19 de abril de 2020 • Número 151 • Suplemento Informativo de La Jornada • Directora General: Carmen Lira Saade • Director Fundador: Carlos Payán Velver

Salud rural y COVID


Epidemia de influenza 1918.



Cien años de salud pública. Historia en imágenes, Salud, Gobierno Federal, CIESAS, 2010.

Epidemias y pandemias a lo largo de la historia

América Molina del Villar CIESAS

Las enfermedades infecciosas han acompañado a los seres humanos desde tiempos remotos. Empero, el carácter epidémico de este tipo de padecimientos se asocia a factores sociales y económicos, como el surgimiento de las grandes ciudades, el desarrollo industrial, la expansión del comercio, las emigraciones, factores que marcan el inicio de la globalización y aparición de pandemias. Las migraciones, los viajes en busca de nuevos territorios para el comercio, conquista y colonización fueron responsables de las mortíferas epidemias que afectaron a la población indígena desde el siglo XVI. Las poblaciones del México prehispánico no tenían inmunidad ante la viruela, sarampión y rubeola, padecimientos que provocaron su dramática caída. Desde los primeros años de la conquista la viruela hizo su aparición en 1532 y 1538, en tanto el sarampión lo hizo con fuerza en 1531, 1563, 1577, 1595 y 1605. Se ha estimado que la población indígena disminuyó de 25 millones de habitantes en 1519 a 700 mil en 1625.

A fines del siglo XVIII la población indígena comenzó a recuperarse gracias al mestizaje y las migraciones. No obstante, se presentaron otras epidemias, entre las más catastróficas figuró el matlazahuatl (tifo), que la entre 1736 y 1739 provocó una gran mortandad de indígenas, españoles y castas. El impacto recurrente de estas epidemias junto con la crisis agrícolas fue un rasgo de la sociedad novohispana, cuya base económica dependía estrechamente de la agricultura. En pleno periodo insurgente una epidemia conocida como fiebres misteriosas se fue diseminando a través de los movimientos de los ejércitos insurgentes y realistas. Por sus características podría haberse tratado también de una epidemia de tifo asociada a la escasez de alimentos, falta de agua y la guerra. Estos padecimientos causaron un descenso significativo en la población hasta la llegada de las vacunas, de las medidas de salubridad y sanitarias.

En los siglos XIX y XX se diseminaron las primeras pandemias con la Revolución Industrial y la expansión capitalista. El cólera, cuyo epicentro fue el Ganges, en la India, se propagó por todo el mundo entre 1829 y 1834. Los ferrocarriles y barcos a vapor acortaron las distancias que separaba los diferentes puntos del planeta y con ello la rápida diseminación de las pandemias en el mundo. En nuestro país, el cólera de 1833 provocó un elevado número de muertos en los grandes centros urbanos. En la Ciudad de México murieron 9, 445 personas, con una tasa de mortalidad del 31 por ciento. En Puebla provocó 4,000 muertos y en Guadalajara 3,275 fallecidos, la mayoría hombres. En 1850 ocurrió otra pandemia de cólera, la cual en el transcurso de los siglos XIX y XX se sumó a otras epidemias de viruela, tifo y enfermedades gastrointestinales, provocando un gran número de decesos entre la población infantil y adulta en el campo y la ciudad.

A pesar del gran avance científico, esta pandemia nos deja descubiertos, debido al desmantelamiento de los sistemas de salud pública, los recortes en institutos y laboratorios de investigación, así como al creciente aumento de la pobreza tanto en los grandes centros urbanos como en las zonas rurales de México y el mundo.

La primera gran pandemia de la era modera fue la influenza de 1918, con un saldo muy grande de muertos, cerca de 50 millones de víctimas en el mundo. Los grupos más afectados fueron los adultos jóvenes, 20 a 40 años. La influenza recorrió pueblos, ciudades, países y continentes teniendo como escenario la Primera Guerra Mundial. En nuestro país la presencia de la influenza también estuvo enmarcada por conflictos militares derivados de la Revolución. La pandemia de gripe o influenza arribó a México después de varios años aciagos dominados por la Revolución, pobreza, hambre y enfermedades. No hay cifras precisas sobre el número de muertos provocados por la influenza en México, ya que se requieren estudios demográficos locales. Algunos medios periodísticos señalaron que murieron entre 100 y 300 mil personas en el país. En el caso de las ciudades de México y Puebla se conoce que fallecieron por influenza y otras enfermedades respiratorias 7,375 y 3195 personas, respectivamente.

Los seres humanos estamos en estrecho contacto con microorganismos. Esto es parte de la historia de los seres vivos de este planeta. El impacto demográfico ha variado a lo largo del tiempo y gracias al conocimiento científico se han logrado aminorar los decesos. El desarrollo de la microbiología, la atención sanitaria, las vacunas, los antibióticos y medidas generales de higiene han contribuido en gran medida a disminuir las repercusiones demográficas de estas infecciones. A la luz de este panorama general, la infección de Covid-19 será solo una más de las epidemias y pandemias que afectarán a México y el mundo. La historia debe hacernos reflexionar la manera en cómo la sociedad y gobiernos han hecho frente a estas enfermedades. A pesar del gran avance científico, esta pandemia nos deja descubiertos, debido al desmantelamiento de los sistemas de salud pública, los recortes en institutos y laboratorios de investigación, así como al creciente aumento de la pobreza tanto en los grandes centros urbanos como en las zonas rurales de México y el mundo. •