Espectáculos
Ver día anteriorMartes 7 de julio de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Circo bogotano intercambia malabarismos por comida para darla en barrios marginados
Foto
▲ Alexandra Suárez, fundadora del Circo Encuentro, da una función gratuita y recibe vegetales para repartir entre personas sin recursos.Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Martes 7 de julio de 2020, p. 8

Bogotá. Un grupo de artistas callejeros de Circo Encuentro intercambian su espectáculo de malabarismos y bailes por alimentos para ayudar en los barrios más pobres del sur de la capital colombiana golpeados por el coronavirus. También tratan de hacer labor didáctica al exhortar a cuidarse de la infección.

La fundadora del circo, Alexandra Suárez, dijo que ella y otros tres artistas lo formaron hace 11 años cuando estaban en secundaria, con el objetivo de hacer un trabajo social.

“No somos circo de carpa, con animales y payasos. Esto nace de ver las necesidades en diferentes zonas del sur de Bogotá; también de nosotros mismos porque el coronavirus llegó sin previo aviso.

Eran tantas las necesidades mentales, aumentaron los problemas intrafamiliares; los niños obligados a no ir al colegio. Nos estábamos enfermando mentalmente y por falta de alimentos y con nuestra actuación queremos brindar un rato de alegría y esperanza, agregó.

Megáfono en mano, Suárez arengaba en la tarde del sábado por diferentes calles de un barrio del sur de Bogotá: Si te cuidas tú, me cuido yo y entre todos nos cuidamos.

El grupo recolectó alimentos en varias zonas y en la tarde dio su espectáculo de una hora con acrobacias y bailes. Prepararon después una gran sopa que repartieron a un grupo de adultos y menores de edad que presenció el acto.

Nuestra actividad consta de recolección de alimentos en plazas de mercado y tiendas. Elegimos tres días a la semana para hacer una especie de trueque; a cambio de arte nos dan carne, pollo, arroz, papas y les preparamos una sopa. Hoy, por ejemplo, nos maquillamos y vestimos con trajes coloridos e invitamos a que nos acompañaran.

La llaman “sopita de murciélago, en alusión –dice– a que el coronavirus provino de murciélagos, y para que nos diéramos cuenta que no fueron murciélagos, ni en los laboratorios, sino que nosotros fuimos los que acechamos al murciélago”.