La Jornada del campo
La Jornada del campo
Número 155 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
Ser joven en el campo
Cruz Alejandra López Juárez leyendo uno de sus poemas, 2019. Miguel Ortigoza ÁlvarezCruz Alejandra López Juárez leyendo uno de sus poemas, 2019. Miguel Ortigoza Álvarez

Poesía joven contra la discriminación y el racismo

Sergio Enrique Hernández Loeza UCIRED / CAS-BUAP

Las nociones de modernidad y tradición han sido asociadas a espacios geográficos específicos: la ciudad representa lo moderno y el campo la tradición. Lo anterior implica otras visiones dicotómicas: progreso/atraso, avance tecnológico/atraso tecnológico, industria/materias primas, arte/artesanía. Estas distinciones son vividas en carne propia por hombres y mujeres jóvenes que crecen escuchando –en la escuela, en los medios de comunicación e incluso en los consejos de parientes de mayor edad- que deben escapar del mundo rural para “ser alguien a la vida”. A lo anterior se suman situaciones que precarizan la vida en el medio rural: crimen organizado, despojo territorial, escasas fuentes de ingresos económicos, aumento de las ofertas de consumo, entre otras.

Frente a ello, buena parte de las y los jóvenes rurales asumen ese discurso, esperando a concluir la educación media superior -una vez que se acaban los “apoyos” focalizados de gobierno-, para migrar a centros urbanos nacionales o internacionales. Pero otros/as, reivindican la vida rural, a la vez que la reformulan: participan en procesos organizativos, en la defensa de la tierra, en actividades agropecuarias, pero también incursionan en espacios antes poco transitados, donde hacen sonar su voz.

Cruz Alejandra Lucas Juárez, joven mujer totonaca de Tuxtla, Zapotitlan de Méndez, Puebla, desde la potencia de la poesía empalabra su ser mujer, la fuerza de su cultura, el apego al territorio. En un fragmento de su poema “Luwan”, Cruz Alejandra enuncia:

“Que tus ojos no me busquen en la barranca

ni en un charco de lodo.

No huyo de ti.

Hoy desperté con ganas de vivir,

tomé del cuello a mi miedo

y lo degollé con el machete.

Me dije que desde hoy

mi voz será la lluvia que inundará tu pensamiento” *.

Luwan, traducido por la autora como “extranjero”, significa víbora, y es la palabra empleada para referirse a quien no es totonaco, que tiene los modos y forma de vida del mestizo autoenaltecido.

Alfredo Santiago Gómez, joven hombre totonaco de Leacaman, Huehuetla, Puebla, escribe desde su vivencia en el campo, pero también como migrante que llega a la ciudad. Respecto a su vivencia en el campo rememora, en su poema “Lluvia de la tarde”:

“El cafetal y el maizal se miran el uno al otro alegres

cuando sus flores revientan

y presumen haber cosechado demasiada agua.

Mi corazón acoge la tranquilidad de las tardes

cuando escucho cada vez la lluvia

revolotear en el jardín de tu casa”.

Por otro lado, en su poema “La ciudad”, nos dice:

“Se prenden y se apagan las luces.

Escucho la respiración

de los que aún no duermen

en este mismo edificio.

Y detrás del humo amargo del cigarro

sigo descubriendo tu imagen clarísima.

Sollozo a la noche, le gimo a la ciudad humana.” **.

Juan Sant, joven hombre totonaco de El Terrero, Pantepec, Puebla, lanza sus rimas a ritmo de rap, y con canciones como “Somos”, “Quit” o “Mi dolor”, elabora una postura frente al ambiente hostil a la diferencia que encuentra en la ciudad, por parte de una sociedad estancada en el mundo dicotómico descrito al inicio de este texto. Sirvan, pues, las palabras que Juan Sant plasma en su canción “Originario”, como muestra de la toma de la palabra para enfrentar la discriminación y el racismo desde el ser joven rural:

“Me cansé de callar

de bajar la cabeza

vivir bajo la sombra de aquel que ostenta riquezas

cansado de sentir vergüenza

por tener piel morena

por tener el color de la tierra

aunque no tenga tierras, más que las que tengo en las uñas. Quizá

por eso será

que de mis manos siempre suelen brotar

salvajes flores liricales que suelen causar incomodidad (…)

Que callen voces que nos discriminan

Que enmudezcan miradas, que no lastimen palabras llenas de espinas

hoy traigo semillas y un machete en mano pa’ aquel que pida que crezca mi canto

que nadie robe sonrisa a mi cría

que crezca el orgullo en nuestros corazones

que nuestras lenguas se escuchen en todos los rincones (x3)

que sonrían nuestros corazones”.

Juan Sant en Cumbre Tajin 2019. Miguel Ortigoza ÁlvarezJuan Sant en Cumbre Tajin 2019. Miguel Ortigoza Álvarez

 

* Para leer el poema completo, y su versión en totonaco: https://circulodepoesia.com/2019/09/xochitlajtoli-cruz-alejandra-lucas-juarez/.

Alfredo Santiago impartiendo taller de poesía en totonaco a estudiantes del CESIK, 2019. Sergio Enrique Hernández LoezaAlfredo Santiago impartiendo taller de poesía en totonaco a estudiantes del CESIK, 2019. Sergio Enrique Hernández Loeza