La misión de las Naciones Unidas en Irak propuso un plan para poner fin al descontento social en ese país, mientras Amnistía Internacional señaló que las medidas de Bagdad contra los manifestantes antigubernamentales se han convertido en un baño de sangre. Las fuerzas de seguridad han asesinado a por lo menos 319 inconformes desde que comenzaron las protestas, en octubre, a consecuencia de la situación económica, según las cifras más recientes de la Comisión Iraquí de Derechos Humanos. En la imagen, una protesta ayer en el centro de Bagdad.