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Ver día anteriorSábado 25 de abril de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
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México SA

Caída económica// Annus horribilis

M

ás allá del terrible panorama sanitario, para nadie es un secreto que 2020 será un annus horribilis para la economía mundial. Los pronósticos más optimistas (FMI) apuntan hacia un desplome global no menor a 3 por ciento, aunque en las economías avanzadas la caída promedio sería de 6 por ciento. La estadunidense se hundiría 5.9 por ciento y el derrumbe en la zona euro promediaría -7.5 por ciento.

De acuerdo con esas estimaciones, en 2021 todas las economías crecerían, pero con un ritmo insuficiente para tapar el profundo agujero de 2020. Y entre los pronósticos de este annus horribilis sobresalen dos: el de la economía china que, con todo, registraría un crecimiento de 1.2 por ciento, y el de India, con un avance de 1.9 por ciento. Los demás son negativos.

Para el caso latinoamericano la pandemia de Covid-19 impacta por medio de factores externos e internos, cuyo efecto conjunto conducirá a la peor contracción que la región ha sufrido desde 1914 y 1930. Se prevé una contracción regional promedio de -5.3 por ciento para 2020 (Cepal).

Pero no todo es la pandemia, porque antes de ella “América Latina y el Caribe ya acumulaba casi siete años de bajo crecimiento, con un promedio de 0.4 por ciento entre 2014 y 2019. La crisis que sufre la región este año, con una caída del PIB de -5.3 por ciento, será la peor en toda su historia. Para encontrar una contracción de magnitud comparable hace falta retroceder hasta la Gran Depresión de 1930 (-5 por ciento) o más aún, hasta 1914 (-4.9) (ídem).

Para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, la crisis del nuevo coronavirus se ha transmitido a la región a través de cinco canales: reducción del comercio internacional; caída de los precios de los productos primarios; intensificación de la aversión al riesgo y empeoramiento de las condiciones financieras mundiales; menor demanda de servicios turísticos y reducción de las remesas. Se prevé un fuerte aumento del desempleo con efectos negativos en pobreza y desigualdad.

Las dos mayores economías latinoamericanas se sacudirán: de acuerdo con las estimaciones de la Cepal, la brasileña caerá 5.2 por ciento y la mexicana 6.5 por ciento (una proporción negativa similar a la que registrarían Argentina y Ecuador), en el entendido de que la interrupción de las cadenas de valor producida por la pandemia impactará con mayor intensidad (en ese par), al poseer los sectores manufactureros más grandes de la región. Además, para nuestro país el desplome económico estadunidense golpeará el volumen de remesas, al igual que –roto con descosido– los precios petroleros.

Ante tal panorama, la Cepal promueve repensar el modelo de inserción de la región y las alternativas de reactivación a la luz de los cambios estructurales que ocurrirán en la globalización y el mundo post Covid-19. La pandemia ha alterado las relaciones económicas y sociales de un modo radical y sus consecuencias trascenderán su duración. Es altamente probable que sea un catalizador de los cambios que se observaban en la configuración de la producción y el comercio a nivel mundial en la última década.

Entonces, con pandemia o sin ella, el modelo de globalización basado en redes internacionales de producción, con una elevada dispersión geográfica, mostraba signos de agotamiento visibles en el estancamiento secular de muchas economías, la pérdida de dinamismo del comercio y la alta volatilidad desde la crisis financiera mundial (de 2008). La expansión de la crisis productiva ha puesto de manifiesto las vulnerabilidades de la interdependencia, a nivel de países y empresas, y puede llevar a cambios significativos en la organización de la producción a escala mundial. Ha quedado en evidencia la vulnerabilidad de las redes internacionales de producción ante fenómenos imprevistos de gran magnitud, y la consecuente necesidad de dotarlas de una mayor resiliencia.

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