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La firma de moda Paulina y Malinali recrea diseños indígenas ancestrales para que no desaparezcan

En el Museo Experimental El Eco presentaron una colección inspirada en bordados chiapanecos

 
Periódico La Jornada
Martes 3 de diciembre de 2019, p. 8

Las diseñadoras de moda Paulina y Malinali, nombre también de su línea de ropa, presentaron su colección más reciente, que mezcla textiles indígenas, en el Museo Experimental El Eco, donde dialogó con la obra expuesta.

Las 14 modelos profesionales y cuatro actrices dieron una vuelta especial por la instalación montada en el patio, Sembrar la duda (2010-19), del argentino Mauro Giaconi, que comprende “polietileno extendido recogido del derrumbe de Bolívar y Chimalpopoca durante el sismo del 19S, así como cemento, pintura y escombros recogidos de una edificación demolida”. Tocó música en vivo Manuel Rocha Iturbide.

Bailarinas profesionales, las gemelas Paulina y Malinali iniciaron su línea de ropa a raíz de la muerte de su padre, el promotor cultural y orfebre Víctor Fosado (1931-2002). El también actor, músico y pintor les inculcó el amor por el país y sus raíces.

Nuestra ropa es casi un experimento, expresa Paulina, además son piezas únicas. Trabajamos con textiles indígenas, no obstante utilizamos la pieza original y la rediseñamos. Es como crear un rompecabezas, o una escultura, de principio a fin, acota la entrevistada.

Colecciones anuales

Llevaban tres años sin hacer una pasarela en México, ya que casi cada año presentan su colección fuera de aquí, en China, Rusia, Canadá, Estados Unidos, Tailandia e India. Siempre somos invitadas por las embajadas de México porque nuestra ropa, más que moda, es una representación cultural, asegura Paulina, quien viste un quesquémetl con 45 borlas hechas a mano. Es un bordado de Zinacantán, Chiapas.

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▲ Paulina y Malinali afirman que son invitadas por embajadas de México a exhibir sus piezas porque son una representación cultural. En la imagen, una modelo durante la pasarela en El Eco.Foto Julien Cuisset

La colección –hacen una por año– presentada en El Eco está basada en la sombra y lo sólido, por eso hay tanta gasa, y está inspirada en los textiles de Chiapas. El taller de las gemelas está en Cancún y sus integrantes son mayas: La esposa de nuestro sastre, que es jefe del taller, hace huipiles yucatecos, borda y hace encajes. Es una gran artesana. Los integrantes del taller arman las prendas: El trabajo es indígena, de varios estados del país, mientras el diseño es nuestro.

En fechas recientes ha habido polémica por las grandes firmas internacionales que utilizan los diseños indígenas sin darles crédito, mucho menos retribución económica. “Lo nuestro es completamente lo contrario –señala Paulina. Compramos la prenda original como la vienen haciendo desde los ancestros. No vamos a las comunidades, ni les pedimos a las indígenas: ‘mira, me encanta esta flor o hazme 10 metros de esto’. Ni llegamos con patrones para que nos los elaboren.

Si empezamos a encargar diseños nuevos, las personas dejarán de hacer lo tradicional. Hay textiles que han dejado de existir porque murió la última persona que los hacía y la familia ya no continuó por ese camino. Al revés, procuramos que siguan produciendo lo ancestral. Nosotras de alguna manera lo retomamos de la actualidad, lo hacemos contemporáneo y, al final, moda, porque lo que hacemos es eso. Mi papá fue defensor del arte popular, ayudó a los que ahora son los grandes maestros. Muchos ya no están.

Para Paulina y Malinali lo suyo no es un negocio que se hace por dinero, sino por pasión y amor a México.