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Asfixia ahonda en la marginación que marca a madres excarceladas

La cineasta Kenya Márquez también explora la discriminación hacia las apariencias físicas que la sociedad tolera, pero que considera ilegítimas

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▲ Johana Fragoso (izquierda) escucha indicaciones de Kenya Márquez en el set de Asfixia.Foto cortesía de la producción
 
Periódico La Jornada
Viernes 18 de octubre de 2019, p. 7

Este fin de semana llega a la cartelera comercial la película Asfixia, dirigida por la jalisciense Kenya Márquez, quien dice de su obra: “Confirma mi interés narrativo y formal en el tema de la falta de resignación ante la pérdida, pero al mismo tiempo me llevó a hacer consciente una preocupación permanente respecto de los problemas de discriminación y marginación generados por los prejuicios hacia las apariencias, generalmente físicas, que la sociedad tolera, en el mejor de los casos, pero que generalmente señala como ilegítimas.

“Con Asfixia, me interesa explorar una situación recurrente en México, donde existe un sinnúmero de presos que son inocentes y purgan condena en los reclusorios tras procesos irregulares o mal hechos.”

Asfixia se inicia cuando Alma sale de la cárcel, donde, además de purgar una injusta condena, aprendió a cuidar enfermos. Con su libertad, Alma se propone recuperar todo lo que perdió. En ese proceso busca la ayuda de Concepción, empleada de la farmacia donde ella misma trabajaba cuando fue arrestada. En la farmacia, Alma conoce de forma casual a Clemente, hipocondriaco que vive alejado de sus familiares, cansados de lidiar con sus fastidiosos trastornos obsesivos compulsivos. Sin posibilidades de conseguir un trabajo debido a su apariencia que genera rechazo y desprecio de la sociedad, y con la imperiosa necesidad de conseguir un dinero que podría ayudarla a rescatar todo lo perdido, Alma decide aceptar un trabajo que parece riesgoso, pero al menos la paga no es mala, y consiste en velar durante las noches por la salud de Clemente. Al tiempo que se acostumbra a su singular empleo y forja con Clemente una relación entrañable.

Kenya Márquez explica que en su película también “quiero señalar las condiciones y circunstancias sicosociales que experimentan los presos en nuestro país cuando son liberados, y su reinserción social, muchas veces fallida, entre otras causas, por los prejuicios y desconfianza de la sociedad a la que buscan reincorporarse.

“Este juicio social se acentúa o adquiere connotaciones especiales cuando el sujeto excarcelado es una mujer con hijos y/o su apariencia se aparta de los cánones estéticos validados socialmente.

Justamente, la protagonista de este proyecto, Alma, es una joven madre albina que permite ahondar en los fenómenos de marginación y discriminación familiar y laboral que marcan a las madres excarceladas. Su historia pone en evidencia el alto porcentaje de mujeres que sufren una pena injustamente, por haber asumido en forma deliberada o haber sido culpadas de modo circunstancial a causa de un delito cometido por su pareja. Alma es inocente, pero su condición la relega a la soledad y la marginación.

El germen

La también directora del cortometraje Cruz (1997), menciona que el germen de Asfixia surgió de una conversación que tuvo con Alfonso Suárez, coguionista de la película, donde hablamos de un personaje hipocondriaco que creía tener un sinnúmero de enfermedades, incluso apnea, y que a raíz de eso él buscaba una enfermera por las noches para que le cuidara el sueño, premisa que me encantó y me hizo reflexionar sobre que quizá mi personaje albino podría ser esa enfermera y así continuar con mi interés narrativo y formal en el tema de la pérdida y en la falta de resignación, así como abordar también los problemas de discriminación.

La directora de Fecha de caducidad (2011), cuenta que eligió Asfixia como título porque prefiere emplear metáforas para nombrar sus filmes: “No sé si sean los más acertados o atractivos, pero me parece un juego de palabras y sensaciones. Asfixia representa el momento permanente que viven los personajes principales: Alma y Clemente en el momento por el que pasan, Alma tiene una sensación permanente que vive sin aire y Clemente se crea su propia asfixia”.

Refiere además que su película es una historia donde los personajes buscan el amor de manera fallida. Por el tema de la discriminación a partir de la imagen, me parecía más contundente. Sobre todo, por la ignorancia que existe en México sobre los albinos. Siempre he creído que el cineasta tiene una responsabilidad social y que en sus películas tiene que hacerla presente.

Sobre la producción, Márquez señala: “Cruz siempre ha sido la productora de mis películas, eso me da más preocupaciones, pero también más libertad creativa, pa-ra bien y para mal.

“Siempre arranco de forma solitaria los proyectos con las ideas rondándome y luego tengo mis cómplices imprescindibles para que todo pueda continuar, como en Asfixia, que tuve la fortuna de estar acompañada por Roberto Fiesco, Araceli Velásquez e Iliana Reyes, quien afrontó el reto total de la película de principio a fin.

Cada uno en su momento fue parte fundamental en la película, así como el apoyo solidario de Karla Uribe, mi anterior productora.

Actores contundentes

De los actores, Kenya Márquez comparte: “El tema con la actriz albina primero fue buscarla, porque en México, al día de hoy, no existía una actriz albina. Por ahí nos cruzamos en el camino con una en España, pero era imposible pensar en ella por la distancia y el acento. Fue una búsqueda larga, pero creo que el encuentro con Johana Fragoso fue contundente. Una mañana la vi en un trabajo musical que ella había realizado y a los tres días estaba haciendo un casting que me sorprendió. Mi instinto me decía que ella era quien tenía que interpretar a Alma y creo que no me equivoqué.

“En el caso del maestro Enrique Arreola, siempre me ha gustado su trabajo y fue también muy contundente el encuentro con él. En su casting entendió muy bien la historia, el personaje, y me sentí muy cómoda con él; es un gran actor. Con Mónica del Carmen, desde que escribí el personaje lo pensé para ella; la admiro por sus trabajos anteriores. Raúl Briones fue una gran coincidencia, de las grandes recomendaciones que he recibido por una colega que trabajaba en la película. Uno de los placeres de este filme que disfruté muchísimo fue el trabajo de mesa con todos los actores.”