las víctimas sin esperar 24, 48 o 72 horas para iniciar una carpeta de investigación, pues de esa forma se pierde tiempo muy valioso.

Aunque a mediados de abril el SNB aprobó la mencionada herramienta, la FGR y cuatro fiscalías más la han estado boicoteando con el argumento equivocado de que manda acciones que ellos no pueden atender debido a su autonomía.

Pese a que el protocolo adicional es un trabajo técnico bueno, el problema es que las fiscalías siguen sin querer cumplir su tarea de articulación con el SNB. Las comisiones de búsqueda pueden hacer cosas, pero están limitadas, y seguimos sin coordinación.

Luego de recordar que, según cifras oficiales, hay al menos 14 mil 600 menores de edad ausentes en México, Pérez García lamentó que las investigaciones de dichos casos suelen ser fallidas y lentas, debido a que muchos funcionarios aún asumen que las desapariciones se deben a irresponsabilidad familiar, enojos adolescentes o escapadas con el novio.