La exposición El desnudo renacentista explora el desarrollo de esta forma de retratar el cuerpo humano a través del trabajo de los maestros de esa época, como Tiziano, Rafael, Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, Durero y Cranach.

Desde el viernes la muestra es presentada por la Real Academia de las Artes de Londres y concluirá en junio próximo. En ella se revela una tradición visual en su momento más dinámico, explica el recinto británico en su sitio. Fue realizada en colaboración con el Museo J. Paul Getty, donde se exhibió hasta finales de enero pasado.

El recinto estadunidense consignó que los artistas, inspirados en la tradición clásica y en el estudio del modelo en vivo, “crearon representaciones realistas, vibrantes y sensuales del cuerpo humano.

El diario británico The Guardian la describe “llena de sorpresas, y algunas conmociones, sexy, sagrada y profana. El desnudo renacentista es casi tan escandaloso como académico. Con importantes préstamos de Europa y Estados Unidos, la exposición viajó desde el Museo J. Paul Getty de Los Ángeles y ahora llena las galerías de Sackler en la Academia Real.

Es un alboroto de cuerpos en estas habitaciones grises y sobrias de poca luz. Los mártires cristianos están empalados en árboles. El Cristo de Jan Gossaert, desnudo, espera su destino, sentado sobre la fría piedra y atormentado por un terror palpable. Varios San Sebastianes se paran alrededor, muchachos ajenos a las flechas que los perforan. Una procesión de flagelantes en un Libro de Horas de los Países Bajos se prepara para sus atormentadores encapuchados en una escena tan erótica como devocional.

El desnudo renacentista, curada por Per Rumberg, rastrea el surgimiento gradual del desnudo en 130 años en Italia, Francia, Alemania y los Países Bajos, en el que los artistas trasformaron el curso de la historia del arte occidental convirtiendo el desnudo en centro de su arte.

La academia londinense destaca que así se fue desarrollando el arte cristiano en valerosas, modernas y dinámicas representaciones de los viejos temas, desde Eva y Adán a la crucifixión.

Esta evolución se materializa en una selección de pinturas a gran escala, ilustraciones en forma de joyas, estatuillas de bronce, hasta estudios anatómicos; contrastan la belleza idealizada con el cuerpo envejecido y las imágenes públicas con obras íntimas y privadas.

El catálogo de la exposición refleja la aparición y aceptación del desnudo como sujeto artístico.