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Un muro de Chimalhuacán cuenta la historia de Diana, víctima de feminicidio
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▲ El dueto de artistas La Mal Hablada durante la creación, en el municipio mexiquense, del tercero de 10 murales dedicados a las víctimas de feminicidio. Ya pintaron uno en Puebla y otro en Toluca.Foto Diana Ramón
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 24 de noviembre de 2020, p. 4

Chimalhuacán, Méx., Quisieron enterrarnos, pero no sabían que éramos semillas centra su narrativa en las historias contadas por las familias de víctimas de feminicidio. Sus creadores, el dúo La Mal Hablada, pretende dignificar a las mujeres desaparecidas, pero también a sus seres queridos, quienes están cansados de ver los nombres y las fotos de ellas al lado de las palabras se busca, explica la artista Norma Jiménez.

En Chimalhuacán se creó la tercera de 10 obras enfocadas a contar las historias de las víctimas de feminicidio en nuestro país, porque en el territorio nacional, 10 mujeres son asesinadas todos los días.

El arte ayuda a construir la memoria, a no olvidar, y es desde donde nos podemos sumar para exigir justicia para las familias. Como sociedad, nos toca a todos sumarnos a ese clamor de las familias que exigen justicia.

A lo largo de seis días, los artistas plásticos Norma Jiménez y Anthony García crearon el mural de Diana Velázquez Florencio, quien hace más de tres años fue asesinada y cuyo cuerpo fue abandonado en la calle Francisco I. Madero, en Chimalhuacán.

Encuentro entre artistas y familiares

De las tres obras realizadas hasta el momento (en Puebla y Toluca, las dos primeras), ésta es la más grande. Con una dimensión de seis metros de alto y 14 de largo, la creación de esta pieza requirió más de 60 litros de pintura y 15 de sellador.

Norma Jiménez explicó que su idea artística siempre ha contemplado pintar mujeres, y que su primer mural, realizado hace un año en Puebla, incluía en un inicio el tema de los feminicidios de manera generalizada, pero todo cambió cuando pudo acercarse a las familias de Paulina Camargo y Karla Hernández, víctimas de ese crimen.

“Fue muy conmovedor ver a las familias. Recuerdo que la mamá de Paulina estaba harta de ver el nombre de su hija al lado de la frase ‘se busca’, que ya no quería ver más su retrato con esa idea fija. Quería contar quién era Paulina; entonces, entre las familias y nosotros construimos la narrativa del mural y pues les gustó mucho el resultado.”

Con esa experiencia, el proyecto se transformó en Quisieron enterrarnos, pero no sabían que éramos semillas. Entonces, el dueto artístico se acercó a más familiares para ver si para ellos tenía sentido, y todas dijeron que sí. Tardaron un año en juntar los recursos y la búsqueda de muros.

Tratándose del mural de Diana, éste se pintó con autorización del propietario del inmueble, justo donde fue abandonado su cuerpo, la madrugada del 2 de julio de 2017.

Lidia Florencio Guerrero, madre de Diana, narra con impotencia que la calle Francisco I. Madero tiene un significado demasiado doloroso para toda la familia, ya que aquí abandonaron el cuerpo de Diana y, desgraciadamente, hasta el momento no hay justicia para ella. Llevamos más de tres años caminando en la exigencia de justicia; lamentablemente las autoridades sólo nos dan promesas.

Explicó que hay un detenido en el penal Neza-Bordo; sin embargo, no queremos un detenido, queremos justicia, porque las autoridades siempre han actuado con mucha indiferencia.

La familia ha tenido que visibilizar el caso de Diana para que la Fiscalía General de Justicia del estado de México haga su trabajo.

Con el mural, con el rostro de Diana plasmado a través del arte, Lidia Florencio y su familia saben que su hija quedará en la memoria, que hay justicia en el nombre de ella, pero también en nombre de todas las chicas asesinadas en este Chimalhuacán feminicida.

Los seis días de trabajo artístico estuvieron acompañados por una jornada cultural en la cual participaron colectivos de lucha contra el feminicidio, como Rudas Chimalhuacán y Nos Queremos Vivas Neza. Los artistas, colectivos y Lidia Florencio denunciaron acoso de la policía municipal de Chimalhuacán.

La jornada de lucha contra el feminicidio en el estado de México concluyó el domingo pasado con una rodada ciclista que partió de las cruces del antimonumento en el Río La Compañía, en Chimalhuacán, hasta la escultura monumental Cabeza de Coyote, en Nezahualcóyotl. De este punto se realizó una marcha hasta un segundo antimonumento erigido frente al palacio municipal de Ciudad Neza.