Al llegar al foro, caminó sobre una alfombra roja como en una noche de gala. Jackie Nava, la pionera del boxeo de mujeres, se sintió un poco incómoda cuando entró por fin al estudio de televisión, que cobró la forma de una arena sin público. Poca gente de producción y conductores distantes, sin ovaciones, sin estruendo. Como si se tratara de la escena de un filme.

Muy raro, porque no había nadie echando porras ni aplaudiendo, recuerda Jackie; se siente extraño entrar así. Una tiene que mentalizarse que así será mientras dure esta situación sanitaria, pero ya estar ahí adentro es muy fuerte.

Nava había visto las dos funciones previas a puerta cerrada. La producción se encargó de que al televidente se le mostrara lo más parecido a una velada típica de boxeo. Pero ser la protagonista, era una experiencia entre novedosa y desoladora.

Cuando me declararon vencedora también fue muy incómodo, dice un poco divertida; no sabía adónde voltear, una está acostumbrada a ver a su gente o al sector del público que te apoya, pero aquí volteaba y sólo había unos cuantos con cámaras y lo demás vacío.

Este formato será el que se acostumbrará en todos los espectáculos deportivos antes masivos. Al menos no podrán convocar a sus miles de asistentes que le imprimen emoción a las justas. Jackie no sólo lamenta la pérdida de este elemento sustancial, sino también que los sacrificios económicos se notan en todos los aspectos.

Tuvimos que aceptar menos dinero, porque todos están en la misma situación, confiesa; mientras vivamos en esta pandemia parece que no habrá de otra manera. Las peleas grandes difícilmente podrán hacerse; además de que sin público no tienen sentido.

Las carteleras de gran audiencia es probable que tendrán que esperar. No sólo porque en algunos casos la taquilla también puede representar ganancias considerables, sino porque parte de la promoción implica crear todo un entorno que por ahora parece imposible.

Las peleas que más se esperaban en 2020 seguirán aguardando, advierte Nava; habrá que ver si a final de año o hasta el siguiente. Los boxeadores necesitamos de todo ese ambiente alrededor para sacar la adrenalina de los grandes combates, sin eso, no tiene sentido.