Opinión
Ver día anteriorMartes 20 de agosto de 2019Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad perdida

Falla en el área de inteligencia

L

o sucedido el viernes pasado en la avenida de Los Insurgentes y en una porción de Reforma tendrá que ser analizado, desde varios puntos de vista, por más que esto moleste al gobierno de la ciudad o a los grupos feministas.

Primero se tiene que destacar que el último soporte que le quedaba al gobierno sobre seguridad, ese que nos traería mayor tranquilidad a las calles, se derrumbó. Omar García Harfuch, el cerebro contra el crimen que no hace mucho adquirió la procuraduría capitalina, no supo qué hacer ante un movimiento que hablaba de su violencia un día tras otro.

García Harfuch, como la mitad de los habitantes de la ciudad, o más, sabíamos que la protesta legítima de algunos colectivos de mujeres serían aprovechados por organizaciones, no necesariamente feministas, para crear el clima que requiere la derecha para atacar, de cualquier forma, al gobierno citadino.

Por eso la labor de inteligencia que debió realizar la oficina de inteligencia de la PGJCDMX era vital. Desde la primera marcha que se convocó por ahí de la mitad de la semana, las mujeres que no se conformaban con las consignas y la exigencia de justicia hicieron destrozos, algunas se llamaron a sí mismas feminazis y mostraron que serían capaces de escalar su manifestación violenta.

Lo dijeron todos los medios, las redes sociales lo comentaron, la amenaza era, entonces, palpable. De que iba a suceder, iba a suceder. El hombre encargado de la inteligencia en la procuraduría en una de esas hasta lo sabía. Y no, no se trataba de reprimir, seguramente García Harfuch sabe cómo se previenen ese tipo de actos, pero no se hizo nada y la furia estalló.

Detrás de la furia, las condenas, las disculpas, pero sobre todo la conciencia clara de que esto sólo sirvió para que, por ejemplo, el PAN lance ataques tomando como ariete lo que siempre, sexenio tras sexenio, repudió: las protestas callejeras.

Por otro lado, los grupos feministas deben tener en claro que será muy peligroso para ellos dejar impune la comisión de ilícitos, porque con su protección, en cada protesta habrá quien aproveche el momento para causar daños a quienes, como los hombres que fueron atacados el viernes por la noche al finalizar la protesta, en la estación del Metro Cuauhtémoc, se atraviesen por su camino. Contra la impunidad es contra lo que todos deben luchar, ¿o no?

De pasadita

Bueno, y ya que andamos por los rumbos de la procu, es necesario que la misma Ernestina Godoy se entere de lo que sucede en los pasillos y oficinas del búnker, porque resulta que hay funcionarios y funcionarias públicos que se dicen protegidos, como la fiscal central de investigación para la atención de niñas, niños y adolescentes, Maribel Mayer, quien presume de tener la fuerza política suficiente como para sentirse inamovible en el puesto.

Bien haría la procuradora capitalina en preguntar a la fiscal y a otros servidores públicos por el escándalo que se dio el 8 de agosto entre las nueve y 10 de la mañana para que sepa qué alimañas corren por los pasillos de la dependencia.

Hasta donde nos cuentan, existe hasta una grabación de ese escándalo, que tiene muy caldeados los ánimos de la gente que trabaja en esa fiscalía. No se requiere de gran ciencia; se trata nada más de ver con objetividad los hechos y avisar a la señora Mayer que el nepotismo es una de las faltas más condenadas por la Cuarta Transformación. ¿Será que no está enterada?