En el estado de Sonora tan sólo en los 10 meses pasados han ocurrido cerca de 20 homicidios o desapariciones en los que estarían involucrados policías estatales o municipales, y aunque en varios de esos casos ha habido testigos presenciales e incluso material audiovisual que incriminaría a los agentes, casi ninguno de los probables responsables ha sido investigado ni sancionado.

Así lo afirmó la activista Martha Solórzano Martínez, quien en días recientes fue visitada por personal de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) en su domicilio, ubicado en la ciudad de San Luis Río Colorado, debido al ambiente de amenazas y hostigamiento en su contra por denunciar los abusos de la policía.

Entre los hechos probablemente delictivos en los que se han visto involucrados agentes policiacos de Sonora, recordó la luchadora social, se encuentra el de la muerte de Genaro Ruiz Arce, quien el 2 de mayo de 2018 fue detenido por la policía municipal de Navojoa mientras viajaba en auto con un amigo, después llevado a los separos y posteriormente encontrado muerto en ese sitio.

Aunque las autoridades calificaron los hechos de un supuesto suicidio, la familia de la víctima señaló que el cuerpo del joven presentaba múltiples golpes en el tórax, la espalda y las piernas.

Después de ese caso, indicó Solórzano, han ocurrido otros episodios de homicidio o desaparición en Caborca, Ciudad Obregón y Bahía de Kino, en los cuales hubo testigos presenciales de cómo la policía detuvo a las víctimas, las agredió o trató de sembrarles armas para incriminarlas.

La situación de acoso contra la activista, que ya era delicada por haber denunciado públicamente los presuntos delitos de los uniformados desde hace más de 15 años, se volvió aun más comprometida a partir del 24 de diciembre de 2018, cuando fue asesinado el comandante Jorge David Ramírez Sierra, ex supervisor general de la policía municipal de San Luis Río Colorado.

El día que lo matan, un supuesto abogado empezó a agredirme en redes sociales, acusándome de haber matado a Ramírez Sierra. Han sido muchas difamaciones y persecuciones, diciéndome que soy vendedora de drogas. Paso días sin poder salir de mi casa por el acoso en mi contra, lamentó Solórzano.

Por tal razón, el pasado 22 de febrero el personal de la OACNUDH acudió a San Luis Río Colorado específicamente a visitar a la activista y exigir que se le brinde protección.

Ya presenté una demanda, pero sé que no va a proceder nada, porque en el gobierno del estado no soy bien vista. Los mismos que me agreden son los que mandan para ver lo de mi seguridad, lamentó.