16 de febrero de 2019     Número 137

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

La pesca artesanal en El Azufre

Leslie Vargas Pérez  Universidad de los Pueblos del Sur


Colocando el chinchorro. Leslie Vargas Pérez

A pesar de tener acceso a aguas continentales y oceánicas de forma tan basta, en México la pesca artesanal ha sido sesgada, dado el devenir histórico del país. Es la agricultura la que ha dotado de forma económica al país por largos años y a su vez es la más accesible en la mayoría del territorio nacional, por lo que se ha priorizado el apoyo económico a esta actividad y las investigaciones académicas. En contraste, la pesca, y en específico la pesca artesanal, se deja a su suerte, tanto en cuanto los recursos y las especies acuáticas como a los pescadores que, por tradición y necesidad ejercen esta actividad. A pesar del aparente abandono del Estado, existen sujetos que reivindican su identidad a partir de ejercer la pesca como actividad territorial, misma que les da razón de ser.

Un ejemplo de ello es la localidad El Azufre, que se encuentra en la porción sur poniente del Parque Nacional Lagunas de Chacahua, ubicada en la Región Costa Chica, en el estado de Oaxaca. Colinda con cuerpos de agua, los cuales son de vital importancia para la supervivencia de los pobladores: al sur de la localidad está el Océano Pacífico, al oeste se encuentra la desembocadura y el estuario del Río Verde, mientras que al norte y al este colinda con grandes extensiones de terrenos dedicados al cultivo.

Como muchas otras localidades pesqueras, aquí la pesca como actividad satisface una de las necesidades humanas básicas para la vida: alimentarse. Si corren con suerte, en ocasiones venden o intercambian los excedentes que capturan por algún otro producto local, como el mango, el coco, el limón, la papaya y el queso, o aquellos que venden en cualquier tiendita de la esquina: refrescos, sopas, huevo, entro otros. A pesar de que dichos alimentos sumados no son suficientes para cubrir sus requerimientos nutricionales, la captura de peces y moluscos los arraiga a este territorio, por la tradición de la práctica de dicha actividad por más de 70 años.

La pesca artesanal dotó a la comunidad de algunas de sus características. Los primeros asentamientos de la localidad fueron intermitentes, ya que iniciaron con campamentos de pescadores, los cuales llegaban a la barra costera que actualmente le corresponde a El Azufre y que se estructura en los meses de noviembre a enero, gracias al depósito de sedimentos que acarrea el Río Verde a la costa. Dichos campamentos se asentaban por temporadas de pesca para después retirarse.

Con el paso del tiempo los pescadores vieron las potencialidades de este sitio, puesto que cerca se encontraban cuerpos de agua, de los cuales podrían extraer recursos para alimentarse, sin estar limitados a la pesca en mar adentro. Fue hasta los años sesenta del siglo pasado cuando gracias a la persistencia de los pescadores se conforma la localidad El Azufre -cuyo nombre proviene de un montículo que contiene el elemento químico que lleva dicho nombre-, aunque para esos años el Parque Nacional Lagunas de Chacahua ya se había decretado, aun no contaba con un plan de manejo específico que orientara las actividades que se podían realizar en dicho parque; ese plan llegó en años posteriores.


Escaso acompañamiento del Estado.

Muchas personas que fueron pioneros con los asentamientos de la localidad provenían de la Región Mixteca del estado, de la Costa Grande de Guerrero, así como de las comunidades vecinas como Charco Redondo, quienes argumentan su inmigración porque en sus lugares de origen no tenían nada que comer, al menos en la costa se puede comer pescado.

Es por ello que, los pescadores aprovecharon los recursos que tienen a su alcance y van adecuando sus prácticas a lo que se les autoriza realizar y a lo que llaman pesca de autoconsumo, misma que forma parte de las actividades permitidas en el plan de manejo del Parque Lagunas de Chacahua.Como su nombre lo indica, la pesca de autoconsumo se refiere a que la captura es para que los mismos pescadores y sus familias lo consuman de forma directa sin ejercer un negocio con esta actividad. Sin embargo, debido al tiempo que le dedican a la extracción de especies acuáticas es sumamente complicado que los pescadores se dediquen a otra actividad para solventar la alimentación y los gastos que su familia requiera.

Tan notorio es el escaso acompañamiento que tiene el Estado y demás instituciones para con la pesca, que los pescadores han continuado con esta práctica con sus propios recursos y artes, a cualquier precio y aun así preservan su identidad territorial, con miras a preservar las posibilidades de una vida a través de la pesca artesanal.

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