15 de junio de 2019 • Número 141 • Suplemento Informativo de La Jornada • Directora General: Carmen Lira Saade • Director Fundador: Carlos Payán Velver

Tseltales de Oxchuc

Diálogos de saberes

Abraham Sántiz Gómez
Investigador tseltal, Doctor en Ciencias en Desarrollo Rural Regional por la Universidad Autónoma Chapingo y profesor de la Universidad Intercultural de Chiapas

Familia en el mercado, Santo Tomás Oxchuc, Chiapas. Lon&Queta

A medio camino entre San Cristóbal de Las Casas y Ocosingo se ubica Oxchuc, cabecera del municipio del mismo nombre. En este territorio se asienta un pueblo de origen maya: los tseltales de Oxchuc. El sustento de este pueblo originario ha sido la milpa, cultivada con herramientas manuales en tierras escarpadas y pedregosas, poco aptas para la producción. La población vive dispersa, con acceso limitado a los servicios públicos. El resultado es un municipio con los mayores niveles de pobreza del país, en donde persiste el tracoma, producto de la falta de agua potable.

Pero más allá de las desigualdades visibles, los tseltales viven una profunda diferencia frente al país, con una visión de vida arraigada de la cultura maya. El conocimiento tseltal es sistémico, está articulado con los seres vivos y espirituales, está integrado con las montañas, árboles, cuevas, sol, suelo, luna, agua y seres espirituales. A partir de estas interrelaciones se construyen y se resignifican los saberes y los conocimientos. Se puede decir que el conocimiento tseltal es una espiral ascendente y dinámica que tiene potencial para cuestionar la concepción dicotómica dominante: sujeto-objeto, hombre-naturaleza, pobre-rico. Asimismo, tiene capacidad para cuestionar la racionalidad instrumental de la ciencia occidental.

El diálogo de saberes, desde la concepción tseltal, no solamente se establece entre personas o seres humanos sino con los seres de origen animal, vegetal, mineral y espiritual. Entonces no es solamente un diálogo de saberes entre personas y sujetos sociales sino diálogos de saberes con varios agentes y dimensiones. 

Estos diálogos se establecen y se construyen en y con el kuxul lum k’inal o territorio vivo. La raíz, el espíritu, la fuerza y la dinámica de vida tseltal están en este territorio avivado por el canto de las aves, el soplo de los vientos, los brillos radiantes del sol, el gozo y la paz que se siente por el cielo azul, la inspiración de las montañas, el vuelo de los aves, el nido de los animales, la curva de las veredas, el silencio de los acahuales, la creencia en los seres del inframundo, las conversaciones en la milpa, el hamaqueo del cultivo, las tensiones y los conflictos entre familias, las pláticas y el juego de los niños, el ruido de los radios y tocadiscos.

Lo anterior muestra un territorio vivo apropiador-apropiado que rompe con muchos conceptos occidentales sobre el territorio y el conocimiento instrumental. Esta concepción tseltal de la vida y del conocimiento no sólo es lo idílico, sino que contempla el cambio, el conflicto y el papel de la tecnología. Los saberes tseltales están interconectados con los agentes y procesos internos y externos.

Para comprender mejor esta forma de pensar es importante considerar la noción del ts’umbal, que esun conjunto de grupos familiares que tienen la misma semilla de vida, comparten una identidad colectiva y conviven en un territorio delimitado, lo que les permite diferenciarse de otros grupos. Este no es un grupo doméstico patrilineal y no puede ser reducido al linaje o apellido español como está plasmado en algunos estudios sobre la cultura tseltal.

El ts’umbal puede ser entendido como sujeto activo con la relación a la naturaleza, el cosmos y otros seres; también por la pervivencia del grupo familiar y la transformación de sus estrategias de vida con el paso del tiempo; asimismo, por las relaciones de poder frente a los actores externos, que dan lugar a procesos de resistencia o sincretismo.

Hay relaciones de poder entre ts’umbaletik (plural de ts’umbal), que conducen a tensiones y conflictos internos, pero se diluyen por medio de la reconciliación y a través del ya jtabeyba jkot’antik (ajuste de corazones). La vida colectiva entre los ts’umbaletik genera potencial para establecer resistencia ante los proyectos y políticas del gobierno que amenaza al territorio de donde proviene la semilla de vida. Con esta fuerza Oxchuc llegó a ser el primer municipio de Chiapas que elige a sus autoridades a través del régimen de Sistemas Normativos Indígenas.

