16 de noviembre de 2019 • Número 146 • Suplemento Informativo de La Jornada • Directora General: Carmen Lira Saade • Director Fundador: Carlos Payán Velver

Territorios Productivos


Capulálpam de Méndez, sí a la vida, no a la minería

Nétzar Abdenago Arreortúa Martínez Expresidente municipal y del Comisariado de Bienes Comunales de Capulálpam de Méndez

Capulálpam de Méndez es un municipio del distrito de Ixtlán, ubicado en la Sierra Juárez del estado de Oaxaca. Es una comunidad Indígena de la etnia zapoteca, cuyos orígenes datan del año 800 a 1200, según datos antropológicos de diversas tumbas prehispánicas encontradas en lugares aledaños a donde actualmente se encuentra asentada la comunidad. Por más de 430 años, esta población llevó el nombre de San Mateo Capulálpam en honor a San Mateo Apóstol, patrón de la comunidad. En 1936 el congreso local de Oaxaca por decreto le da el rango de villa a la comunidad, quedando a partir de esa fecha como Capulálpam Villa de Méndez, en honor a Miguel Méndez Hernández, originario de este lugar, fundador del Partido Liberal Oaxaqueño e integrante de la trilogía serrana con Benito Juárez García de San Pablo Guelatao y Marcos Pérez Santiago de Teococuilco.

El documento primordial que nos da la legítima posesión de nuestro territorio es de mayo de 1599, está avalado por el Virreinato de la nueva España (el documento original se encuentra resguardado en el archivo histórico del estado de Oaxaca); en él se reconoce a la comunidad de Capulálpam de Méndez como pueblo originario, dado que ya estábamos en este lugar cuando se dio la invasión española de 1519-1521. Este documento fue ratificado por el gobierno mexicano en agosto de 1952 y por sentencia del Tribunal Agrario en mayo de 1995. Actualmente lo conocemos como carpeta básica de bienes comunales.

Con estos antecedentes es de suma importancia para los habitantes de Capulálpam Villa de Méndez, seguir cuidando y defendiendo nuestro territorio ancestral heredado de nuestros antepasados, entendiéndolo como una fuente de vida para todos los que habitamos en él. Desafortunadamente, en el año de 1775 un pelotón de soldados al pasar por nuestro territorio se percataron de la existencia abundante de minerales, dando inicio a una explotación de esos recursos. Al paso de los años y de acuerdo con las políticas públicas del país, estos yacimientos de minerales fueron concesionados a empresa mineras trasnacionales, las cuales elevaron la forma de explotación y saqueo de minerales, trayendo con ello daños graves e irreversibles a la forma de vida a los habitantes de Capulálpam y de las comunidades aledañas, así como contaminación a la ecología del suelo, agua y la salud.

Como consecuencia de esta explotación de minerales, en nuestro territorio se crea un asentamiento humano de manera irregular, formado por personas originarias de diferentes comunidades de la región y en algunos casos de otros estados de la república. Este asentamiento fue creciendo y por error de las mismas políticas del estado de Oaxaca en el año de 1939 por decreto del congreso del estado se le da la categoría de municipio al poblado de la Natividad, sin contar con un territorio propio, violentado flagrantemente el respeto a nuestro territorio como auténticos poseedores del mismo, esto aunado a la contaminación que la explotación de minerales en nuestro territorio seguía causando. Por ello los habitantes de Capulálpam de Méndez decidimos iniciar una lucha para detener la explotación minera y con ello proteger lo que aún tenemos en nuestro territorio y todo lo que existe en él.

Por acuerdo de la Asamblea General de Comuneros y Ciudadanos de Capulálpam de Méndez en el año 2005 se declaró la lucha en contra de la minería bajo el lema “Sí a la vida, no a la minería” por el alto grado de contaminación al afluente del Río Grande, de varias hectáreas de tierras que ya no son aptas para la agricultura, desaparición de trece manantiales del territorio de Capulálpam, daños causados a la salud humana por los desechos tóxicos utilizados en el beneficio de los minerales y por los riesgos inminentes para la biodiversidad y manantiales que aún existen en nuestro territorio, por todo ello las autoridades municipales, agrarias y pueblo en general hemos realizado diferentes actividades y protestas de manera pacífica para que las autoridades del orden estatal y federal resuelvan esta situación, así como una lucha legal en los tribunales federales para que el caso sea revisado y se resuelva conforme a derecho.

Capulálpam ha demostrado en los pasados 40 años que una comunidad puede vivir y desarrollarse sin la explotación irracional de sus recursos, en especial de los recursos no renovables. Actualmente contamos con cuatro empresas comunitarias en las cuales generamos fuentes de empleo para nuestra misma gente, con la seguridad de garantizar el buen vivir de sus familias. Las utilidades que estas empresas generan se aplican en obras de beneficio social y, lo más importantes, no causan daños irreversibles a nuestro territorio como la explotación de minerales, demostrando con ello que la explotación de minerales en nuestro territorio no es desarrollo, es enriquecimiento para unos cuantos, es un saqueo indiscriminado. Para nosotros como serranos y poseedores ancestrales de nuestro territorio es destrucción, contaminación y muerte. La explotación de minerales no es compatible con la biodiversidad.

Actualmente en la Sierra Juárez de Oaxaca, la Secretaría de Economía otorgó por 50 años las siguientes concesiones: en el distrito de Ixtlán, en los territorios de los municipios de Ixtlán de Juárez, Capulálpam de Méndez, Santa María Yavesía, San Miguel Amatlán y Santa Catarina Lachatao (estos tres últimos integran los Pueblos Mancomunados) 36 concesiones en 18,226 hectáreas y en el distrito de Villa Alta en los siguientes municipios: San Miguel Talea y Tanetze de Zaragoza, 3 concesiones en una extensión de 36,626 hectareas, haciendo un total de 54,852 hectareas. Todo esto sin el consentimiento libre previo e informado de las comunidades. Es un atentado contra la vida y la paz social que por derecho nos corresponde a los pueblos originarios. •