Opinión
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Ciudad perdida

Una historia de amor y despedida

A

unque sotto voce, los corrillos del gobierno central aseguran que el Instituto de Verificación Administrativa (Invea) está acéfalo. Su directora, María Idalia Salgado, fue suspendida en su trabajo por un viaje de shopping a Estados Unidos.

El asunto, nos cuentan, tiene que ver con una supuesta historia de amor y compras. El culpable de todo el sainete es un anillo de compromiso que Carina Piceno, ahora ex coordinadora de Servicios Parlamentarios del Congreso de la Ciudad de México, presumió durante algunos días con gran placer.

Como siempre, algún o algunos envidiosos que preguntaron la procedencia de la joya lograron saber que había sido adquirida en San Antonio, Texas, Estados Unidos, donde ella, y quien se supone será su consorte, Héctor Villegas – quien e presentó su renuncia el 5 de diciembr como consejero jurídico de la ciudad–, habían viajado para lograr esa y otras adquisiciones.

Era un viaje rápido, sólo de dos días, y el propósito fue hacer, además, las compras navideñas. A tan noble cometido se unió también la directora del Invea, María Idalia Salgado, según se nos informó, y un cuarto acompañante, al parecer empresario del transporte: Fernando Ruano.

Hasta ahí las cosas parecían normales, pero todo se descompuso cuando se supo que el viaje se había realizado en la comodidad de un jet particular, y claro, eso despertó la indignación de muchos funcionarios del gobierno de Claudia Sheinbaum porque, entre otras cosas, se contradecía el precepto de austeridad del que tanto se ha hablado en el gobierno. Ni el Presidente de la República se transporta de esa manera.

Nos aseguran que María Idalia está, por lo pronto, suspendida, pero que su cese es cuestión de horas, y para muchos su destitución sería una pérdida para el gobierno de la ciudad. La funcionaria es maestra en ciencias sociales y tiene un cuarto de siglo, cuando menos, laborando en la administración pública; además, se desempeñó como subdirectora de calificación de infracciones en la entonces delegación Tlalpan, pero esta vez, todo indica, se equivocó.

Para la pareja Carina Piceno-Héctor Villegas su labor en el gobierno, como ya hemos visto, concluyó mal. Si bien el viaje fue la gota que derramó el vaso, el dúo estaba en la mira de la jefa de Gobierno, a quien ya le habían tratado de hacer varias jugarretas.

Entre ellas, una que deja sin facultades a la jefa de Gobierno y a los diputados para proponer y analizar iniciativas. Todo indica que más que un error, la enmienda al artículo 30 de la Constitución Política de la CDMX, del que les hablamos, traía una intención aún no revelada, pero contraria al gobierno de Sheinbaum. Total, más que el viaje del amor, ese que sucedió a principios de este mes, fue el viaje del error. Aguas.

De pasadita

Por más que hizo la diputada local Guadalupe Chavira para pervertir la Ley de Planeación y aunque con notables fallas, la norma quedó aprobada aun con el berrinche que hizo el diputado Jorge Gaviño porque sus diputados perredistas fueron quienes dieron los votos faltantes para que la controvertida ley quedará aprobada.

Pero lo extraño fue que Gaviño se incomodara; fue gente del PRD, que no se le olvide, y eso lo deben de tener todos muy claro. Ese partido es una entelequia, ya no es un organismo político, es algo así como un grupo de marchantes que no miran más allá de sus intereses particulares. Pero pobre Gaviño, alguien lo engañó y le dijo que los amarillos obedecían a una guía política. Lastima, Jorge.