Cuando la vida tseltal es violentada se genera las jach’em k’opetik, o “voces levantadas”, que es un modo de acción colectiva para resistir, rechazar, filtrar o hibridar las influencias externas. Esto ha ocurrido, por ejemplo, cuando los partidos políticos violentaron el modo de vida tseltal manipulando los corazones por medio del dinero, alimento y cosas materiales. Lo mismo ha sucedido cuando se ha intentado construir una carretera o alguna infraestructura modernizante que amenaza la vida emergida del ts’umbal. 

Hay mucha resistencia a los proyectos de cambio cuando estos no son “filtrados” adecuadamente. Generalmente, cuando los cambios son radicales, ocasionan jach’em k’opetik o acciones colectivas que modifican la forma de vida de los sujetos sociales. Entonces, son importante los diálogos de saberes o la integración de saberes para construir cambios desde el territorio.

La categoría viva jach’em k’opetik se refiere a las acciones sociales que han influido en la transformación de la vida rural, aunque generalmente han sido movidas por intereses políticos y económicos de los grupos de poder local, pero sus principios son parte de la visión tseltal de la vida que nace desde el ts’umbal.

Encontramos estos principios en el decir de los consejeros y líderes tseltales, quienes expresan: wik’ix jsitik (ya abrimos nuestros ojos), que se refiere a la capacidad de la lectoescritura y a la apertura del entendimiento para evitar los engaños que provienen de otros sujetos externos. Asimismo, dicen: julix jch’uleltik (ya llegaron o emergieron nuestros espíritus), o sea la capacidad de discernimiento por medio de la comunicación, adquisición y socialización de los saberes, experiencias y prácticas cotidianas. También expresan: k’otix ta jkot’antik (ya llegó a nuestros corazones) para referirse a la forma de sentir o asimilar en el corazón el verdadero significado de la vida, es el entendimiento con el corazón o la interiorización del conocimiento tseltal con el corazón, conectado con el cerebro.

Hay un diálogo interno entre los tseltales desde los principios y normas de vida del ts’umbal, para abrir el entendimiento con el corazón. Este diálogo conduce a otros diálogos de saberes con otros sujetos y agentes sociales de cambio. 

En este sentido los cambios de vida tseltal inician con las “voces levantadas”, que requieren de la visión despertada de los sujetos sociales y de la acción constructiva o restaurativa expresada como spasel (construcción) y syantesel (corrección) de la vida colectiva. Los diálogos de saberes no consisten solamente en la interlocución sino en la interacción para cambios de vida real.

Para esto se emplea la estrategia colectiva del chijch’ambil o “filtrado” de las influencias y proyectos externos. El filtro son los cientos o miles de ojos de las personas que integran la asamblea y la sociedad tseltal que, de acuerdo con sus saberes locales, examinan con mucho cuidado a las personas que son dignas de ocupar algún servicio importante para el pueblo, y a los proyectos de cambio.

Los diálogos de saberes del pueblo tseltal, específicamente en Oxchuc, no solamente son sistémicos, sino que son muy complejos, por eso se habla de un despertar del corazón. No hay un solo diálogo de saberes en sentido horizontal o de igualdad, sino que existen diálogos de saberes y construcciones de conocimientos para la diferenciación y heterogeneidad sociocultural donde se interconectan los diversos saberes, de tal manera que los “usos y costumbres” son construcciones sociales y culturales complejas.

En este proceso se mantienen elementos nucleares de la visión tseltal de la vida, arraigada en el ts’umbal y en el territorio, pero al mismo tiempo se abre a una dimensión más amplia, de la cual pueden obtener nuevos elementos para reconfigurar su vida.

Estos diálogos de saberes tratan de una integración de saberes, aceptando la transformación del conocimiento tseltal, la elevación de los valores sociales y los cambios de las estrategias de vida de las familias rurales. 

La vida rural de los tseltales es dialógica y dinámica. Es decir, adapta racionalidades, nuevas técnicas y relaciones sociales que hacen posible una sociedad tseltal diferenciada, heterogénea y compleja que podría requerir de la intervención de agentes políticos, económicos y educativos externos. Sin embargo, existe el mecanismo del “filtrado” como una estrategia de integración de saberes, conocimientos, valores y prácticas socioculturales.

Esta transformación de la vida tseltal tiene un proceso lento, tensionado, conflictivo, progresivo, representada metafóricamente en una espiral ascendente que se levanta y toma fuerza mientras integra y se apropia de algunos elementos, al tiempo que expulsa aquellos elementos que no pasaron el filtro.•

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