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En La manta de curación se teje la realidad que viven y padecen todos los días las mujeres

La propuesta de arte público, colectivo e independiente llegó ayer al Zócalo de la Ciudad de México

 
Periódico La Jornada
Lunes 27 de enero de 2020, p. 9

Al grito de ¡Mujeres hacen el cambio ahora!, ¡Mujeres hacen la familia que te da de comer!, ¡Mujeres cuidan a nuestros hijos!, ¡Mujeres trabajan diario! y ¡Mujeres cambian la política!, se inauguró la presentación de La manta de curación: pieza por pieza y de país en país, la cual llegó ayer al Zócalo de la Ciudad de México.

Se trata de un proyecto independiente de arte público y social impulsado por un colectivo femenino inspirado en el patchwork, técnica antigua ideada por mujeres, mediante la cual se tejen retazos de tela para crear mantas.

Ese arte textil es ahora utilizado como una forma de activismo pacífico, para que la sociedad tome conciencia sobre la violencia contra la niñez, las mujeres y la Tierra.

Integrada hasta el momento por unas 500 piezas, de 70 por 70 centímetros, las obras incluyen diversas técnicas: bordado, pintura, grabado, impresión, escritura y collage.

En ella se pueden apreciar distintos mensajes sobre la libertad, el amor, la paz y contra la violencia, realizados por mujeres de distintas partes del país y del extranjero.

Crear para protestar

De acuerdo con Marietta Bernstorff, curadora y encargada de traer la iniciativa a la Ciudad de México; Márgara Cervantes, integrante de la organización, y Cinthia Martínez, directora de Difusión Cultural de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), sede receptora de los trabajos textiles, esa manta es como tejer la realidad que viven y padecen todos los días las mujeres, utilizando el arte en protesta contra la violencia no sólo en el país, sino también en el mundo.

El proyecto en México se originó en la comunidad de San Francisco Tanivet, Oaxaca, con el colectivo de bordadoras Las Hormigas Voladoras; antes de llegar a la Ciudad de México pasó por Chiapas y Veracruz, explicó Bernstorff.

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▲ El proyecto en México se originó en San Francisco Tanivet, Oaxaca, con el colectivo de bordadoras Las Hormigas Voladoras. Después del Zócalo irá a Tijuana.Foto Marco Peláez

Con dicha manifestación colectiva, pacífica y textil, comentó Martínez, se quiere poner un ya basta en un momento en el que ya no podemos esperar a que mejoren las cosas. Como mujeres estamos alzando la voz para sumar esfuerzos y exigir un cambio en favor de la paz, y eso va a ocurrir de forma colectiva.

Dicho proyecto independiente nada tiene que ver con la Caminata por la Paz, aclaró la curadora, y adelantó que luego de su estancia en la Plaza de la Constitución, la manta viajará a Tijuana, donde también otro grupo de mujeres se unirá al colectivo y acrecentará su tamaño. El objetivo es colgarla en el muro que divide a Estados Unidos y México, en esa ciudad fronteriza. En Tijuana, agregó Marietta Bernstorff, “vamos a trabajar con otras mujeres y con las y los inmigrantes.

Estamos desequilibrados, dañados por la violencia y corrupción; es tiempo de expresar nuestro dolor para transformarlo y buscar la paz, por medio del arte y sanar. Mujeres de todo el mundo, sin distinción de raza, idioma y religión, estamos creando y tejiendo piezas con el propósito de hacer una manta monumental que simbólicamente nos enlace y sea un poderoso medio de sanación para nosotras, nuestros hijos, la familia y el planeta.

De manera paralela a la elaboración y tejido de la manta en el Zócalo se llevaron a cabo sesiones de terapia alternativa, sicológica y legal, así como un concierto.

Los interesados en sumarse al colectivo o para mayor información sobre la iniciativa pueden escribir al correo [email protected].