Guadalajara, Jal., Familiares de los tres italianos desaparecidos en enero de 2018 en Tecalitlán, Jalisco, señalaron que pese al fallo condenatorio emitido la noche del viernes en el juzgado sexto de Ciudad Guzmán contra dos policías que participaron en la desaparición forzada, aún sigue sin conocerse el destino o paradero de Raffaele Russo de 60 años, su hijo Antonio y su sobrino Vincenzo Cimmino, de 25 años, además de dos agentes prófugos incluido el comisario y una oficial que no se presentó al último día de audiencia.

Francesco Russo, hijo de uno de los desaparecidos, quien encabeza la búsqueda y da seguimiento al caso, declaró que esa es la parte más importante, saber si están vivos o muertos sus familiares, quienes fueron entregados a la delincuencia organizada el 31 de enero de 2018 según el fallo emitido el viernes.

En tanto, Claudio Falleti, Luigi Ferrandino y Joaquín Esparza Méndez, abogados de las familias italianas Russo y Cimmino y quienes en conjunto con la Fiscalía de Jalisco se encargaron de presentar pruebas para lograr el fallo, recordaron la relevancia internacional que cobró el caso al involucrar a los dos países y una resolución de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Ferrandino reveló al diario Gazzetta di Napoli que los policías acusados y los testigos evitaron hablar del destino de los tres italianos porque estaban preocupados por sus propias vidas.

Esa versión del abogado italiano es contraria a la que dio a La Jornada el defensor de los uniformados inculpados, Javier Díaz Jorge, quien señaló que existieron notorias presiones de la Fiscalía del estado que hicieron que los testigos que presentaron y podrían haber intercedido por la inocencia de los agentes, a final de cuentas se volvieron testigos de la defensa.

Además de que se desconoce el destino de los tres italianos, el veredicto sólo es contra dos policías, lo que deja la justicia a medias pues otra inculpada, la policía Lidia Guadalupe Arroyo, quien no era acusada por desaparición forzada sino encubrimiento, aprovechó un receso en la audiencia y ya no se presentó al juicio, por lo cual se giró orden de aprehensión en su contra.

Pero además Hugo Martínez Muñiz, comisario de la policía de Tecalitlán cuando ocurrió la desaparición forzada huyó poco antes de que el gobierno estatal interviniera a la corporación y desarmara a todos sus integrantes. Desde entonces se encuentra prófugo.