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Temido mosquito usa cápsula del tiempo para vencer al frío
 
Periódico La Jornada
Viernes 23 de agosto de 2019, p. 2

Madrid. El temido mosquito tigre asiático usa exitosamente huevos en forma de cápsula del tiempo para sobrevivir en condiciones que son más frías que las de su territorio nativo.

Los mosquitos del norte se han adaptado a los inviernos más fríos, en comparación con sus contrapartes del sur. Esta nueva evidencia de una rápida adaptación local, descrita en una investigación de la Universidad de Washington en Saint Louis, podría tener implicaciones para los esfuerzos por controlar la propagación de esta especie invasora, que se considera un vector competente de numerosos patógenos que son relevantes para los humanos, incluidos los virus zika, chikungunya y dengue.

El trabajo se publicó en la edición del 21 de agosto del Journal of Applied Ecology.

Todo esto ocurrió en un periodo de 30 años, explicó el biólogo Kim Medley, director del Centro de Investigación Tyson y primer autor del estudio. Este vector de enfermedad ha evolucionado rápidamente para adaptarse a Estados Unidos. El hecho de que esto haya ocurrido en un límite de rango puede sugerir que existe la posibilidad de que la especie continúe extendiendose más hacia el norte.

Embrión fertilizado

Los mosquitos responden al inicio del invierno poniendo huevos de diapausa, literalmente, de desarrollo retrasado, que contienen un embrión fertilizado que se encuentra en un estado de casi hibernación y tiene un metabolismo muy lento. El resultado es casi como una cápsula del tiempo.

La capacidad de producir huevos que pueden esperar para eclosionar no es algo nuevo. Esta técnica ayuda a los mosquitos a sobrevivir el frío del invierno, pero también funciona en condiciones secas. Las larvas necesitan eclosionar en agua estancada, pero pueden sobrevivir secándose en el medio.

Aún así, los huevos de diapausa son diferentes de los normales. Investigaciones anteriores habían demostrado que los mosquitos del norte ponen más de los primeros que sus primos del sur.

Lo que no se sabía era cómo realmente funcionan.