16 de noviembre de 2019 • Número 146 • Suplemento Informativo de La Jornada • Directora General: Carmen Lira Saade • Director Fundador: Carlos Payán Velver

NuestrAmérica


Una diversidad de actores sociales cuestionan los preceptos neoliberales. Conaie

Ecos de la revuelta indígena popular y el parlamento social

Francisco Hidalgo Flor

A un mes de la revuelta indígena–popular que logró derogar la eliminación del subsidio estatal al precio de los combustibles -parte sustancial de los acuerdos del gobierno de Lenin Moreno con el Fondo Monetario Internacional-, la sensación es el cambio radical en el escenario político y social del Ecuador.

De un contexto gris en el cual predominaban las voces que promovían el retorno neoliberal, característica esencial del régimen de Moreno, hoy emerge un escenario multicolor y vivo de la diversidad de actores sociales y políticos que ponen en cuestión los preceptos neoliberales: achicamiento del estado y apertura al capital extranjero por la vía extractivista.

El movimiento indígena, con la Conaie a la cabeza, surge como actor social fundamental, a la par que cobran protagonismo los movimientos barriales, ecologistas y de mujeres que tomaron parte en el levantamiento y presentan diversas demandas sociales.

Los portavoces de la derecha y el neoliberalismo han perdido legitimidad y sus postulados quedan reducidos a los espacios propios de sus clases y gremios, pero no logran adhesiones en el campo popular.

Es muy importante la coincidencia histórica, el surgimiento casi simultáneo de las revueltas populares en Ecuador y en Chile, con movilizaciones y protestas multitudinarias. Eso permite leer a ambos como un proceso regional que cuestiona al modelo neoliberal y sus ejecutores: el FMI y los gobiernos derechistas.

Por otro lado, es trascendente dar cuenta de las evoluciones en las negociaciones entre el gobierno de Lenin Moreno y la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador.

Hace unas semanas, la Conaie convocó a la estructuración de un “Parlamento de los Pueblos, Organizaciones y Colectivos Sociales” el cual llegó a agrupar a cerca de 180 organizaciones sociales que discutió y aprobó el documento “Propuesta alternativa al modelo económico y social”, el cual fue presentado el 31 de octubre a las entidades de intermediación en la negociación con el gobierno, esto son los representantes de Naciones Unidas y de la Conferencia Episcopal, y entregado a los representantes gubernamentales.

La estructuración de un Parlamento popular diverso es un paso positivo clave pues abre el escenario de representación directa no solo al movimiento indígena, sino que además logra articular un espectro amplio de organizaciones y ciudadanía.

A la par, se da la presentación de una propuesta que coloca al centro un modelo económico–social alternativo, en oposición al modelo neoliberal, que sostiene la recuperación de la economía social y solidaria, y una serie de medidas tributarias para grandes empresas y transnacionales, y que lleva a que el debate no se reduzca a resoluciones coyunturales.

El presidente Lenin Moreno ha respondido inicialmente con un conjunto de medidas estrictamente en el ámbito agrícola, pecuario y de instituciones educativas, bajo la estrategia de una propuesta economicista, de corto plazo y bajo el esquema de focalización de las políticas sociales

La magnitud masiva y fuerte que alcanzó la revuelta y la legitimidad que tuvo y eventos como la transmisión en directo por medios de la primera sesión de la negociación, dan la iniciativa al movimiento indígena y popular.

Esto genera una enorme preocupación no solo en el régimen morenista, sino en las clases dominantes, las cuales responden con diciendo que se trata de un intento de golpe de estado y de calificar la situación como “insurrección frente al estado”. El ministro de Defensa ha anunciado la elaboración de instructivos ubicando medidas y dispositivos ante una amenaza insurreccional.

La situación es compleja, no puede ser reducida a una perspectiva coyuntural, es principalmente una perspectiva de largo alcance: un bloque social que se opone al neoliberalismo y que tiene en el movimiento indígena un pilar fundamental. •