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Sanctorum busca sensibilizar acerca de lo que ocurre en el campo y la desprotección de los indígenas

La cinta, de Joshua Gil, compite en el festival de Morelia // Aborda la situación de la gente que trabaja para el narco

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▲ El documental, hablado en mixe, trata sobre una realidad que se vive a pocas horas de la Ciudad de México. Es una forma de resistencia contra la desigualdad, la persecución y la desesperanza, expresa el realizador. La imagen, un fotograma de la película.Foto cortesía de la producción
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Periódico La Jornada
Lunes 21 de octubre de 2019, p. a12

Morelia, Mich., En la sección de competencia de película mexicana de ficción, del 17 Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), se presentó Sanctorum, dirigida por Joshua Gil, en la que se narra desde una cosmovisión indígena el fin del mundo.

En entrevista con La Jornada el director afirmó: el objetivo de la película es sensibilizar sobre lo que pasa en el campo mexicano y la desprotección de los indígenas. Estos pueblos tienen muchos problemas para procurar cultura, educación, alimentación y cuidar su territorio. Sin embargo, uno de los más graves de su gente es trabajar en sembradíos ilegales porque no tiene otra opción. Quisiera poner el foco en este asunto para darnos cuenta de que en verdad las madres y sus hijos trabaja en ello.

Mano de obra

Agregó que la idea de hacer la película surgió hace seis años cuando leyó un par de notas periodísticas que hablaban de una generación de campesinos mexicanos, niños y madres incluidos, que trabajaban en el cultivo de amapola y mariguana. “El propósito es mostrar la vida diaria de esos grupos vulnerables, que se han vuelto mano de obra del narco”.

Después la historia evolucionó: “no dejaba de pensar que resultaba muy apocalíptico ver a un niño cortar una mata de mariguana y recolectar la goma de amapola y en cómo nos hemos vuelto insensibles a ese tema. La realidad que muestra Sanctorum está a unas horas de la Ciudad de México. Descubrirla fue lo que me dio la energía para filmar”.

Respecto de los diálogos, precisó: todos son míos. Me gusta mucho la poesía y escribo haikús; traté de encontrar el tono porque quería ser muy preciso y concreto. Realmente, los diálogos y líneas nacieron de haikús.

Gil destacó: la película es un espejo de nosotros mismos, es simbiótico; por ejemplo, el Ejército nunca se ha distinguido por defender a indígenas y campesinos. Por esa razón, para mí, era importante hablar de un indígena militar, quien en una escena se hinca y toma sangre del agua. Los militares, históricamente, tienen manchadas las manos; asesinan a sus hermanos.

Añadió: “Sanctorum plantea la posibilidad de que el mundo se termine muy pronto. Si como especie no somos capaces de mejorar, y si no hay justicia, que mejor que no haya un mundo”.

Explicó: las culturas originarias del mundo sí saben convivir con su entorno y sus palabras afectan lo que pasa en el ambiente, por eso una de las voces fuertes de la película está en lengua mixe. Nos transporta a través del cielo.

Respecto de un maestro que aparece y habla a los niños sobre los hermanos Flores Magón, el realizador precisó: lo primero que tienen que aprender es sobre la resistencia.

Joshua Gil opinó que Sanctorum es una forma de resistencia contra la desigualdad, la persecución, la desesperanza.