Opinión
Ver día anteriorSábado 13 de julio de 2019Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Los de abajo

El Presidente en Guadalupe Tepeyac

E

n 1993 la comunidad de Guadalupe Tepeyac, en la selva Lacandona, recibió la visita del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, quien tenía información de que una guerrilla germinaba en esas tierras y mandó construir un hospital para restarle base social al movimiento. Era la primera vez que un presidente visitaba estos pueblos y el acontecimiento no fue motivado por una genuina preocupación acerca de la salud de los tojolabales, sino por la posibilidad de que le estropearan la obra cumbre de su sexenio: el Tratado de Libre Comercio.

Nada le salió bien al ex presidente. Derramó dinero que los indígenas recibieron con una gran sonrisa, pues después lo invertirían en el levantamiento para el que trabajaban desde 10 años antes. El 30 de diciembre de 1993 empezaron a bajar a los pueblos los y las insurgentes. Un punto de encuentro fue justo Guadalupe Tepeyac, y directo al hospital se trasladó el subcomandante Pedro para pegar en los cristales la Primera Declaración de la Selva Lacandona, proclama de 10 puntos con la que se dio a conocer el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Seis presidentes de la República han pasado desde entonces… Y el sexto, el actual, se apersona sin diálogo de por medio para hacer presencia en el hospital creado por Salinas, con un discurso reconciliador apartado de la realidad de esas comunidades a las que los gobiernos sólo han llegado con despensas, láminas, granjas de pollos y fertilizantes. También con dinero en efectivo, promesas y balas.

A esta comunidad regresó sin vida el subcomandante Pedro la mañana del primero de enero de 1994. La primera baja de un ejército insurgente que emprendía un camino sin retorno. Pedro y el actual subcomandante Moisés abrieron a la guerrilla esta cañada, comunidad por comunidad, familia por familia. De aquí el nombre del municipio autónomo San Pedro de Michoacán, que sigue siendo.

El Presidente sabe que no fue a cualquier pueblo y que aunque durante un cuarto de siglo los gobiernos se han dedicado a dividirlos y castigar su rebeldía, no será con una mano tendida que se acabe un movimiento, porque no están peleados con él, sólo no son lo mismo, ni los mismos.

www.desinformemonos.org