Aunque no se encuentran directamente en la ruta migratoria hacia Estados Unidos, los albergues civiles de la Ciudad de México están operando a su máxima capacidad en esta época, y muchos de sus usuarios son mujeres y menores de edad que han sufrido múltiples abusos y ya no pueden ser atendidos por instituciones gubernamentales.

Así lo afirmaron los responsables de algunos de esos refugios, quienes subrayaron que muchas autoridades están lucrando con las familias migrantes que viajan con niños, pues las extorsionan para dejarlas en libertad, aunque saben que detener a éstos es ilegal.

Magdalena Silva, directora de la Casa de Acogida, Formación y Empoderamiento de la Mujer Migrante y Refugiada (Cafemin), señaló que en este albergue hay un promedio diario de 35 personas –la mayoría mujeres y niños–, aunque en algunos momentos han llegado a 70 u 80 ocupantes.

Quienes nos llegan a nosotros, los que no estamos a pie de vía (del tren), son familias extensas que vienen con redes de tráfico de personas y que son detenidas por gente del Instituto Nacional de Migración (INM) y la Guardia Nacional. Por las reformas que hubo en enero, los niños tienen que ser llevados al DIF, pero ahí no tienen posibilidades ni espacio para atenderlos, y es cuando nos los mandan y nos saturamos, detalló la religiosa.

Buena parte de los migrantes que se quedan en la Cafemin, aseguró, no pueden seguir su camino con tanta facilidad hacia la frontera norte o ya han decidido regresar a sus países de origen, luego de padecer extorsiones, robos, secuestros y otros abusos, aunque también hay otra cantidad considerable que vuelve a contratar coyotes para intentar cruzar a Estados Unidos de nuevo.

A su vez, Gabriela Hernández, directora del refugio Casa Tochán, destacó que el aumento del flujo migratorio que busca llegar a Estados Unidos ha generado también un alza en los abusos que padecen los trabajadores internacionales sin documentos, tanto por el crimen organizado como por las autoridades mexicanas.

La hermana que dirige el albergue de Tierra Blanca (Veracruz) nos dijo que el INM estuvo haciendo operativos en la puerta del refugio, ahí están deteniendo a las personas y a todos nos preocupa muchísimo, porque los abusos están desatados, lamentó.

Los agentes migratorios, añadió la activista, han comenzado a lucrar con las familias en tránsito, pues primero las detienen por 24 horas o menos y después les cobran para dejarlas salir, a sabiendas de que ya existe una orden judicial que les impide mantener detenidos a los menores de edad.