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¿La fiesta en paz?

Ecos de un coloquio internacional // Por fin, hoy comienzan las novilladas

D

ecía Oscar Wilde a finales del siglo XIX que todas las épocas verdaderamente creadoras han sido también épocas de crítica. Por ello la fiesta de los toros y la crítica son interdependientes y reflejo no sólo de tendencias de determinada época, sino del mayor o menor gusto por el pensamiento esclarecido, es decir, con más contenidos de verdad, no de simulación. Si taurinos y público andan más despistados que nunca es porque una crítica convenenciera y alcahueta propicia esa desorientación que no beneficia al espectáculo sino a los miembros de la tauromafia, ese cártel de la mediocridad que parece decir: de lo que hemos echado a perder lo que parezca.

Sin los niveles de reflexión alcanzados en el coloquio anterior, básicamente por el exceso de ponentes en cada mesa, el reciente encuentro tuvo sus momentos de aproximación a la verdad del aturdido presente taurino, lejos de lugares comunes, amabilidades comodonas y esas infaltables torres de marfil que pretenden ignorar una triste realidad taurina apenas diferente en ambos continentes. La frivolidad política de las últimas décadas arroja sus resultados en la comunidad mexicana, cuya insensibilidad se traduce en una fiesta de toros degradada.

Comparto algunas notas del segundo coloquio internacional celebrado en la ciudad de Tlaxcala El matador Pepe Saborit, de Tauromaquia Mexicana, recalcó que ésta es una defensoría de la fiesta ante la sociedad y los aficionados, no ante los gremios taurinos, que comenzó en 2012 y que todos trabajan sin devengar un sueldo. Que recibe donativos de agrupaciones y aficionados, que ya cuenta con un área jurídica para defensa, pero que la fiesta no se defiende, sino que hay que mostrarla (sic). Que actualmente Tauromaquia Mexicana tiene 14 representaciones en otros tantos estados, que ojalá hubiera muchos institutos de desarrollo taurino en el país y que han convocado a un concurso de ensayo escrito o en video sobre el tema ¿Por qué es vigente la tauromaquia?.

Sabino Yano, comprometido ganadero de Tenexac, fue breve y sustancioso: La fiesta necesita ser dignificada. Hay masas y hay conocedores, pero todos sometidos a la voluntad de las élites. No debemos permitir que nos allanen, que nos arrasen. ¿La fiesta es de masas o es de élites? Si no oponemos criterios y argumentos, esto se va a acabar. La socióloga Maricarmen Chávez señaló que la tauromaquia encaja en los tres principales rasgos de la posmodernidad: como etapa histórica, como pensamiento filosófico y como movimiento artístico. Remató su exposición con unos conceptos de amoroso reconocimiento a la magia del toreo que hicieron experimentar al auditorio el olvidado concepto de transmisión.

El médico veterinario Benjamín Calva, con una mesura inversamente proporcional al trato de que ha sido objeto por parte de algunas empresas, reiteró que gracias al toro de lidia tenemos una fauna y una flora eficazmente protegidas. El maestro y escritor José Antonio Luna observó que los antitaurinos se oponen a las corridas pero no pueden oponerse a la inteligencia humana y sus creaciones, como las rosas o los toros; nuestra mayor falla es el silencio cómplice ante una estética sin fondo por la falta de bravura. Seguiremos con las observaciones de otros participantes.

Finalmente, la autorregulada empresa de la Plaza México decidió dar inicio, hoy, a una atropellada, en ambos sentidos, temporada chica o de novilladas, en la que en mes y medio cubrirá el requisito de 12 festejos que le permita vender el derecho de apartado para la próxima temporada como grande. No, pos sí.