Roma. La policía italiana desalojó ayer a migrantes e italianos que se habían instalado en una antigua escuela a las afueras de Roma, en una nueva operación para vaciar edificios ocupados por extranjeros y otras personas.

Los residentes prendieron fuego a varias colchonetas y otros objetos para formar una barricada e impedir el acceso a la policía antimotines. Sin embargo, las autoridades apagaron las llamas y procedieron con el operativo.

El ministro del Interior, el ultraderechista Matteo Salvini, dijo que en Italia no hay tolerancia para nadie que ocupe de forma ilegal edificios abandonados. La estructura del edificio desalojado era peligrosa y ponía en peligro a las mujeres y niños que vivían allí, afirmó. El ayuntamiento proporcionaría alojamiento alternativo para las casi 200 personas afectadas, según un responsable local.

Roma tiene una larga historia de personas que ocupan edificios, y tanto los migrantes como los italianos denuncian una falta de viviendas asequibles.

En tanto, la capitana del barco Sea Watch, Carola Rackete, que rescató y desembarcó en junio a más de 50 migrantes en el puerto italiano de Lampedusa, pidió a los países europeos a que acojan a los migrantes que se encuentran en Libia.

A su vez, la alta representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea, Federica Mogherini, llamó a los gobiernos europeos reforzar el apoyo económico para enfrentar la migración irregular.