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Aeropuerto propuesto por AMLO enfrenta vientos y nubarrones
 
Periódico La Jornada
Domingo 5 de mayo de 2019, p. 15

Interminables cadenas montañosas, complicadas condiciones climatológicas y un complejo rediseño del espacio aéreo son algunos desafíos que enfrenta el proyecto de un nuevo aeropuerto lanzado por el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, tras la polémica cancelación de una millonaria terminal aérea.

Expertos en aviación observan expectantes el desarrollo de los estudios de la firma francesa Aeropuertos de París (ADP) y Navblue (filial del europeo Airbus) para determinar cómo transformar en aeropuerto la base militar aérea de Santa Lucía, en los suburbios de la capital.

Santa Lucía y la saturada terminal aérea de la Ciudad de México, que opera actualmente, formarán parte de un nuevo sistema aeroportuario lanzado por López Obrador, quien el lunes pasado dio el banderazo para comenzar los estudios del proyecto.

El objetivo es tener un aeropuerto mixto, que albergue la base militar y las operaciones comerciales civiles. Sin embargo, acaban de empezar los estudios y por ahora no se ha tomado ninguna decisión definitiva, comentó ADP en un mail en respuesta a una consulta.

Este sistema de aeropuertos sustituirá el ambicioso proyecto de Texcoco, enorme terminal avanzada en 30 por ciento que iba a funcionar como aeropuerto único para la capital mexicana, a un costo de 13 mil millones de dólares y que estaba concebido como un centro de conexiones que competiría con los de Panamá y Miami.

Texcoco, obra insignia del anterior gobierno, fue tema permanente en la campaña de López Obrador, quien fustigaba el alto costo del proyecto y supuestos casos de corrupción, lo que provocó fuertes tensiones con el sector empresarial, que defendió enérgicamente el ahora cancelado aeropuerto.

El de Santa Lucía, a un costo de unos 4 mil millones de dólares, será un aeropuerto austero, afirmó el lunes López Obrador, quien canceló el proyecto de Texcoco apenas asumió la Presidencia –en diciembre– y tras una consulta popular criticada por su poca transparencia y participación.

Herradura montañosa

El debate entre expertos de aviación mexicanos se centra en cómo compaginar la operación de dos aeropuertos en la zona metropolitana de la capital a 45 kilómetros de distancia uno del otro, en un espacio aéreo rodeado por montañas y que no goza de las mejores condiciones climatológicas, con una prolongada estación de lluvias, alta luminosidad y neblina invernal.

“Algunos dirán ‘hay ciudades con más de dos aeropuertos’. Cierto, pero no tienen la orografía de la Ciudad de México. Nos rodea un sistema de montañas con forma de herradura invertida. Los ascensos y descensos sólo se pueden dar por el norte. Habrá un gran tráfico aéreo”, dice el piloto Ángel Jiménez, de 58 años y con 22 mil horas de vuelo.

Según ADP, los estudios preliminares señalan que ambos aeropuertos pueden funcionar simultáneamente, pero con la condición de revisar la organización del espacio aéreo, lo cual implica diseñar nuevos procedimientos de aproximación de los aviones.

Miguel Ángel Valero, ex presidente del Colegio de Pilotos de México y oficial de seguridad aérea por la Organización de Aviación Civil Internacional, se declara escéptico de que Santa Lucía sea la solución para atender la saturación del tráfico aéreo en la capital mexicana.

No es imposible tener dos aeropuertos, pero representa un alto grado de complejidad. No se podrán realizar aproximaciones o despegues simultáneos, el margen de error humano de controladores y pilotos será mínimo. Para que la operación sea segura, tendrá que ser eficiente, apunta Valero.

¿Estación de carga?

En medio del debate, los mexicanos descubren la existencia del cerro de Paula, elevación de 240 metros localizada a unos 10 kilómetros de Santa Lucía, que no aparecía en el proyecto original y obliga al rediseño de las pistas con un incremento de costos.

No sólo es el cerro de Paula, es toda la Sierra de Guadalupe. Apuestan por una nueva tecnología (de aproximaciones) por satélite, de mucha precisión, pero es muy complejo. Se necesita mucha tecnología, naves muy modernas y entrenamiento de pilotos. No es la panacea, añade Valero.

Jiménez asegura que conoce de primera mano, por conducto de militares que estarán encargados de la habilitación y operación del nuevo aeropuerto, que Santa Lucía terminará siendo una estación para carga.

Los primeros a los que van a meter ahí para demostrar que sí se utiliza Santa Lucía son los vuelos cargueros, afirma. Agrega que la pista requeriría sólo algunas adecuaciones, destinar una zona a bodegas y construir un par de hoteles.

López Obrador asegura que en 2021 quedará inaugurada la primera etapa de Santa Lucía. Para ADP es un objetivo ambicioso, pero podría lograrse con una construcción acelerada.

En redes sociales, la imaginación de los mexicanos voló alto con memes en los que se observa un cerro perforado por una pista aérea y otro que en su pendiente permite el despegue de las aeronaves.