Las universidades públicas y privadas están implementado cambios para retomar las clases una vez pasada la epidemia de Covid-19, como incrementar las clases a distancia y disminuir las presenciales, solicitar que haya flexibilidad en la docencia o priorizar los trámites en línea.

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha anunciado que, cuando acabe la contingencia sanitaria, no podrá regresar a sus actividades con el aforo y las características con que operaba antes de la pandemia. Lo mismo han señalado otras casas de estudios afiliadas a la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Su­perior (Anuies), como la Universidad Autónoma Metropolitana, que no había tenido clases en línea en su historia, pero que desde mayo y hasta nuevo aviso sólo imparte cursos a distancia.

Modelo híbrido

Otros casos son los del Tecnológico de Monterrey, que iniciará su nuevo semestre en agosto bajo un modelo educativo híbrido, que combina la formación a distancia con actividades presenciales, o el de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, que también arrancará el semestre a distancia.

De acuerdo con académicos, las instituciones enfrentan grandes retos para hacer estos cambios, pues en la mayoría de los casos sus modelos de enseñanza están diseñados para ser presenciales.

Vía remota

David Fernández Dávalos, rector de la Ibero y vicepresidente de la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (Udual), ha señalado que muchas de nuestras universidades, al decretarse la fase dos de la pandemia, hemos migrado algunos de nuestros programas y cursos a Internet. Pero esto no ha sido, ni mucho menos, generalizado o completo. Y tendríamos que confesar que, como universidades, no podemos operar en línea, por vía remota, de manera generalizada y por periodos lectivos ­completos.

Diversos investigadores han identificado que muchos profesores universitarios no cuentan con experiencia impartiendo clases a distancia y que, si bien en los últimos meses se han esforzado en adaptarse a este tipo de educación, lo han hecho con poca preparación y, algunas veces, con apoyo institucional limitado.

Práctica docente

En un texto publicado por el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM, la académica Estela Ruiz Larraguivel señala que los profesores universitarios, en específico los que cuentan con una larga trayectoria, en su incursión inexperta en la educación a distancia atraviesan por una serie de dificultades no sólo de naturaleza tecnológica y pedagógica, sino también por sus intentos de replicar, en las plataformas digitales, la misma práctica docente, apoyada en programas de estudio con contenidos rígidos en ambientes de aprendizaje muy dinámicos, como los que parecen caracterizar a la enseñanza virtual.

Esta coyuntura, señala la ­es­pecialista, podría constituirse en una oportunidad para plantear una práctica docente más horizontal, que contribuya al impulso de aprendizajes significativos, y repensar su lugar en la adquisición de conocimientos y habilidades entre los estudiantes.