Opinión
Ver día anteriorViernes 10 de enero de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
México SA

Incumplen contratistas petroleros // Producen 0.57 por ciento del total

I

ncumplen –en términos de capital y producción– con los generosos contratos por ellos obtenidos tras la aprobación de la reforma energética peñanietista (léase: privatización), pero los inversionistas nacionales y foráneos exigen que el gobierno del presidente López Obrador les otorgue más concesiones petroleras. ¿Para qué?

Es de suponer que las quieren para robustecer artificialmente sus balances financieros, incorporar a su contabilidad las reservas petroleras potenciales para incrementar su grado especulativo y obtener así mayores ganancias sin producir un solo barril de petróleo. Por eso buscan obtener más contratos, más concesiones a costillas de los bienes de la nación.

Y el presidente ha sido puntual: ya se entregaron contratos desde el sexenio anterior; lo que estamos pidiendo ahora es que inviertan, porque tienen los contratos y no producen. ¿Cómo les vamos a dar nuevos contratos si no están invirtiendo? Debe de quedar muy claro: se aprobó la reforma energética, se les entregaron 110 contratos a empresas particulares, nacionales y extranjeras, para explotación de petróleo en tierra, aguas someras y profundas.

Y de esos 110 contratos, las empresas privadas sólo están produciendo alrededor de 10 mil barriles; de un millón 735 mil barriles que ayer extrajo Petróleos Mexicanos, solo 10 mil son extraídos (0.57 por ciento del total) por las empresas que recibieron los contratos. Fue un rotundo fracaso la llamada reforma energética. Por primera vez en 14 años no cayó la producción; si no intervenimos con Pemex, se hubiese desplomado por completo y estaríamos metidos en una situación gravísima en lo económico y en lo financiero.

Pero el capital es sordo cuando le conviene, aunque no mudo. Ayer, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) afirmó que “la participación de la iniciativa privada en el sector de energía ha sido benéfica para nuestro país y resulta fundamental para el desarrollo de México. La reforma energética ha tenido resultados positivos, considerando el poco tiempo desde su aprobación: inversiones por más de 11 mil millones de dólares y planes futuros por más de 36 mil millones… La industria privada petrolera ha cumplido al 100 por ciento los compromisos asumidos. Gracias a los contratos otorgados ya se producen 47 mil barriles por día y se espera que en 2024 se alcancen 280 mil barriles diarios”.

Lo dicho por el CCE choca no sólo con la información más fresca aportada por el presidente López Obrador, sino con las cifras alegres difundidas en pleno cierre sexenal de Enrique Peña Nieto por el entonces secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell: 2018 cerrará con inversiones comprometidas por 200 mil millones de dólares en materia energética, lo que refleja la confianza de los inversionistas tras los profundos cambios legales y la implementación del nuevo sector energético (en ocasiones anteriores López Obrador detalló que la inversión privada acumulada en el sector es de sólo 800 millones de dólares).

Y fue más allá: en caso de éxito geológico de todas las áreas que se han adjudicado, en 2020 los privados podrán aportar 180 mil barriles diarios adicionales a lo que produzca Pemex; para 2024 puede llegar a 430 mil barriles y 816 mil barriles en 2030. Así, lo dicho por el CCE (la industria privada petrolera ha cumplido al 100 por ciento los compromisos asumidos) ni lejanamente se sostiene.

De hecho, al cierre de 2013 –el Congreso mexicano aprobó la reforma energética el mero día guadalupano de ese año– la producción petrolera de Pemex (sin socios privados) ascendió a poco más de 2.5 millones de barriles diarios; para 2018 (ya considerada la producción de tales socios) el volumen se había reducido a 1.7 millones, es decir, un desplome de 32 por ciento (800 mil barriles).

Esa es la realidad, pero exigen más contratos y mayores concesiones.

Las rebanadas del pastel

Pese a los gritos y sombrerazos de la oposición y los videntes financieros, 2019 cerró con una inflación de 2.83 por ciento, la segunda más baja desde 1970.