19 de abril de 2020 • Número 151 • Suplemento Informativo de La Jornada • Directora General: Carmen Lira Saade • Director Fundador: Carlos Payán Velver

Salud rural y COVID


También nos estamos preparando para enfrentar la pandemia en las zonas rurales: Ssa

Cecilia Navarro

Desde la Secretaría de Salud, la dependencia que ha dirigido la estrategia para enfrentar la emergencia sanitaria por el COVID-19, Ricardo Cortés, director general de promoción de la salud, habla sobre las condiciones en las que se enfrentará la pandemia en los territorios rurales. Frente a años de abandono, hoy se trabaja a marchas forzadas para que las clínicas rurales operen y se capacita a los pasantes y los médicos que trabajan en ellas para identificar los casos de COVID-19 que se lleguen a presentar. Y, al igual que en las ciudades, las poblaciones rurales llegan debilitadas por años de mala alimentación. Su ventaja: es más fácil guardar la sana distancia.

¿Para cuándo esperan que el COVID-19 llegue a los territorios rurales del país?

En realidad, todo depende de la movilidad social de las áreas rurales a las urbanas y viceversa. Las áreas rurales en todo el mundo han sido menos afectadas que las urbanas por su menor movilidad y por la densidad de población. Dado que la dinámica social en las áreas rurales es distinta, hay menos densidad, hay más distancia entre las personas y la cantidad de habitantes es menor, el riesgo es disminuido. Esto facilita aplicar las medidas básicas de prevención, entre ellas su sana distancia, el lavado continuo de manos y el estornudo de etiqueta, entre otras.

Es una realidad que en las zonas rurales la sana distancia se ejerce mucho más que en las áreas urbanas. No así, probablemente, otro tipo de medidas, como el lavado de manos y la forma segura de estornudar, por eso estamos haciendo materiales específicos para las áreas rurales, para mostrar que no solo es necesaria la sana distancia, sino también las otras medidas para evitar contagios masivos.

En general, el mundo rural no está en el foco de atención de la pandemia, ¿cómo lo van a atender? Para empezar, las zonas rurales están sembradas de hospitales fantasma o de precarios centros de salud sin equipo, sin medicinas, sin personal.

Es un tema importante el de las unidades de salud inauguradas en años pasados y que son elefantes blancos. La Secretaría de Salud ha empezado a trabajar para habilitarlas, concluir las inconclusas y dotar de personal a las que fueron terminadas pero no se les puso en operación. Esto es fundamental para proteger las áreas rurales.

En las unidades de salud dispersas en las zonas rurales de todos los estados, la Dirección General de Calidad de Educación en Salud está trabajando para que los médicos pasantes de servicio social tengan una capacitación para evaluar y diagnosticar correctamente a cualquier persona bajo sospecha de coronavirus.

Cuando este caso se dé y se trate de una persona que pertenece a un grupo de mayor vulnerabilidad y con riesgo de complicación y muerte, será enviado a un hospital cercano, independiente, de si es o no derechohabiente. Por ejemplo, los hospitales de IMSS Bienestar atenderán a las personas de comunidades alejadas, aunque también pueden ser enviados a un hospital de segundo nivel de una población cercana.

Desafortunadamente, las comunidades rurales también han sido inmensamente afectadas por la comida chatarra. También presentan altos índices de obesidad, sobrepeso, diabetes, hipertensión, combinados con una terrible desnutrición en personas de todas las edades. Esto es una enorme vulnerabilidad.

Las personas que pertenecen a grupos de riesgo, es decir, adultos mayores de 60 y más, personas embarazadas, con alguna discapacidad, adultos jóvenes con enfermedades crónicas se pueden complicar en pocos días, tienen que ser evaluados por profesionales con más experiencia.

En las zonas rurales la gente no está afiliada a las instituciones de salud pública. La pandemia también hará evidente este tema. ¿Cómo empezarán a ampliar la cobertura?

La cobertura de salud en las zonas más alejadas está a cargo del Instituto de salud para el bienestar (Insabi). Las diferencias entre el Insabi y el Seguro popular son dos: en el Insabi no hay límite en el número de personas que pueden ser afiliadas; todo mexicano que viva en este país tiene derecho a la salud. Si no tiene cobertura por una institución como IMSS, ISSSTE o Pemex tiene en automático derecho a la atención de salud a través del Insabi.

La otra diferencia es la ampliación de las intervenciones con respecto a las que contemplaba el Seguro popular. El Seguro popular tenía grandes simulaciones. Por ejemplo, decía que el infarto agudo al miocardio estaba cubierto, pero al leer las letras chiquitas decía que solo hasta los 60 años. Pero antes de los 60 años no llegas al hospital, el infarto es fulminante. Después de los 60 sí llegas y resulta que tenías que pagar, el Seguro popular no lo cubría. Estas simulaciones se van a eliminar, habrá cobertura amplia, en especial para las personas del medio rural que no cuentan con atención.

¿Es suficiente la medida tomada por diversas comunidades -Cheran, la Sierra de Juárez, la Costa chica, entre otras- de instalar puestos de inspección para tomar la temperatura a la gente que quiere entrar a las comunidades? ¿Esta medida puede mitigar el impacto? ¿Qué más se podría hacer en estos puestos de inspección?

