16 de noviembre de 2019 • Número 146 • Suplemento Informativo de La Jornada • Directora General: Carmen Lira Saade • Director Fundador: Carlos Payán Velver

Territorios Productivos


Canela, vainilla y café producidos y comercializados por integrantes de la Tosepan Titataniske. CCMSS

Tosepan: defender el territorio desde la producción

Presentación: Paulina Garrido Presidenta de la Unión de Cooperativas Tosepan Titataniske Edición: Gerardo Suárez CCMSS

La Unión de Cooperativas Tosepan Titataniske se ha ganado un reconocimiento nacional e internacional por su capacidad de organización interna, que le ha permitido diversificar su economía en más de diez cooperativas de producción, comercialización y servicios que contribuyen significativamente en el buen vivir de los socios y sus familias.

El objetivo central de esta Unión de Cooperativas, ubicada en la Sierra Nororiental de Puebla, es lograr el buen vivir de sus más de 38 mil socios y sus familias, en su mayoría indígenas, privilegiando siempre, la apropiación productiva de sus territorios de forma sostenible.

Paulina Garrido Bonilla, presidenta del Consejo de Administración de la Unión de Cooperativas Tosepan y primera mujer en ocupar este cargo, explica que la base del éxito de la organización que abandera es la organización interna a través de la celebración de asambleas. “Las reuniones de asamblea son muy transparentes y todos respetan los acuerdos que se toman”.

La Tosepan acaba de cumplir 40 años de trabajo y organización, y celebró este aniversario con la elaboración de un plan estratégico para los próximos 40 años, “en el que establecimos que seguiremos buscando el yeknemilis, es decir, la vida buena a través de la formación de jóvenes para la producción y los principios cooperativos, junto con el fortalecimiento de la identidad indígena”.

No solo se trata de mejorar los ingresos económicos de las familias de los socios; la organización ve el buen vivir de una forma muy amplia: “las estrategias de la mejora de la calidad de vida tienen que ver con lograr hogares sustentables, pero no solo se trata de mejorar las condiciones de vivienda, sino de incorporar algunas ecotecnologías y aprovechar de forma eficaz los recursos naturales que tenemos. Estamos impulsando la instalación en los hogares de sistemas para la captación de agua de lluvia, la incorporación de paneles solares en las casas y así convertirlas en autosustentables energéticamente”, detalla Paulina Garrido.

Llegar hasta donde se encuentran hoy en día no ha sido sencillo y toda esta gran organización comunitaria enfrenta graves amenazas por las presiones sobre sus territorios y los recursos naturales que se encuentran en ellos, como la instalación de centrales hidroeléctricas, minas y la extracción de hidrocarburos.

“Es un gran reto para nuestra organización informar y organizar a las personas en torno a estos proyectos extractivos, porque no es sencillo que la gente encuentre datos e información confiable sobre estos proyectos en cualquier medio de comunicación, por eso organizamos asambleas informativas; ya llevamos 23 asambleas informativas multitudinarias, en las que participan entre 3 y 5 mil personas de distintas comunidades indígenas y mestizas, además de muchos movimientos sociales de todo el país”, explica Garrido Bonilla

Sin embargo, debido a su solida organización comunitaria y a sus sistemas de difusión informativa entre las comunidades que integran la Tosepan han logrado hacer frente a estas amenazas en coalición con otras organizaciones y pueblos. Más de 10 comunidades ya se han declarado libres de minería y fracking.

La presidenta de Tosepan refiere que la Unión de Cooperativas “participa activamente en un frente en defensa de su territorio y ha logrado frenar varios de estos megaproyectos extractivistas que se iban a asentar en sus territorios. Aunque esas luchas son muy extenuantes e incluso han cobrado la vida de algunos de sus integrantes, la comunidad está en pie de lucha”.


Tosepan: producir y conservar. Tosepan

Producción para el buen vivir

Más allá de las asambleas multitudinarias y las movilizaciones en contra de estos megaproyectos que pretenden despojarlos de sus territorios y recursos, la Tosepan cree que la mejor estrategia para lograr la defensa de su territorio es el fortalecimiento de sus cooperativas productivas y sus proyectos educativos y culturales. Apuestan por la formación de jóvenes y de nuevas generaciones en el cooperativismo con identidad cultural, “esto es fundamental para que la organización se mantenga sólida en el futuro”, apunta.

Paulina subraya la importancia de la amplia participación de las mujeres en la estructura de la Unión de Cooperativas, ya que el 68 por ciento de sus socios son mujeres y el 74 por ciento de todos los integrantes son indígenas. Estas cualidades le dan una mayor fuerza e identidad a todo el movimiento cooperativista de Tosepan.

Este origen indígena de las cooperativas es fundamental en las labores de producción agrícola, pues incorporan los saberes y prácticas milenarios de los pueblos maseual y tutunaku. Además, las familias campesinas han incorporado técnicas agroecológicas y orgánicas que les han permitido vender la producción en esquemas de comercio justo y sin intermediarios.

La diversificación productiva en las parcelas de los socios les ha permitido tener una mayor estabilidad en sus finanzas, pues al no depender del precio de un único producto pueden aguantar las subidas y bajadas en los precios.

El café es el producto insignia de esta Unión de Cooperativas ya que, por su ubicación geográfica, las condiciones climáticas y el manejo que le dan los campesinos a las parcelas de café, su producción alcanza calidades que se reconocen en mercados internacionales y de especialidad. Sin embargo, el café es una commodittie que está sujeta a una gran inestabilidad de precio en los mercados internacionales, por ello ha sido muy importante la diversificación productiva y la búsqueda de mercados de especialidad.

Ahora, las parcelas de los socios son verdaderos jardines de café, no solo cafetales, cuentan con arboles frutales y maderables intercalados, también producen pimienta, canela, naranja, nuez, mamey, zapote, entre muchos otros frutos. “En una hectárea de una parcela de un socio se pueden encontrar hasta 150 plantas distintas que tienen usos medicinales, rituales y comestibles”.

Para procurar la conservación de esta gran agrobiodiversidad la comunidad acordó en asamblea en 2001 dejar de utilizar pesticidas y fertilizantes químicos. Se sustituyeron por compostas y fertilizantes orgánicos, además se adoptaron técnicas más sostenibles para el mejoramiento de los suelos y la conservación de la biodiversidad.

Estos cambios en la producción agropecuaria no son sencillos, implican todo un proceso de entendimiento de los productores, la adaptación de sus saberes y cultura. Asimismo, cuando se dejó de utilizar fertilizante químico la producción cayó porque los suelos y las pantas estaban acostumbradas a esos productos, sin embargo, con mejores prácticas, estudios sobre las dinámicas de los ecosistemas se ha logrado recuperar la productividad y ahora se producen más cultivos, ya no es un monocultivo de café.

Paulina Garrido apunta que el estímulo a la conformación de este tipo de proyectos comunitarios debería consolidarse en las políticas públicas para el fortalecimiento de la economía social y solidaria.

Resalta que “México, por sus características poblacionales y territoriales, tiene la posibilidad de replicar el modelo de Tosepan en otras regiones, lo que permitiría que más comunidades se organicen en emprendimientos productivos sostenibles que preserven la cultura, los recursos naturales y generen mayor bienestar para la población, pero es necesario buscar esos estímulos y diferenciación para fortalecer estas iniciativas”. •