19 de octubre de 2019•Número 145•Suplemento Informativo de La Jornada•Directora General: Carmen Lira Saade•Director Fundador: Carlos Payán Velver

Programas Rurales

¿Por qué es importante la organización de las comunidades forestales?

Salvador Anta Fonseca Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible


Comuneros de Macuiltianguis, Sierra Norte de Juárez.

La organización de las comunidades forestales ha sido un proceso frecuente en la historia reciente del país; las comunidades se organizan para lograr un objetivo en común.

Entre las primeras organizaciones de comunidades forestales que se formaron se encuentra la Organización por la Defensa de los Recursos Naturales de la Sierra Juárez (Odrenasij), que se integró en 1979 con 14 comunidades de la Sierra Juárez de Oaxaca, con el fin de impedir la renovación de las concesiones forestales de sus bosques que en esa época asignaba el gobierno federal a terceros, diferentes a los dueños de comunidades y ejidos forestales. En este caso, el movimiento de la Odrenasij fue para impedir que se volvieran a concesionar por 25 años más los bosques de estas 14 y otras comunidades más, a la empresa paraestatal Fábricas de Papel Tuxtepec (Fapatux).

La movilización de las comunidades, la conformación de un frente común y la defensa legal rindieron frutos, ya que en 1983 logran que el presidente Miguel de la Madrid suspendiera estas concesiones. Una vez que se logró este objetivo la Odrenasij se desintegró y las comunidades socias de esta organización decidieron constituir nuevas asociaciones regionales con la finalidad de obtener las concesiones de sus propios servicios técnicos forestales. Así, se formaron la Unión de Comunidades y Ejidos Forestales de Oaxaca (UCEFO), la Unión de Comunidades Forestales Ixtlán-Etla (Ixeto) y la Unión de Comunidades Forestales Zapotecas-Chinantecas (Uzachi), entre otras.

En este mismo periodo surgen diversas organizaciones forestales regionales en diferentes entidades del país, entre ellas: la Unión de Ejidos Hermenegildo Galeana en Técpan, Gro.; la Unión de Ejidos Forestales Emiliano Zapata en Santiago Papasquiaro, Dgo.; la Sociedad de Productores Forestales del Sur de Quintana Roo, entre otras.

En el ámbito nacional, a principios de los noventas, durante el período del presidente Salinas de Gortari se conforman dos de las organizaciones forestales más importantes del país: la Red Mocaf y la Unión Nacional de Organizaciones Forestales Comunitarias (Unofoc), como una necesidad de las comunidades forestales de obtener respuestas de financiamiento por parte del gobierno federal, además de buscar tener incidencia en las políticas públicas forestales del país.

La Red Mocaf surge del llamado nuevo movimiento campesino de los noventas, que se agrupó en organizaciones como la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA) en 1985. Al seno de UNORCA se incuban diversas organizaciones más especializadas por interés en temas específicos. Así, entre 1988 y 1989 la Red Mocaf se constituye como la comisión forestal de UNORCA y en 1996 se vuelve autónoma y comienza a atender temas de gestión forestal e incidencia en políticas públicas.

La Unofoc se constituyó en 1994, cuando diversos ejidos y comunidades forestales del país que habían sido apoyadas por el Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol), deciden conformarse en una organización nacional y cinco coordinaciones regionales. Las comunidades socias de la Unofoc son de las principales productoras forestales maderables y no maderables del país.

En años recientes la Red Mocaf ha sido una organización de alcance nacional que ha tenido una importante incidencia en el diseño de políticas públicas, en la defensa de la silvicultura comunitaria y recientemente en temas de bosques y cambio climático. Mientras que la Unofoc se ha orientado al fortalecimiento de las empresas forestales comunitarias y la certificación forestal entre sus socios.

Entre los años 1996 y 2000 operó en el estado de Oaxaca el Proyecto de Conservación y Manejo de Recursos Forestales en México (Procymaf), y a través de sus diferentes líneas de apoyo a la silvicultura comunitaria en ese estado, permitió la organización de siete Comités Regionales de Recursos Naturales (CRRN) en las principales regionales forestales del estado. Estos Comités, integrados por comisariados de bienes comunales y ejidales, continuaron operando posteriormente de manera informal, hasta que en el año 2004 con el Programa de Fortalecimiento a la Autogestión Silvícola (Profas), se constituyen en Asociaciones Regionales de Silvicultores (ARS).

En el lapso de 2004-2006, la Conafor a través del Profas promueve la constitución de 224 ARS en todo el país, 32 asociaciones estatales de silvicultores y una confederación nacional a la que llamó Confederación Nacional de Silvicultores (Conosil). Con la Conosil, el gobierno panista de Vicente Fox en la presidencia y Alberto Cárdenas en la Conafor, pretendieron desarrollar una organizacional de silvicultores centralista, corporativa y cercana al proyecto del gobierno panista en turno.

Debido a la urgencia de formar esta organización nacional, al poco cuidado que se tuvo en la conformación de las organizaciones regionales y el gran dispendio de recursos que se asignaron en esa época para que las ARS tuvieran recursos para alquilar oficinas, tener dinero para la operación y contratación de técnicos, las 224 organizaciones regionales disminuyeron a 120 en el siguiente sexenio, de Felipe Calderón, y en los últimos años se mantienen activas pocas ARS ligadas a la Conosil.


Ejidatarios de Teococuilco de Marcos Pérez, Sierra Norte de Juárez.

En 2018 y 2019 una organización regional, la Unión de Comunidades de la Sierra Juárez (Ucosij), fundada en 1996 primero como el Comité de Recurso Naturales de la Sierra Juárez (CRRNSJ), incursionó nuevamente en la gestión y en la demanda de necesidades y objetivos de interés tanto para las comunidades de esa región, como para las Empresas Forestales Comunitarias (EFC) del país. Entre sus luchas están la solicitud de recursos públicos para atender una nueva plaga que apareció en 2017 en la Sierra Juárez, que es el gusano defoliador (Zadiprion falsus), y en el segundo caso, se trata de una lucha que vienen dando estas comunidades desde hace más de 15 años para lograr un régimen fiscal especial para las EFC.

En el caso de las actividades de saneamiento, la Ucosij ha logrado gestionar recursos adicionales con la Conafor para atender esta plaga desde el año pasado (2018) y actualmente sigue con esta gestión para obtener los recursos económicos necesarios para el combate de esta nueva plaga.

En el caso de la búsqueda de un marco fiscal más justo para las EFC, la Ucosij, con el apoyo de Política y legislación ambiental (Polea), Reforestamos México y el CCMSS han logrado organizar diversas actividades en las que han participado ejidos y comunidades de Durango, Chihuahua, Michoacán, Jalisco, Quintana Roo, EdoMex y Puebla, para trabajar en foros, reuniones, seminarios y encuentros con legisladores y funcionarios de la Secretaria de Hacienda tratando de lograr acuerdos consensuados para lograr este objetivo.

Como se puede observar en esta pequeña reseña, la organización de las comunidades forestales ha logrado grandes e importantes resultados: frenar concesiones forestales, representar a las comunidades en la definición de políticas públicas, leyes, luchas para a asignación de presupuestos o tratos fiscales más justos.

La organización de las comunidades forestales es muy importante y necesaria, sin embargo, hay que evitar las intenciones corporativas de algunas instituciones de gobierno, o la negación de su existencia e inviabilidad por parte de otros.

Siempre que existan necesidades, o luchas que convoquen a la confluencia de las comunidades forestales, se generará la semilla de un nuevo proceso organizativo. •

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