La respuesta sería ¿a qué van a las comunidades estas personas? Si van a vacacionar, la respuesta es éstas no son vacaciones. La gente no tiene por qué ir. Si no viven ahí, no tienen por qué ir.

La gente que está en los retenes tienen el derecho de intentar limitar la entrada de personas que pueden venir de lugares donde hay más casos porque potencialmente pueden estar infectadas si van de un lugar grande, como Monterrey o México, por ejemplo.

La toma de temperatura identifica a alguien que en ese momento está enfermo y que debería estar recuperándose en su casa o en un hospital si tuviera dificultad respiratoria. Las autoridades municipales deben apoyar a las comunidades pequeñas para que solo las actividades esenciales para la vida económica y para evitar una catástrofe se lleven a cabo.


Una de las principales actividades es la agricultura. Solo deben moverse entre los pueblos quienes están produciendo.

¿Qué más podrían hacer los puestos de inspección de las comunidades?

Mas que tomar la temperatura, es preguntar ¿a qué viene? “Vengo a vacacionar”. Pues no son vacaciones, regrese a su lugar de origen, estese en casa. Si está en periodo de incubación y viene a esparcir su virus, va a meter en problemas a este pequeño pueblo.

Algunos paisanos que vinieron de vacaciones fueron aislados durante 14 días antes de permitirles estar cercar de sus familiares, ¿esto será suficiente?

Esto es correcto y es suficiente. Si llegaron los paisanos y paisanas y se aislaron 14 días y luego ya fueron con sus familias, eso está bien. Si en 14 días no presentaron signos, con eso ya estamos ciertos de que no contagiarán a su familia.

Una de las poblaciones más vulnerables es la de los jornaleros. Hay más de medio millón de personas, entre ellas niñas y niños, desplazándose por los valles agrícolas del país durante casi todo el año. ¿Cómo se va a proteger a esa población?

Trabajamos en conjunto con las secretarías del Trabajo y de Agricultura para elaborar un documento guía para los trabajadores jornaleros y los empleadores, para darles las mejores armas, la información, para que protejan a quienes trabajan con ellos, y las personas trabajadoras puedan protegerse, trabajen en sus jornadas, regresar a casa y estén protegidos.

¿Cuáles son las medidas?

La distancia mínima entre personas que no son de la misma familia es de al menos 1.5 a 2 metros de distancia, no estornudar al aire libre sino cubrirse. Lavarse constantemente y después de la jornada. Sabemos que en el medio rural quizá no hay agua y jabón para lavarse constantemente, pero tampoco están en tanto contacto con otras personas o con objetos inanimados como mesas, sillas, celulares, que puedan estar contaminados de coronavirus u otro bicho respiratorio.

Regresando del campo sí es importante lavarse, bañarse luego de una jornada bajo el sol, regresar con sus familias, evitar contacto con otras personas y mantener las medidas básicas de prevención.

¿Se está hablando con sus empleadores de los valles agrícolas? ¿Cuál es su reacción?

Fueron ellos quienes se comunicaron con Sader y con Trabajo y previsión social para solicitar una guía en esta materia, para proteger a los trabajadores y ellos como empleadores, me parece que en su mayoría es una guía bien aceptada por ambas partes de este rubro.

Otra actividad importante en esta temporada la vigilancia y control de incendios. Las brigadas de ejidatarios y comunidades que vigilan y combaten viajan juntos y trabajan codo con codo, ¿qué medidas pueden tomar para protegerse?

Para estas personas que se desplazan en camionetas todas juntas, el pañuelo que utilizan puede ser útil, puede servir como barrera física, siempre y cuando se acompaña de las otras medidas de prevención.

En la labor de controlar los incendios, ellos se protegen con pañuelos, cubrebocas caseros que reducen el riesgo a la hora de estar tosiendo, expulsando gotitas a mayor distancia de lo que lo hace una persona sin este cubre bocas.

Claro que el cubrebocas sirve siempre y cuando sigamos el otro set de medidas preventivas, como el lavado de manos.

¿Cuáles son los problemas en las poblaciones rurales, cuáles son sus debilidades y las condiciones en que se enfrentan a la pandemia?

Desafortunadamente, las comunidades rurales también han sido inmensamente afectadas por la comida chatarra. También presentan altos índices de obesidad, sobrepeso, diabetes, hipertensión, combinados con una terrible desnutrición en personas de todas las edades. Esto es una enorme vulnerabilidad. En las comunidades rurales hemos encontrado una combinación terrible de malnutrición: personas que viven con obesidad y al mismo tiempo están desnutridas. Estas personas son susceptibles a tener complicaciones. Por eso queremos que esta pandemia se quede en las grandes urbes, la podamos mitigar y controlar ahí y que las comunidades rurales sean menormente afectadas.

Por eso el #QuédateEnCasa es para todos, por eso, la suspensión de actividades no esenciales, por eso los llamados a la disminución de la dinámica, para protegernos a todas y todos.

Quiero enfatizar que a pesar de que pareciera que estamos muy enfocados en las grandes ciudades, no dejamos de prepararnos para las pequeñas comunidades, las zonas rurales. Estamos preparando al personal médico para hacer un buen diagnóstico del síndrome, para identificar a las personas para las que hay que solicitar una ambulancia y llevar a un hospital. Estamos llevándolos a estos profesionales de la salud información simple, fácil de comprender, para que sepan cómo decidir con respecto a las personas que atienden. •