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Las fronteras
El cierre de una de las tres garitas de Otay causaría pérdidas millonarias

Se declaran en alerta los sectores económicos de BC

 
Periódico La Jornada
Jueves 4 de abril de 2019, p. 5

Tijuana, BC., El reacomodo del personal de aduanas para apoyar a la Patrulla Fronteriza y la inhabilitación intermitente que el gobierno de Estados Unidos realiza en algunos carriles de la garita de Otay provocó que el cruce de personas que trabajan en el país vecino sea lento y que el transporte de carga tarde hasta cinco horas para pasar al otro lado.

La frontera no se ha cerrado, pero los discursos y los mensajes vía Twitter del presidente Donald Trump, así como el cierre de carriles en la garita, tiene en alerta a diversos sectores de Baja California ante la eventualidad de que el mandatario estadunidense cumpla su amenaza de cerrarla.

El cierre de dos de los 10 carriles de que dispone la garita de Otay –que fundamentalmente es para el paso de transportes de carga– comenzó de forma indefinida el martes provocando largas filas y esperas de hasta cinco horas para poder cruzar mercancías.

El Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) informó que ante la crisis humana y de seguridad en su frontera, 750 agentes que se encontraban asignados a las garitas fueron reubicados en la Patrulla Fronteriza.

La Cámara de Comercio de Otay Mesa precisó que el tiempo de espera –que es hasta de cinco horas en el cruce comercial Tijuana-San Diego en horas pico– representa de dos a tres horas más de lo normal. Un cierre de la frontera sería devastador, manifestó Alejandra Mier y Terán, presidenta del organismo.

Salvador Díaz, presidente de la Asociación de Industriales de la Mesa de Otay, dijo que el puerto fronterizo trabajará horas extras con el propósito de desahogar la demanda de trámites de internación de mercancías.

Diversas cámaras empresariales señalaron que el cierre de carriles es una señal de presión del gobierno de Donald Trump.

Los distintos sectores económicos de Baja California están en alerta, no sólo porque se espera que durante Semana Santa unas 900 mil personas visiten Tijuana, sino porque para el punto fronterizo más transitado del mundo, si hay un cierre en cualquiera de sus garitas las pérdidas ascenderían a 7 mil millones de dólares, de los cuales 70 por ciento corresponde a California, Estados Unidos, y el resto a la entidad mexicana.

Unos minutos de retraso en las filas son brutales para la economía de la región. Al año, por las garitas de San Ysidro y de Otay se realizan 80 millones de cruces.

Asimismo, el municipio de Tijuana anunció que cerrará el carril Sentri (el más rápido) de la garita de Otay durante dos semanas por las noches para realizar obras de mantenimiento del asfalto.

(Con información de Antonio Heras)