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Leer y escribir entrenan el músculo más débil, la empatía, estima el narrador Etgar Keret

En entrevista con La Jornada, el autor israelí considera que la literatura es la esfera de la honestidad // Hoy presenta su obra La penúltima vez que fui hombre bala (Sexto Piso)

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▲ Cuando se lee vemos la vida a través de la mirada de otros, de los personajes creados por un escritor y eso nos fuerza a entender que hay más de una narrativa; es algo que necesitamos con desesperación en estos días ante líderes políticos como Trump, Bolsonaro o el primer ministro de Israel, Netanyahu, sostiene Etgar Keret.Foto Luis Castillo
 
Periódico La Jornada
Miércoles 12 de febrero de 2020, p. 5

Hay algo en los libros del escritor israelí Etgar Keret que no dejan que las historias se olviden: sus cuentos cortos permanecen dando vueltas varios días después de haberlos leído. Quizá es por el humor negro con el que están escritos, o porque parece que en ellos no pasa nada cuando en realidad pasa todo. O es quizá por lo que la lectura y la escritura significan para él; entrenar el músculo más débil del ser humano: la empatía.

‘‘Cuando lees, ves la vida a través de la mirada de otros, de los personajes creados por un escritor y eso, de cierta forma, te fuerza a entender que hay más de una narrativa, y creo que es algo que necesitamos con desesperación en estos días, porque cuando ves a los líderes políticos como Trump, Bolsonaro, o nuestro primer ministro Netanyahu, te das cuenta de que sólo tienen su propia historia y si no estás de acuerdo con ellos entonces eres un diablo o un idiota”, considera en entrevista con La Jornada.

Historias sobre dificultades

Etgar Keret (Ramat Gan, 1967) está en México para presentar su nuevo libro, La penúltima vez que fui hombre bala, hoy, y la serie El agente inmobiliario (Editorial Sexto Piso), que dio a conocer el fin de semana en la Cineteca Nacional.

‘‘Escribí estas historias después de un accidente de tráfico muy fuerte en el que casi muero. Estaba de camino a un evento en Boston, el conductor iba muy rápido y chocó con otro carro a 120 kilómetros por hora. Las ventanas estallaron, las bolsas de aire se inflaron y explotaron. Yo iba con el cinturón de seguridad y me rompí varias costillas.

‘‘Estaba seguro de que iba a morir y trataba de decir adiós al mundo, ese mundo que entendía cada vez menos, lleno de cambios sociales y tecnológicos. Creo que este libro es acerca de estos temas, de la gente tratando de aferrarse a la vida que parece ser más y más enigmática. mis historias son primero y sobre todo de las dificultades.”

Etgar Keret comenzó a escribir en un periodo muy particular de su vida: cuando estaba haciendo el servicio militar, que en Israel es obligatorio. Después siguió escribiendo porque, añade, ‘‘es la mejor forma que tengo para entender mis sentimientos.

‘‘Siempre digo a mis alumnos, la definición de una buena historia es que necesita ser más inteligente que la persona que la está escribiendo. Si eres más inteligente que la historia, estás ensamblando un mueble de Ikea. Tienes que contar historias que te enseñen algo acerca de ti mismo.

‘‘Hay algo para mí en escribir que me sirve para entender mis emociones; muchas de estas historias tienen que ver con al ansiedad, pero si me preguntas te diré que no soy una persona ansiosa. Creo que soy una persona ansiosa que suprime su ansiedad y sólo cuando escribo hablo de esos miedos, pasiones, es como mi sicoterapia. A los lectores les pasa lo mismo: son capaces de entender sus sentimientos y ponerles un nombre. Escribir es tomar todas esas cosas oscuras que sentimos muy fuertemente pero no podemos explicar y tratar de darles un nombre.”

La literatura tiene dos funciones: una como escritor y otra para el lector. ‘‘Como escritor creo que la literatura es la esfera de la honestidad. En la vida mentimos todo el tiempo, pero cuando escribes tienes que decir la verdad. Creo que para mí hay algo en escribir que se parece mucho a una confesión católica: no está permitido mentir y estás protegido, puedes decir todo.

‘‘Pero hay algo en escribir que es más general y que es la verdad para escritores y lectores: es como ir al gym a entrenar, aunque en este caso la literatura entrena el músculo más débil en el cuerpo humano que es el músculo de la empatía. La mejor forma de ser mejores es leer libros y escribirlos porque te ayuda a entender la experiencia del otro. Hay que ser curiosos acerca de todo. Tenemos que serlo.”

La penúltima vez... será presentado hoy a las 19:30 horas en General Prim 12, colonia Juárez; participan el autor y el escritor José Gordon. Habrá lectura dramatizada de Marina de Tavira y Pedro de Tavira.