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Tío Laco: el último violinista es un acercamiento al protector del son

Documental de Annette Fradera que se presenta hoy en el Museo Nacional de Culturas Populares

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▲ Don Heraclio Alvarado Téllez es depositario de las memorias sonoras de la comunidad de Colatlán, en Ixhuatlán de Madero, Veracruz. El músico en fotogramas del documental.
 
Periódico La Jornada
Sábado 29 de junio de 2019, p. 5

Don Heraclio Alvarado Téllez, mejor conocido como Tío Laco, originario de la comunidad de Colatlán, en Ixhuatlán de Madero, Veracruz, es uno de los más grandes y entrañables músicos tradicionales de la Huasteca Veracruzana, depositario de memorias sonoras con las que dialoga cotidianamente. Bailadores, carnavaleros y músicos lo llaman tío, como llamamos a quien sabemos que ha estado ahí cuidando lo que importa para la familia, para la comunidad.

Para mantener en la memoria el legado de este músico veracruzano, que durante más de siete décadas ha llevado la música de su violín a donde se lo pidan, que toca para que otros bailen y sueñen, y vivan y mueran con música, Annette Fradera dirigió y produjo el documental Tío Laco: último violinista.

El filme ofrece una probada de la experiencia de vida del que podría ser el último de los violinistas de sones de carnaval de esa pequeña región de la Huasteca.

Tío Laco es perpetuador de sones de carnaval, de esos que hacen saltar a la tarima o a la calle a bailar; de sones de costumbre para agradecer al maíz nuestro de cada día, o de esos que piden al agua que caiga del cielo.

Va desparramando por la Huasteca Periquitos y Caballitos, nos convida Chicles, regala Peinetas, ofrece Canarios, nos torea Toros requesones, nos lanza Chirriones y ante nosotros convoca Sirenas, Caimanes y Muñecas.

En 2014, a petición del Tío Laco, se realizó una grabación de la mayor importancia para él. Tenía muy claro qué sones y, sobre todo, con qué músicos de la región quería grabar, y deseaba que ésta fuera profesional y en sus términos. El resultado fue el álbum titulado Sones de carnaval y otros antojos.

Ahora que el peso de los años le recuerda día con día la inevitabilidad de la muerte, Tío Laco acepta gustoso la nueva aventura. Si Dios murió, ¿cómo no vamos a morir nosotros?, dice con sonrisa desenfadada ante la tumba de cemento que construyó con sus propias manos y que habrá de guardar sus restos cuando llegue el momento.

Todos morimos, pero está en nosotros que la música y las tradiciones no mueran.

Tío Laco: el último violinista se presenta hoy a las 19 horas en el Museo Nacional de Culturas Populares con entrada libre (Hidalgo 289, colonia Del Carmen, Coyoacán). Se obsequiarán devedés a los primeros 20 asistentes.