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Despertar en la IV república

Mi generación: misión fracasada

E

n mi artículo anterior, y siguiendo a Ortega y Gasset, dije: En cada generación hay un segmento más significativo, una élite que determina el destino de la colectividad. Nacidos durante el cardenismo (final de los 30, principio de los 40) la élite política de mi generación llegó al poder con Miguel de la Madrid (1934) en la década de los 80. El presidente se hizo acompañar en su gabinete por contemporáneos: Manuel Bartlett (1936), Jesús Silva Herzog Flores (1935), Sergio García Ramírez (1938), Pedro Ojeda Paullada (1934), Bernardo Sepúlveda (1941), Francisco Labastida (1942). Mi generación se impuso en la administración pública y en el Poder Legislativo. Sin embargo, los integrantes de un grupo de una generación más joven serían los herederos en el siguiente sexenio: Carlos Salinas (1948), Gamboa Patrón (1950) y Camacho Solís (1946).

¿Qué misión tuvo la élite política de mi generación? La de responder al colapso económico ocurrido durante el régimen de López Portillo; lograr la modernización y la democracia después de la quiebra financiera del régimen y la de rescatar la llamada moral pública. Esta generación logró mantener al régimen pero no cumplió con las demás tareas.

Formados en un ambiente histórico que absorbió el nacionalismo y las estructuras autoritarias del cardenismo, mi generación creció bajo las fórmulas del alemanismo, que se caracterizó por una propuesta de crecimiento económico pero también de una corrupción acelerada. Pasamos por el trauma de 1968 y tuvimos la creencia de que Echeverría podía reivindicar una visión popular nacionalista; pero nos equivocamos.

Un segmento de la élite política de mi generación encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas (1934) y Porfirio Muñoz Ledo (1933) rompió con el régimen y se opuso a la tendencia conservadora de De la Madrid. Esta corriente, al menos en el primer momento, estaba sólo en favor del nacionalismo, pero más adelante se convirtió en una iniciativa democratizadora.

La élite de mi generación que llegó al poder fracasó en la misión propuesta, pero un segmento fuera de ese régimen inició el camino del cambio que habría de culminarse después de un largo periodo de lenta maduración: 30 años después del gobierno de De la Madrid.

Colaboró: Mario Antonio Domínguez