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En el Hay Festival Digital Querétaro, dos creadoras hablan sobre su quehacer literario

Si hubiese tenido que elegir una casa para confinarse, habría optado por la que tuvo en México, aseguró la poeta uruguaya Ida Vitale

 
Periódico La Jornada
Miércoles 9 de septiembre de 2020, p. 4

Creo mucho en el alivio que significa el trabajo solito de la noche. Cuando uno se acuesta con una idea en la cabeza, de pronto hay una parte nuestra que se encarga de trabajarla por nosotros. Por la mañana uno se encuentra con la gana de escribir aquello, terminarlo o de alguna manera corresponder a esa inquietud. Uno busca su propia fórmula, expresó la poeta uruguaya Ida Vitale (Montevideo, 1923) al responder una pregunta del auditorio sobre su proceso creativo, en el conversatorio sostenido con Jesús Cañete Ochoa en el Hay Festival Digital Querétaro.

Para Vitale, su proceso para crear depende de la obra: Puede ser un poema que de alguna manera responda a una inquietud no sólo mía del momento, y puede implicar un proceso más lento, quizá, acomodarme yo al tema o el tema a mí.

En la plática de una hora (en la cual leyó varios poemas suyos, como Accidentes nocturnos y Sumas), la también ensayista y crítica literaria, quien estaba en Montevideo, abordó los temas planteados desde Madrid por el director del Festival de la Palabra de la Universidad de Alcalá. Por ejemplo, a la pregunta ¿cómo imaginas el porvenir?, Vitale respondió que el porvenir inmediato será menos agradable. No sé si las personas van a lamentar estar fuera de circulación o se van a sentir muy felices de estar aisladas. Hay muchas situaciones incómodas, por lo que no pienso en el futuro, prefiero mirar al pasado en que no todo estuvo tan horrible y tuvo muchas cosas buenas.

Vitale se remitió a su estancia de 11 años en México (1964 a 1974) en calidad de exiliada y sus buenos recuerdos de Octavio Paz y sus revistas. ¿Qué se hace con los recuerdos, son una buena compañía?, quiso saber su interlocutor. A veces hay que escribirlos, pero en otras ocasiones hay que tener cuidado de no hacerlo, contestó la premio Cervantes 2018. Agregó que de tener que elegir una casa para confinarse por el Covid-19, la poeta optaría por la que tuvo en México, a la que ella y su esposo, Enrique Fierro, llamaban Shakespeare Palace, también título de su libro de memorias de esa estancia.

En cuanto a la condición de la mujer en la escritura, indicó que en general no hace literatura feminista: Trato de no hacer más subdivisiones en un mundo, que ya está tan subdividido. La sociedad al natural establece diferencias. El hombre tiene más posibilidades de actuación, de llegar a ser, por lo pronto se dedica más a la política que la mujer. El feminismo llegó a la sociedad por evolución.

En México hay mucha indiferencia hacia los indígenas; somos racistas contra nosotros mismos: Elena Poniatowska

Ángel Vargas

En su participación en el Hay Festival Digital Querétaro 2020, Elena Poniatowska afirmó que, aunque tiene 88 años, desea seguir escribiendo por lo menos dos décadas más.

Reafirmó, asimismo, su condición de periodista y escritora y aclaró que si bien hay quienes sólo la remiten a la matanza del 2 de octubre de 1968 en México por su libro La noche de Tlatelolco, cuenta con muchas obras más y sigue en activo, escribiendo.

Aseguró que su trabajo no ha sufrido nada durante la crisis sanitaria y continúa realizando entrevistas que se publican los domingos en este diario, porque si me pongo el cubrebocas se puede oír la voz y puede uno preguntar hasta lo que el diablo le dicta.

La participación de la premio Cervantes 2013 en el citado encuentro literario fue con la cápsula grabada de 15 minutos Imagina el mundo: Elena Poniatowska, en la que respondió una serie de preguntas sobre su vida y obra.

Entre otros aspectos, afirmó que el tema indígena tiene mucho peso para la actual administración federal y que el presidente Andrés Manuel López Obrador lo ha privilegiado, un poco, aclaró, con el rechazo de intelectuales e instancias culturales que ya no reciben el dinero de antes, porque está destinado a las culturas originarias.

Ha habido una enorme indiferencia hacia los indígenas. El racismo en México es muy extraño, porque somos racistas en contra de nosotros mismos. Pero ahorita hay un interés enorme de nuestro gobierno por una clase social que siempre estuvo abandonada y maltratada, que siempre estuvo al servicio de los blancos, indicó.

La influencia sobre el gobierno mexicano, sobre el Presidente actual, es enorme, porque él fue un niño descalzo que vivió en Tabasco, al lado del agua; para nada era un niño privilegiado, y eso se refleja en su amor a los indígenas y a los que han sido totalmente abandonados, quienes, finalmente, son los dueños de México.

Recepcionista de historias

Poniatowska habló también de la suerte que ha tenido para que otros se le acerquen y le confíen cosas: Incluso, cuando salgo a la calle, siempre hay alguien que me busca para contarme algo. Soy, entonces, un reservorio o una recepcionista de muchas historias, de muchísimas tristezas y de muchas alegrías; se oye cursi, pero así es.

Contó, además, que tiene 10 nietos y una espléndida relación con los jóvenes, de los cuales sostuvo que les gusta mucho tener una abuelita de pelo blanco, porque no les da indicaciones, no lo sabe todo como los papás ni se enoja, los regaña o los castiga.

A su decir, en la pandemia los mexicanos han demostrado que son menos obedientes que los habitantes de las naciones europeas, acaso porque tienen mucha tendencia a la libertad o gran afán libertario.

“Se ve a mucha gente en las calles y lugares públicos, no se guarda la sana distancia, muchos se abrazan, se besan, así que no hay la gran obediencia que hubo en Europa, porque tampoco hay un enorme miedo a la muerte, puesto que, como dice la canción Caminos de Guanajuato (de José Alfredo Jiménez), aquí la vida no vale nada.”

Consideró que el Covid-19 ha hecho poca mella en la labor creativa de los escritores, lo mismo que en la de los pintores, al estar acostumbrados al encierro, pues son gente que trabaja en casa y sabe de la soledad, la conoce bien e incluso la ansía o la desea.