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Los virus, buenos clientes de la ciencia ficción, dicen expertos
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▲ Mary Shelley, quien además de crear Frankenstein escribió la novela apocalíptica El último hombre, en 1826.Foto archivo
 
Periódico La Jornada
Martes 5 de mayo de 2020, p. 5

París. En el género de ciencia ficción existen decenas de libros y guiones acerca de virus letales, con muertos en cadena y poblaciones atemorizadas, tramas que recuerdan a la pandemia actual y que ponen énfasis en la vulnerabilidad humana.

“Si la ciencia ficción es de utilidad, además del placer de leerla, es la de tratar de ver, basándose en el presente, qué puede pasar en el futuro y decir: ‘¡cuidado!’”, dice Jean-Pierre Andrevon, autor de Le monde enfin, clásico en Francia que describe el mundo tras una pandemia.

La epidemia forma parte de las mil y una catástrofes que nos esperan, o en cualquier caso, que son posibles, añade.

Desde El último hombre, de Mary Shelley (creadora de Frankenstein), publicado en 1826, hasta la actual serie Years and Years, con Emma Thompson, pasando por la película Contagio de Steven Soderbergh, los virus han invadido la ciencia ficción mucho antes de que el nuevo coronavirus se propagara en el mundo.

Roland Lehoucq y Jean-Sébastien Steyer, especialistas en la materia y autores del libro La science fait son cinéma, explican por qué los virus son tan buenos clientes de la ciencia ficción.

Su modo de transmisión mediante los fluidos vitales, la panoplia de su peligrosidad, su posible estado latente, su veloz propagación y sus consecuencias devastadoras “nos aterrorizan y nos recuerdan sin cese que el Homo sapiens es, antes que nada, un Homo vulnerabilis”.

Cada autor imagina su escenario: para algunos, los virus conducen a un mundo de zombis como Guerra mundial Z, de Marc Forster; al hundimiento del sistema económico, como en El origen del planeta de los simios, de Rupert Wyatt, o al regreso de los animales salvajes y de la vegetación en el libro de Andrevon.

Normalmente en la ciencia ficción la pandemia elimina a la humanidad pero no al resto del planeta, lo que refleja una idea antigua: el humano es una especie como cualquier otra que desaparecerá en un momento dado, explica Natacha Vas-Deyres, profesora de Letras de la Universidad Bordeaux-Montaigne de Francia.

¿Se acabaron los virus ?

El confinamiento que acompaña la actual pandemia también es una temática que retoma la ciencia ficción, como la película El hoyo, del español Galder Gaztelu-Urrutia, sobre un angustiante encierro en una cárcel en forma de torre.

Si hoy día se constata determinada porosidad entre ficción y realidad, también es porque la primera se alimenta ampliamente de la segunda, y los sucesos que originan las pandemias, como un viajero que cae enfermo, no necesitan ser magnificados, explican Lehoucq y Steyer.

La ciencia ficción también se basa en lo científico: en su libro Koors, el escritor Deon Meyer retomó los consejos de los universitarios Wolf-gang Preiser y Richard Tedder para explicar cómo un coronavirus mata a 95 por ciento de la población mundial.

Para escribir Contagio, Scott Z. Burns explicó a la revista Variety que trabajó con Ian Lipkin, de la Universidad de Columbia, y con el epidemiólogo Larry Brilliant.

Hay todo un conjunto de escenarios producidos por la ciencia ficción que nos alertan desde hace mucho tiempo de las posibles causas de la desaparición de la humanidad y de nuestra civilización industrial, explica Vas-Deyres.

Y si muchos confinados descargan estos días Contagio es para mirar de frente la muerte de nuestra sociedad, para tratar de comprender, de proyectarse, añade.

Para Andrevon, que la realidad se haya ahora apropiado de una temática de la ciencia ficción excluye la posibilidad de volver a escribir al respecto.

Pero quedan otras catástrofes posibles. Hace tiempo que hay un grito de alarma sobre la cuestión ecológica, afirma el escritor. Basta con ver la evolución de la sociedad para imaginar qué puede suceder dentro en 20 o 50 años.