Sociedad y Justicia
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Con el insomnio, el cerebro nos hace consumir más calorías
 
Periódico La Jornada
Lunes 14 de octubre de 2019, p. 37

Madrid. Una gran parte de la población tiende a comer alimentos con alto contenido calórico tras una noche de insomnio, o cuando existe falta de sueño. Investigadores de la Northwestern Medicine en Estados Unidos han descubierto por qué.

Según un estudio, la culpa es de la nariz, o mejor dicho, del sistema olfativo, que se ve afectado de dos maneras por la falta de sueño. Primero, entra en hiperimpulsión, agudizando los olores de la comida para que el cerebro pueda diferenciar mejor los olores. Luego hay un colapso en la comunicación con otras áreas cerebrales que reciben señales de comida. Y con eso, las decisiones sobre qué comer cambian.

Cuando se tiene falta de sueño, es posible que estas áreas del cerebro no reciban suficiente información, y está eligiendo alimentos con una señal de energía más rica, señaló el autor principal Thorsten Kahnt, profesor asistente de neurología en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern .

Pero también puede ser que estas otras áreas no puedan controlar las señales agudas en la corteza olfatoria. Eso podría llevar a elegir rosquillas y papas fritas, ha explicado el investigador.

Investigaciones anteriores han demostrado que la falta de sueño aumenta ciertos endocannabinoides, que son producidos naturalmente por el cuerpo y son importantes para el comportamiento alimenticio y cómo el cerebro responde a los olores, incluidos los de la comida.

Armamos todo esto y preguntamos si los cambios en la ingesta de alimentos después de la privación del sueño están relacionados con la forma en que el cerebro responde a los olores de los alimentos, y si esto se debe a cambios en los endocannabinoides; asimismo, se preguntaron ¿qué hace que el cerebro responda de manera diferente que nos hace comer de manera diferente?.