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La edición de cine es un truco al que el público se ha acostumbrado: Sam Mendes

El director británico ofreció una clase magistral

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▲ El cineasta británico, en la alfombra roja de 1917, en Londres, en diciembre pasado.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Jueves 21 de mayo de 2020, p. 8

El director de cine Sam Mendes sólo le había dicho a la productora Pippa Harris que quería escribir algo. Ambos son fundadores de una compañía productora. Un día, finalmente, le aseguró que tenía algo que podía funcionar, un marco y una idea ambientados en la Primera Guerra Mundial.

El cineasta británico nunca antes había escrito, así que pidió a Krysty Wilson-Cairns que le ayudara a plasmar su idea, y la guionista no tardó mucho en aceptar.

Creo que cuando empezamos no estaba segura, él no se daba cuenta de cómo iba a ser escribir una historia que abarca una sola toma y había muchos aspectos técnicos, es decir, cómo introducir a los personajes o describir las escenas, incluso eso era muy distinto, explicó Wilson-Cairns en una clase magistral virtual organizada por la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la Televisión (Bafta).

Durante la conversación, The making of 1917, los cineastas compartieron con público de todo el mundo anécdotas y reflexiones de la realización de la reciente película dirigida por Mendes; desde cómo investigaron la época en que se desarrolla 1917 hasta la forma en que el director trabaja en su set, pasando por la creación de los personajes, la música o el plano secuencia en que se narra la historia.

Una sola toma

Haber montado 1917 en un sola toma implicó diversos cambios. “Es justo decir que una película normal es muy fragmentada. El proceso de filmar es inorgánico y fragmentado. Hay un montón de gente por ahí comiendo rollos de tocino, mientras tú estás haciendo un close-up. Pero en esta película todo el equipo estaba involucrado en cada segundo de la grabación”, describió el director.

“Los seis o siete minutos que la toma duraba, cada departamento estaba involucrado: diseño de los sets y la distancia entre las cosas, la cámara, maquillaje, vestuario, los stunts; todos. En ese sentido se sintió como una forma totalmente diferente de hacer una película, la cual parece difícil de repetir”, explicó Mendes. Fue estresante, pero muy gratificante y emocionante.

Otra cosa que preocupaba al británico era el ritmo de la cinta. Era la única gran pregunta en mi cabeza durante el rodaje, aseguró. Siendo un plano secuencia, en trayectos de una escena a otra, le parecía que nada pasaba, así que tuvo que confiar en una tensión lenta, sin sonido, sin ruido, de quietud.

Sin cortes posibles en la película, el director también se tuvo que apoyar en la música. “Estaba mucho en mi mente porque como no podíamos cortar, la única forma de controlar el ritmo era a través del score y algunas de las secuencias de las que hablaba. Sabía que iba a tener que apoyarme mucho en la música, en toda clase de áreas donde no teníamos nada más que añadir. No podíamos hacer malabares con el ritmo, cortar y saltar a primeros planos”, respondió el cineasta.

Mendes incluso bromeó sobre las preguntas acerca de la edición de 1917. “‘¿Es un truco, verdad?’, me han preguntado, y sigo diciendo lo mismo: no. La edición es un truco; simplemente es uno al que se han acostumbrado a lo largo de 100 años de cinematografía: había siete cámaras en la habitación. Los estábamos engañando al hacerlos pensar que no había ninguna con la edición”.

Al director británico también le preguntaron sobre su papel como líder de un grupo de trabajo al que tiene que transmitir una visión.

Si hay áreas que no entiendes o quieres una sensación en particular, no siempre des la solución, di cómo quieres sentirte y deja que otras personas se preocupen sobre cómo crear eso física y prácticamente. Creo que en la vida, como en las películas, hay que tener cuidado de la gente que piensa que tiene todas las respuestas; yo no las tenía, pero sabía lo que quería, expuso.

A la guionista Wilson-Cairns los espectadores le pidieron consejos para comenzar a escribir la primera página.

Date permiso de hacer basura. La gente se angustia porque cree que tiene que ser perfecta siempre. Puedes escribir algo terrible y mejorar, y esto se me acaba de ocurrir, así que date permiso de ser malo, respondió.

Sam Mendes espera que su película sirva como una suerte de recordatorio sobre lo que otras generaciones atravesaron. Estamos pasando por nuestros cambios particulares en este momento, pero incluso esos cambios a los que nos enfrentamos, son nada comparados con lo que estos muchachos tuvieron que hacer y de toda una generación que murió. Te da fuerza y esperanza, si es posible superar eso, es posible superar cualquier cosa.