Cada año, en el mundo, alrededor de 2 millones de personas mueren por enfermedades zoonóticas, padecimientos infecciosos que se transmiten de forma natural de los animales a los seres humanos, principalmente en países de bajos y medianos ingresos, de acuerdo con un informe publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Instituto Internacional de Investigaciones Pecuarias (ILRI, por sus siglas en inglés).

En la presentación del documento Prevenir la próxima pandemia: Zoonosis y cómo romper la cadena de transmisión, la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen, señaló que si seguimos explotando la vida silvestre y destruyendo nuestros ecosistemas, en los próximos años tendremos un flujo constante de estas enfermedades. Destacó que las pandemias son devastadoras y quienes más sufren son las personas de bajos recursos y vulnerables. Por lo que llamó a proteger el medio ambiente de forma más decidida.

La pandemia de Covid-19 probablemente se originó en murciélagos, refirieron las organizaciones internacionales. Agregaron que este coronavirus es sólo el más reciente entre un conjunto de enfermedades emergentes, como el Ébola y el MERS. En el mundo, se estima que alrededor de 60 por ciento de las infecciones humanas pueden tener un origen animal.

Añadieron que en las pasadas dos décadas las infecciones zoonóticas han generado pérdidas económicas de más de 100 mil millones de dólares, sin incluir el costo de la pandemia de Covid-19, que se espera alcance los 9 billones de dólares en los próximos años.

El PNUMA y el ILRI expusieron que la frecuencia con la que los microorganismos patógenos saltan de otras especies animales a las personas está aumentando debido al incremento de la demanda de proteínas animales; la intensificación insostenible de la agricultura; el aumento del uso y la explotación de las especies silvestres; la utilización de los recursos naturales, acelerada por la urbanización, el cambio del uso del suelo y la industria extractiva y el cambio climático.