Sociedad y Justicia
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En sólo unos años se volvió ciudad fantasma

La Trinidad, unidad habitacional en Zumpango en medio de la nada

Se construyó en el sexenio de Fox y nunca la dotaron de servicios; por eso la gente se fue

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▲ Como muchos fraccionamientos en el estado de México, las pequeñas casas de 60 metros cuadrados fueron mal planificadas en esas zonas. A pesar de las promesas del gobierno e inmobiliarias por dotarlas de servicios, se dejó a la deriva a sus compradores, quienes abandonaron sus hogares.Foto Pablo Ramos
Enviada
Periódico La Jornada
Lunes 1º de abril de 2019, p. 31

Zumpango, Méx., De lo que era la unidad habitacional La Trinidad no queda nada, sólo el recuerdo de algunos de sus habitantes: Antes no estaba así, era bonito y teníamos la esperanza de hacer una vida mejor aquí, señala a La Jornada Maricela González, una mujer mayor que habita allí junto con su hija desde hace poco más de 13 años.

Los pobladores de este fraccionamiento de Zumpango, estado de México, a 59 kilómetros de la capital, viven en la zozobra porque prevalece la inseguridad por la gran cantidad de viviendas abandonadas que fueron construidas por Casas Geo, empresa que hace pocos meses se declaró en quiebra.

El sueño se truncó. En la zona no hay empleo. La propuesta era establecer naves industriales cerca y no ocurrió. Entonces la gente que se mudó a esa zona debió seguir con sus labores en Ciudad de México y soportar los largos y peligrosos traslados de dos horas y media de ida y otro igual de vuelta en un transporte público malo que obligó a muchos a perder lo invertido.

Cubierta por un paraguas para atajar el intenso sol, Maricela ya perdió la cuenta de las veces que le han robado el medidor de luz. Su casa está modificada, ya no vive en los originales 33 metros cuadrados que tenía su terreno. Ampliaron la sala comedor hacia lo que era el estacionamiento e hicieron una recámara más. Se queja por la basura, del abandono en el que ahora está la unidad. Ella vive en uno de los extremos del desarrollo inmobiliario; enfrente tiene un extenso terreno al que dice hace unos días vinieron ingenieros: Parece que quieren hacer más casas, ¿usted cree?

El fraccionamiento tiene 7 mil 951 viviendas y fue construido, en su primera etapa, en el último tercio del sexenio de Vicente Fox, a poco de expirar la administración del Arturo Montiel, en cuyo periodo se vivió un auge inmobiliario.

En ciertas áreas la mayoría de las casas están abandonadas y han sido totalmente saqueadas: carecen de puertas y ventanas, en lo que fue el baño no se ve rastro de la ducha ni del lavabo. En la cocina ocurre lo mismo. No hay piso ni conexiones eléctricas, contactos ni calentadores: son un cascarón, lamenta una vecina que tiene una tienda de abarrotes en la parte frontal de su inmueble. Pese a todo no tiene planes de mudarse porque sea como sea este es mi patrimonio.

En la enorme unidad se acumulan montañas de basura por doquier, hay carros chatarra, se ve pasto seco calcinado por la quema de desperdicios y las luminarias está inservibles por el robo del cable.

La constante en los inmuebles saqueados, los que alguna vez costaron cerca de 200 mil pesos, es la presencia de ropa sucia y zapatos viejos regados en el piso. Las paredes están grafiteadas, hay excremento de animales y personas. En algunas se ven condones usados y juguetes rotos.

Un fuerte hedor hace prever la existencia de algún animal muerto, pero los residentes parecen no notarlo. Con el intenso calor del mediodía, sin sombra por la total ausencia de árboles en las calles, Ana, de 50 años, narra junto con su vecina que no es fácil vivir aquí, sobre todo si son mujeres solas. Nos han venido a hacer maldades, como tirar costales de basura, golpear a sus mascotas y robar el cable de los postes frente a su domicilio.

Junto a sus perros, que son sus acompañantes y guardianes, dice que incluso han ido a tirar cadáveres. A veces lo denuncian, pero es zona de nadie, la policía no nos hace caso, así que es mejor no meterse.

Bonitas casas en $300 mil

Ana renta la casa, pagaba mil pesos mensuales, pero su casero dejó de ir por las cuotas. Su amiga, una mujer de mediana edad, expone que cuando compró pagó unos 161 mil pesos y afirma que ahora, las que están habitables rondan 300 mil. Hay portales de Internet en los que se anuncian ventas, traspasos y rentas de casas de La Trinidad. Los adjetivos utilizados son bonita casa y preciosa casa.

No obstante, hay viviendas en mejor estado, por ejemplo las situadas frente al Centro Universitario de la Universidad Autónoma del Estado de México, pero no son la regla. Ambas coinciden en que muchas de las casas habitadas están ocupadas por paracaidistas, algunos son personas que sólo buscaban dónde vivir, pero otros son delincuentes. Dicen que estos últimos son los que saquean los domicilios. En ocasiones, algunos se han adueñado de más de una casa para ampliar su vivienda.

Es notorio lo reducido de los espacios, incluso para una familia con un hijo. En la única habitación existente no cabe una cama matrimonial con buró. Qué decir de una cajonera o un clóset.

Homex, similar experiencia

En la sala sólo entran muebles de juguete, asegura Carmen, habitante del fraccionamiento Santa María, construido por Homex, inmobiliaria en bancarrota desde 2014. Está situado a unos cinco kilómetros de La Trinidad, pero allí el abandono no es tan notorio aunque sí ya constituye un problema. Carmen dice que algunas casas están ocupadas por malvivientes y a pleno día se les ve pasar con puertas y enseres que pertenecen a otras , pero no podemos decir nada porque hay colusión con policías estatales. Indica que algunos vecinos que se fueron de la unidad les encargan sus casas, pero no pueden intervenir si son saqueadas por las eventuales represalias.

El transporte público a Ciudad de México cuesta 40 pesos sólo de ida al Metro Indios Verdes y no hay supermercados cerca. El más próximo es la Bodega Aurrerá Exprés de Villas de la Laguna (a 2.5 kilómetros), una unidad que no ha corrido con la misma suerte. Allí las viviendas están habitadas, hay comercios establecidos por los propios colonos: farmacias, planchadurías, taquerías, tiendas de abarrotes y estéticas, entre otros.

Por la inseguridad a las 19 horas ya no salimos, tampoco podemos salir en Navidad, Año Nuevo u otra fecha festiva porque se meten a las casas a saquearlas cuando están solas, hace unos días abrieron una aquí cerca.

Desde un principio fraccionamientos como La Trinidad fueron casas dormitorio. De ahí su facilidad para ser vandalizadas. Incluso muchos hombres permanecían en Ciudad de México los días laborales e iban con su familia los fines de semana. Por eso en las casas habitadas somos más mujeres y personas mayores.

Informes del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) refieren que en esa unidad otorgó mil 706 créditos, de ellos siguen activos mil 702, sólo cuatro fueron pagados. Su índice de cartera vencida es de 20.74 por ciento y el resto, 6 mil 245, se otorgaron por otras vías.

Algunos habitantes aluden que no ha acudido personal del Infonavit a evaluar la zona, ávidos de respuestas, confundieron a los representantes de La Jornada con trabajadores del instituto. Dicen que es urgente la intervención gubernamental para rehabilitar las unidades semiabandonadas.

No nos merecemos esto, considera Guadalupe. Su pareja la dejó, regresaba cada fin de semana, hasta que dejó de hacerlo. Y es que este modelo de vivienda tan lejos de los centros laborales incluso rompe con las familias.