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El reto, poner a niños y jóvenes en el centro del sistema educativo

También se busca colocar al maestro como agente de cambio y con derecho a la capacitación y actualización

Queremos sentar las bases de un proyecto que sea lo suficientemente flexible para que se pueda ajustar en el tiempo y enfrentar los cambios por venir, pero también es fundamental la equidad. Es una nueva visión en dos rieles: por un lado, nunca dejar de corregir las desviaciones y carencias, y por otra, avanzar en los cambios para tener la calidad que se busca

 
Periódico La Jornada
Jueves 21 de febrero de 2019, p. 13

Vamos a dialogar con quien se tenga que dialogar para lograr que los niños y jóvenes realmente estén en el centro del sistema educativo, afirmó Esteban Moctezuma Barragán, titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), quien rechazó que tenga mayor contacto con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) –una de las organizaciones que más promovieron la reforma del sexenio pasado– tras recibir a su secretario general, José Ángel Gurría, en un encuentro prácticamente de protocolo para entregar unos informes sobre nivel superior solicitados un año antes.

Cercano colaborador del ex presidente Ernesto Zedillo, a quien acompañó durante su gestión al frente de la SEP como oficial mayor y subsecretario de Coordinación Educativa, apunta en entrevista con La Jornada que el nuevo Acuerdo Nacional por la Educación sentará las bases de un sistema flexible acorde con los acelerados cambios del conocimiento y las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), y afirma que no se trata de aprobar una reforma intocable, sino una plataforma para que los actores sociales ajusten los futuros cambios que demande la sociedad.

Actor fundamental en la construcción del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica, con la que se federalizaron los servicios de enseñanza en 1992, reconoce que a 28 años de su firma se ha hecho evidente la necesidad de cambios, porque había que adecuarlo, pero nunca se hizo así.

Moctezuma Barragán, quien también fue secretario de Gobernación y Desarrollo Social durante el sexenio zedillista, para después ocupar durante 16 años la dirección de Fundación Azteca, en la que promovió los programas Escuela Nueva y Orquestas Infantiles Esperanza Azteca, considera a los maestros no sólo facilitadores del aprendizaje de sus alumnos, sino verdaderos agentes de cambio de las comunidades, que por primera vez tendrán el derecho constitucional de formarse y capacitarse.

–¿En qué consiste este nuevo Acuerdo Nacional por la Educación y la escuela que propone?

–La nueva escuela mexicana debe recoger los nuevos roles de maestros, alumnos y padres en la era del conocimiento, pero también las expresiones locales de cultura, conocimiento y relaciones sociales. Como mexicanos debemos participar de la misma base de conocimientos y de cultura para comunicarnos y tener una base nacional, pero también regional y local. Tiene que haber contenidos que nos hagan entender el entorno para poder transformarlo.

–Hay voces que consideran que la iniciativa presidencial de reforma a los artículos tercero, 31 y 73 constitucionales no representa un verdadero cambio de rumbo en la política educativa.

–La abrogación de la reforma educativa, me atrevo a decir, es total porque la iniciativa del Presidente saca de la Constitución todo el articulado que se introdujo con la reforma educativa y las leyes secundarias del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y el Servicio Profesional Docente. Ahora el reto es poner a niños y jóvenes en el centro.

–Esa es una propuesta que también enarboló la reforma educativa peñista.

–Pero no estaba en el artículo tercero constitucional y no lo hicieron. Además, vamos a poner al maestro en el lugar que le corresponde ante la sociedad mexicana, como agente de cambio y con nuevo derecho a la formación, capacitación y actualización (…) Una de las columnas vertebrales de la iniciativa es darles a los maestros este derecho.

Las normales, pieza clave

“Otro tema que rompe totalmente, no sólo con lo que había, es el rescate, mejoramiento y fortalecimiento de las normales, que van a ser una pieza clave para el sistema educativo.

