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El uranio en México puede ser positivo
E

l domingo pasado empezamos a ver cómo ha estado en México la producción de uranio. Vamos a seguir con lo que pasó y con lo que ocurrirá.

Vimos algo de lo sucedido a principios de 1985, con el cambio de políticas públicas en cuanto a energía nuclear, sólo pasaron unos días para que el 4 de febrero de ese año se publicara, con la firma de Miguel de la Madrid, presidente de México en ese entonces, un cambio en la Constitución Política.

De la Madrid fue el primero de los presidentes claramente derechistas, hasta Enrique Peña Nieto. Fueron seis sexenios, 36 largos años de pérdidas para México.

Ya serán revisadas y cambiadas de regreso las leyes como estaban antes y en otro sentido más positivo para que en México sean útiles para la población. Un ejemplo de lo que se cambió a peor es el siguiente:

Artículo 10: “… la Comisión de Fomento Minero llevará a cabo las actividades mencionadas en forma directa y exclusiva. No vivimos sólo el aspecto legal; fueron años de lucha que nos mostraron experiencias que se deben aprovechar.

En el Congreso del Trabajo tuvimos apoyo al Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Nuclear (Sutin) y a nuestras luchas. Además, lo recibimos también de sindicatos del sector público. Ya desde el principio teníamos la solidaridad del Sindicato Mexicano de Electricistas, pero también la de telefonistas, y petroleros, éstos últimos en sus dos niveles, primero de los profesionistas y técnicos y luego también del personal general de petroleros.

Debemos mencionar que el primer líder de este gremio fue Joaquín Hernández Galicia La Quina. Con él nosotros tuvimos solidaridad, otros trabajadores y el pueblo en general. Este líder dejó de serlo unos días después de finalizar la administración de Miguel de la Madrid y a la entrada de Carlos Salinas de Gortari como presidente de la República, La Quina fue encarcelado durante todo el sexenio y un tiempo más.

Durante el sexenio de Miguel de la Madrid actuamos en la Cámara de Diputados, incluso los trabajadores nucleares, los primeros tres años a través de mi participación como diputado y posteriormente como asesor de la propia cámara. Y los siguientes tres años a través de la intervención de Arturo Whaley como diputado y secretario general del Sutin.

Lo real en el uso de energía nuclear es que no se genera en México, se importa desde Estados Unidos. Por supuesto que los presidentes antes mencionados estuvieron muy felices de obtener, totalmente, el uranio de los yanquis. Se supone que lo del uranio ahora es del Servicio Geológico Mexicano. Por supuesto, éste no ha producido ni un gramo de ese material.

Lo que nos han heredado los seis presidentes reaccionarios en esta materia, son puros problemas.

Hay que recordar que hace años, esos gobiernos antipatriotas despidieron a miles de trabajadores de las instalaciones nucleares de México. Y ahora se viene el tiempo para recuperar parte de lo perdido de nuestra industria nuclear. Evidentemente, sin esperar dos o tres sexenios para recobrar las fuentes de trabajo y la rehabilitación de esa industria en México.

Todo esto es una justificación para que el país no regrese a esas administraciones de atraso y destrucción. Ya se ha mostrado en muchos aspectos que sí se puede recuperar el nivel de crecimiento que se tenía antes de esos seis presidentes.

Recordamos que desde 1940 hasta 1982, existía un crecimiento de la economía de 6.2 por ciento anual. Y en un recuento realizado de 1982 a 2018 se aprecia que tuvimos un promedio de apenas 2.3 por ciento de mejora económica.

Comparando el crecimiento del sexenio de Miguel de la Madrid con los siguientes cinco sexenios, el de De la Madrid fue de 0.34 por ciento anual, el peor de todos.

Otra comparación con diversas naciones en cuanto al crecimiento económico rápido durante los pasados 12 años es el siguiente:

Estos países, todos de Asia, entre los de mayor población del mundo. En América, México destacó con un crecimiento de 6 por ciento entre 1940 y 1962.