19 de abril de 2020 • Número 151 • Suplemento Informativo de La Jornada • Directora General: Carmen Lira Saade • Director Fundador: Carlos Payán Velver

Salud rural y COVID


Campaña en Michoacán, con la participación de Patricia Torres.

Cuando dejar de trabajar o de salir a la calle no es una opción

Laura Hernández Urzúa, Fabiola Del Jurado Mendoza, Patricia Torres Sandoval, Laura Villasana Anta, Isabel Gómez López y Margarita Gutiérrez Romero

La Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas (Conami) es un proyecto político de mujeres indígenas amplio e incluyente que desde 1997 ha venido construyendo una red de organizaciones locales y/o regionales enfocadas a los derechos de las mujeres y pueblos indígenas del país. La lucha de la CONAMI ha sido para fortalecer a las mujeres y a los pueblos indígenas, generando participación política y social.

El propósito de este escrito es compartir una reflexión grupal sobre la situación de la contingencia que se vive en las comunidades a las que pertenecen algunas integrantes de la Conami.

Las mujeres y pueblos indígenas nos encontramos en desigualdad social ante esta contingencia, porque desde siempre hemos vivido sin acceso a servicios de salud integral (hospitales, personal, equipos, medicamentos, etc.); sin programas sociales y planes para enfrentar situaciones de emergencia en las comunidades indígenas -tanto urbanas como rurales-; sin políticas públicas focalizadas para mujeres, jóvenes, infante y personas mayores indígenas y en la permanente exclusión y discriminación, todo lo cual nos convierte en uno de los sectores olvidados frente a esta pandemia.

Trabajar es necesario, como comenta nuestra hermana Isabel de Ocosingo, Chiapas, pero “el primer golpe a las comunidades ha sido un alza de los precios de la canasta básica. Las familias estamos al día no contamos con salarios fijos o ahorros. Siendo así, no podemos realizar la cuarentena, porque si nos encerramos vamos a morir de hambre, por eso las personas indígenas seguimos trabajando, estamos en las calles, en los mercados vendiendo. Se ve claro que en las calles no hay gente rica o caxlan (lo que les permite hacer la cuarentena), mientras que los indígenas vivimos al día y seguimos en las calles”.

En la Ciudad de México, comenta la compañera Laura Villasana, muchas familias indígenas se dedican a la venta de sus artesanías en el perímetro del Zócalo, el cual se encuentra cerrado para restringir el paso de las personas y evitar concentraciones. “Viven al día de su venta diaria y el gobierno local les ofrece 1,500 por familia por única ocasión”.

También esto se ve al norte del país: la hermana Laura Hernández, de la Tribu Yaqui, comenta “Aquí en mi pueblo el trabajo no ha parado, es verdad que hay menos salidas a Ciudad Obregón, pero las personas que trabajan en maquiladoras, invernaderos y empacadoras no han suspendido labores. Aunque han tomado medidas, como el uso de cubrebocas, gel, lavado de manos, persiste el riesgo de contagio, en tanto tengan contacto con personas de otros lugares, como los que trabajan en Guaymas, donde ya se han registrado casos. No pueden dejar de asistir al trabajo porque se quedan sin comer, así que prefieren arriesgarse y, a su vez, arriesgar a sus familias y a la comunidad.”

Hay comunidades que, de acuerdo con sus posibilidades y recursos, realizan acciones de prevención. En Morelos, comenta nuestra hermana Fabiola, los municipios están tomando medidas: en algunas comunidades están cerrando sus accesos; en otras, las autoridades se han comunicado para buscar medidas conjuntas. En Tepoztlán el turismo es muy poco, solo llegará como 5%; eso en la economía sí pega, pero hay también iniciativas de trueque y lo cierto es que como hay poca gente en las calles ha habido asaltos a mano armada y han intentado llevarse a mujeres jóvenes.

La hermana Patricia Torres del estado de Michoacán comparte otro caso: “Estuvimos haciendo recorrido en comunidades para entregar carteles con información de prevención del COVID-19 y audios con el programa #QuédateEnCasa en comunidades hablantes de lengua indígena; se pusieron audios en las lenguas correspondientes. Se hicieron audios en los cuatro idiomas indígenas que se hablan (purhepecha, mazahua, otomí y nahua) y también en español… Es una campaña del gobierno del Estado a través de la Comisión Estatal para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas y la Secretaría de Salud”.


Información accesible para todas y todos.

Para hacer frente a la contingencia en las comunidades y pueblos indígenas es necesario el compromiso de parte de los tres niveles de gobierno y la urgencia de implementar programas no solo en contextos rurales sino en zonas urbanas donde se encuentre población indígena.

Es fundamental considerar las condiciones en que vive la población indígena y de ahí definir las acciones de cuidado, por ejemplo, para comunidades que no cuentan con acceso a agua potable, que son de población indígena jornalera o que no cuentan con un hospital cercano, entre otras situaciones. Las acciones y propuestas deben estar basadas en la realidad, con recursos disponibles, pertinencia cultural y en un diálogo horizontal con las comunidades.

Es indispensable contar con estímulos económicos para las diversas prácticas organizativas y de producción de las cuales se sostienen las familias y comunidades. Por ejemplo, dar apoyo a las cooperativas, los talleres familiares que se dedican a la elaboración de artesanías u otros productos y para quienes se dedican a la siembra o solo cuentan con su mano de obra.

Se requiere llevar información sobre esta enfermedad en lenguas indígenas, hacer uso de materiales audiovisuales (el ejemplo de Michoacán), apoyarse de las radios y los medios de comunicación comunitarios para la difusión.

Es crucial diseñar acciones específicas para grupos de población, como el de personas adultas mayores, vulnerables a la enfermedad; y también para enfrentar el aumento de la violencia hacia las mujeres, que coloca a las niñas y mujeres indígenas en una situación más difícil. Si antes no se contaba con medidas de protección, en el contexto de la contingencia es menos probable algún programa de atención.

¡Por nuestras raíces!
¡Por nuestros territorios!
¡Por la vida!
¡Nunca más un México sin Nosotras! •