Con la desaparición del INEE tenemos la oportunidad de poner al maestro, y no la evaluación, en el centro de un organismo. Éste ayudará a los maestros en su evaluación y en su capacitación. Y para saber cuáles son sus áreas de oportunidad habrá mediciones y evaluaciones, pero serán diagnósticas, sin repercusiones.

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▲ En entrevista con La Jornada, Esteban Moctezuma Barragán aseguró que la nueva escuela mexicana debe recoger los roles de maestros, alumnos y padres en la actual era del conocimiento.Foto Marco Peláez

–¿Qué opinión tiene en torno al debate sobre la autonomía en este tipo de organismos?

–Son formas de organización que tienen sus pros y contras, pero si vemos la sustancia es que este nuevo centro va a generar un mejor magisterio con la formación, actualización y capacitación (...) pero también porque partimos de una filosofía totalmente distinta de que nosotros sí creemos en el maestro, sí confiamos en él (...) La otra filosofía era: ‘quiero detectar a los malos maestros para correrlos’, y hoy es totalmente distinto.

En cuanto a la OCDE, ni he vuelto a tener contacto con ellos ni han vuelto a venir.

–¿No los ve sentados en la mesa para diseñar el nuevo proyecto educativo?

–No, el proyecto educativo nacional lo empezamos a rediseñar en los foros en todos los estados cuando estuvimos escuchando a maestros, expertos, padres, niños y población indígena.

–¿Es posible una reforma educativa con el consenso de todos los actores?

–Cuando las sociedades empiezan a cerrarse en sus ideas y la democracia va generando lo que podríamos llamar las alternancias, el péndulo puede ir de un lado a otro y la construcción de una solución nacional se vuelve más compleja. Creo que quien gana una elección tiene que gobernar para todos y escuchar a todos, y hay derechos de minorías (...) Si logramos tener los mayores consensos posibles vamos a transitar a un modelo educativo mexicano con mayor profundidad.

–El Presidente reconoce que hay resistencias al cambio, ¿cuáles identifica en el sector educativo?

–Siempre hay resistencias al cambio, gente que no quiere salir de su zona de confort y hay miedo ante lo desconocido. Es algo que hay que considerar, pero existe una frase que dice: Los fantasmas espantan más de lejos que de cerca. Si se confrontan, te ayudan a superar.

–¿Qué relación debe tener la SEP con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y Maestros por México?

–El diálogo abierto con todos. No podemos cerrarnos a ninguna expresión porque todas tienen alguna razón de ser. Creo que cuando todos entienden que el hecho de estar abierto a escuchar es parte de una política incluyente, nadie se va a sentir ofendido porque hables con el de enfrente.

–En una iniciativa tan importante como la educativa, ¿cómo fue que se omitió por completo la fracción VII del artículo tercero, que consagra la autonomía universitaria?

–En técnica jurídica y constitucional, cuando una fracción queda intacta, nada más se pone la fracción y tres puntitos, no se tiene que copiar toda, y así fue como salió de aquí. Después pasó por cuatro diferentes instancias, y por alguna razón que no sé, alguien le quitó los tres puntitos y sólo quedó la fracción. En el momento en que salió en la Gaceta Parlamentaria nos dimos cuenta y corregimos, antes incluso de que surgiera un cuestionamiento en redes sociales. En la Cámara de Diputados esto lo tienen como algo totalmente claro.

–¿Habrá un nuevo Acuerdo Nacional por la Modernización de la Educación?

–Fueron 28 años desde que se firmó en 1992, y en su momento fue algo muy importante, pero se debió haber revisado en 1993, 1994 e irlo adecuando conforme iban cambiando las cosas, y no se hizo así.

Lo que queremos en esta administración es sentar las bases de un sistema educativo que sea lo suficientemente flexible para que los agentes relacionados puedan irlo ajustando en el tiempo y enfrentar los cambios por venir, pero también es fundamental la equidad. Es una nueva visión en dos rieles: por un lado, nunca dejar de corregir las desviaciones y carencias actuales, y por otro ir avanzando en los cambios para tener esa calidad que estamos buscando.