Opinión
Ver día anteriorJueves 28 de febrero de 2019Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Arte y Tiempo

Confesiones de mujeres de 30

A

claración pertinente: En mi colaboración pasada, Recámaras abiertas, al final del primer párrafo dice: por su contenido es más bien melodrama, ya que lo que nos cuenta NO interesa a los directamente involucrados ni va más allá de ellos. En lugar de NO debió decir SÓLO interesa, etc. Esto es fundamentalmente importante porque eso de que SÓLO interesa a los involucrados y su pequeño entorno es condición de género del melodrama y, si no la posee, estamos hablando de otro género teatral. Gracias por la atención, y ahora a las confesiones.

Como se sabe, éxito de público no es necesariamente sinónimo de calidad teatral. Múltiples veces hemos visto obras y montajes realmente malos (también hay buenas obras destrozadas por el montaje o montajes que salvan a la obra) que permanecen largo tiempo en cartelera y, en contraposición, trabajos de calidad que desaparecen a las primeras de cambio. El porqué de esto rebasa lo teatral y es más propio de la sicología social y la sociología, por lo que, en cuanto a las confesas treintañeras, sólo algunas apreciaciones.

Escrita por el reconocido dramaturgo brasileño Domingos de Oliveira en la últimas décadas del siglo pasado, Confesiones de mujeres de 30 constituyó un éxito taquillero desde el principio porque va directamente a lo primario, a la parte más exterior de la naturaleza humana y su condicionamiento (acondicionamiento) social. Es algo así como la comicidad del pastelazo, te mueve a risa porque es elemental, porque mueve tus cuerdas primarias, pero tantito rebasado eso, te das cuenta de que una agresión de esa naturaleza nada tiene de risible.

Algo así sucede con estas confesiones que, debe decirse además, no son las originales tal cual, sino una de las tantas adaptaciones y adecuaciones que han sufrido a lo largo de sus ya años de presentaciones.

Así, en la versión actual, las confesiones que en su mayoría se refieren a las relaciones sexuales, llegan al atrevimiento de que una confiesa: creo que me quería coger, otra: me la metió, atendió la llamada de su esposa, y luego me la volvió a meter. Como esto está dicho en tono chistoso, la hilaridad cunde en la sala. Y como coger se repite cada cinco minutos la risa está asegurada.

A lo anterior debe agregarse la novedosa novedad de que en algún momento se hace participar al público, parejas de preferencia, cuando una de las confesas confiesa ya me cansé. Seguramente esta señorita ignora que esa misma infame frase fue pronunciada por el infame ex procurador de la República Murillo Karam.

La interacción con el público se circunscribe, claro, a si todavía pueden o cuántas veces lo hacen a la semana o cosas por el estilo. Comicidad pura, como puede verse.

El trabajo actoral a cargo, según el programa de mano, de Paula Arrioja, María Gonllegos, Patricia Gallo y la estrella invitada Ana Cecilia Anzaldúa sin que se sepa quién interpreta a quién porque no lo especifica, y porque además las protagonistas son tres no cuatro, es correspondiente a la lindura del texto. Saque usted sus conclusiones.

Confesiones de mujeres de 30 cuyo tema y desarrollo argumental pudieran ser interesantes, se presenta viernes a las 19 y 21 horas, sábado a las 17 y 19 horas y domingo a las 16:30 y 18:30 horas en el Teatro Fernando Soler del Centro Teatral Manolo Fábregas.